
El PP de AndalucĆa, instalado permanentemente en la oposición, no encuentra el camino para armar un discurso que cale en la población, lleva dĆ©cadas con la descalificación y la crĆtica como Ćŗnica estrategia. Javier Arenas llevó esto hasta el extremo de llamar ārĆ©gimenā al gobierno de los socialistas sin que le diera resultado. Si en las Ćŗltimas elecciones estuvo muy cerca de conseguir gobernar fue mĆ”s por demĆ©rito del PSOE, en sus horas mĆ”s bajas, que por la eficacia de su estrategia.
En el escenario actual, Mariano Rajoy ha decidido que sea Juan Manuel Moreno el nuevo lĆder que guie en el futuro el destino del PP andaluz, despuĆ©s de fracasar con Juan Ignacio Zoido, candidato a la fuerza, que produjo un desgobierno en el partido y continuó con la ātĆ”ctica Arenasā, aunque con mucho menos mordiente.
En el reciente congreso que han celebrado en Sevilla para entronizar al candidato designado por Rajoy, ha quedado patente el dominio que Arenas tiene en el PP andaluz y el fracaso de los que intentan cambiar esa situación, por muy poderosos que sean.
El nuevo lĆder de la derecha andaluza, en sus primeras manifestaciones ha continuado lo mismo, aunque con un tono mĆ”s alto. Las manifestaciones del Presidente de la Xunta de Galicia, Núñez Feijoo, afirmando que la transición democrĆ”tica no terminarĆ” hasta que el PP gobierne en AndalucĆa, indican la continuidad de un discurso que lleva 30 aƱos fracasando. Ni una propuesta, ni una sola idea de cómo pretende gobernar AndalucĆa, ni una palabra de esperanza a los sectores sociales que sufren las dentelladas del paro y la indigencia, ni una palabra para despertar alguna ilusión en los sectores productivos que atraviesan momentos muy duros. Nada, solo descalificar a Susana Diaz.
Es lógico que en el interminable proceso de sucesión de Zoido, cuando se le seƱaló como posible elegido, Ć©l lo negara con toda la firmeza que pudo. Nada menos que intentar llevar al PP al poder donde han fracasado sus antecesores, especialmente Arenas y encima con su Presidente Rajoy machacando a la gente. Es humano entender que intentara escaquearse del regalito que intentaban endosarle, pero no le ha valido, tendrĆ” que afrontar este reto que puede acabar con su carrera polĆtica. Otro candidato a palos.
Para mayor abundancia en su desgracia se encuentra con que tiene que competir con una figura emergente en el PSOE, que sĆ tiene un discurso que ilusiona, un proyecto para AndalucĆa que lidera con fuerza, que dĆa a dĆa muestra sus ganas de luchar y, lo que mĆ”s duele, ignora a su oponente, sea quien sea. Va a lo suyo.
Lo mĆ”s importante en polĆtica es conseguir hegemonizar tus argumentos, porque impide que el adversario pueda introducir los suyos y le obliga a discutir tus propuestas y el PP no es capaz de introducir sus ideas sobre cómo gobernar AndalucĆa, con lo que se llega a conclusión de que, o bien carece de ellas o de una estrategia para convencer, lo que hace que se difumine en la tĆ”ctica de la descalificación sin ofrecer una alternativa.
Por lo visto hasta ahora no parece que vaya a cambiar y el padrinazgo de Arenas no hace aventurar que lo pueda hacer en el futuro, por lo tanto continuarÔ su peregrinar por el desierto de la oposición, siempre y cuando el PSOE no se equivoque demasiado.