
Un trekking por el Himalaya es el sueño de cualquier amante de la montaña. Pero ¿qué pasa cuando te acercas a estos senderos sin la mentalidad de “conquista”? ¿Qué sucede cuando en lugar de desafiar la montaña, aprendes a caminar con ella?
Este viaje para recorrer los pueblos más bonitos del Annapurna no fue solo una ruta entre paisajes impresionantes. Fue una inmersión en la vida de las mujeres nepalíes que nos guiaron, una lección de turismo responsable y un recordatorio de que cada paso puede marcar la diferencia.
Otra forma de recorrer el Himalaya
El turismo en Nepal tiene dos caras. Por un lado, es fuente de empleo y motor económico. Pero por otro, la masificación de ciertas rutas está dejando una huella preocupante: campamentos base convertidos en vertederos, senderos llenos de residuos, gente local sobreexplotada cargando equipos descomunales y comunidades locales que apenas reciben una parte justa de los beneficios.
Por eso, decidimos hacer algo distinto.
Este trekking se diseñó con otra filosofía:
- Caminamos junto a un equipo de mujeres locales, apoyando su a empleos dignos.
- Priorizamos lo local y lo sostenible, desde la comida hasta los alojamientos.
- Evitamos rutas saturadas, buscando una experiencia más auténtica y en equilibrio con el entorno.
- Reducimos nuestra huella, minimizando residuos y apostando por un consumo consciente.
Porque la aventura y la sostenibilidad no tienen por qué estar reñidas.
La historia de Puspa: cuando la montaña cambia vidas
Nuestra guía, Puspa, conoce estos senderos como la palma de su mano. Pero su historia no es la típica de alguien que creció en la montaña con un destino ligado al trekking.
Antes de ser guía, Puspa trabajaba en el campo, de sol a sol, cargando sacos de arroz y agua. No había otra opción. Hasta que un día decidió que quería más y se unió al programa Empowering Women of Nepal, una iniciativa que ha formado a más de 2.000 mujeres para que puedan convertirse en porteadoras, asistentes y guías de montaña.
Ser guía no solo le dio independencia económica, sino que la convirtió en un referente para muchas otras mujeres. Porque sí, la montaña es dura, pero intentar salir adelante en un mundo donde todo está diseñado para que te quedes atrás, lo es mucho más.
Turismo responsable: la sostenibilidad no es solo reducir plásticos
Durante el trekking, vimos algo que nos dejó pensando: los senderos estaban llenos de envoltorios de chucherías. Y no eran de turistas.
"Esto no es basura de los turistas, es que aquí no se habla de medioambiente", nos explicó Puspa. Las industrias de ultraprocesados han llegado antes que la educación ambiental y las infraestructuras para la gestión de residuos.
Este detalle, aparentemente menor, es un reflejo de un problema más grande: no podemos hablar de sostenibilidad sin hablar de a recursos y educación.
Viajar responsable no es solo llevar tu botella reutilizable o evitar envoltorios de plástico. Es cuestionarte quién se beneficia del dinero que gastas, qué impacto tienen las rutas que eliges y cómo puedes contribuir a un turismo más justo y equitativo.
Más que un trekking, una forma de viajar
Si algo nos llevamos de este viaje es que la montaña nos transforma. Pero también nos recuerda que nosotras también dejamos huella en ella.
Si quieres vivir esta experiencia, caminando con todas las mujeres que hicieron posible este viaje te invito a escuchar este nuevo episodio del podcast de Hacia lo Salvaje.
Qué lo disfrutes.