Anakena: la bachata como punto de encuentro y renacimiento latino. Ellos nos lo cuentan
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Pablo D. Santonja | @datosantonja
Con el lanzamiento de Bachata City, Anakena da un salto artístico y conceptual sin precedentes. El grupo venezolano ha creado en su nuevo disco una ciudad sonora que recorre el desamor, la rabia, la nostalgia y la ternura. Lo hacen a través de ocho canciones que viajan por distintas ciudades del mundo, pero sin perder nunca su brújula: la reivindicación de la bachata.
“Queríamos hablar del desamor, pero desde distintas miradas, desde diferentes contextos. Cada canción es casi un personaje y una historia en una ciudad distinta”, nos cuenta Mikel Maury, uno de los integrantes de la banda, en una conversación que terminó convirtiéndose en un paseo por la trastienda emocional y musical del álbum.
La elección del género no fue arbitraria. La bachata, históricamente marginada por ciertos sectores sociales e incluso geográficos, fue para Anakena una oportunidad de resignificar y acercar. “La bachata siempre ha sido un género que ha estado más vinculado a clases humildes. Mucha gente le tenía rechazo, lo cual nos parecía una locura, porque a los cuatro nos encanta”, explica Mikel.
Para el grupo, hacer bachata no es una pose ni una moda. Es un acto de amor cultural y un vehículo para hacer accesible la música latina a todo tipo de públicos. “Nuestra misión siempre ha sido ser una banda latina que utilice todos los géneros latinos que tenemos —que son muchísimos— y llevarlos a un formato más digerible, sin perder su esencia.”
Cada pista de Bachata City lleva el nombre de una ciudad —Tokio, Marbella, Buenos Aires, Acapulco...—, aunque la localización no siempre es literal. A veces es una atmósfera, un sonido, una emoción. “En Acapulco, por ejemplo, necesitábamos una ciudad de playa, latina, con fiesta. Y Acapulco tiene esa vibra de tragos, de quedarse solo en la playa al final de la noche. Terminamos metiéndole un guiño sonoro mariachi para situarla, pero sin ser demasiado obvios.”
Este equilibrio entre lo local y lo universal también se escucha en “Tokio”, donde usaron un instrumento japonés sampleado y distorsionado, escondido entre la producción. “Hay muchas canciones donde ni siquiera decimos el nombre de la ciudad para que cada quien se la imagine”, explica Mikel.
La temática gira en torno al desamor, pero no por una fórmula comercial, sino por una conexión con el estado emocional de su público. “Cuando escribimos con Noreh la canción de Buenos Aires, él nos dijo: ‘la sensación es que la gente está deprimida, está pasando por muchas cosas’. Y tenía razón. Sentimos que la gente se conecta mucho con la rabia y la tristeza en este momento”.
Solo una canción se desmarca del tono melancólico: Marbella. Es la excepción, la historia de una relación que sí funciona. Un oasis entre rupturas y desencuentros.
Con una gira que recorrerá ciudades como Madrid, Valencia, Berlín, Londres y Bogotá, Anakena se enfrenta a un nuevo reto: tocar en vivo solo los cuatro , sin la orquesta de hasta diez músicos que solían llevar. “Este show lo llevamos preparando año y medio. Queríamos que fuera algo especial”, afirma Mikel.
Este cambio ha implicado una evolución como músicos. “Mara, que es percusionista, va a tocar batería y percusión al mismo tiempo. Santiago, el guitarrista acústico, ahora también toca eléctrica. Yo tocaré piano y guitarra. Nos pusimos el reto de crecer como músicos para este show”.
Además, el espectáculo no será una simple sucesión de canciones. “Nos preocupamos mucho por la narrativa del concierto, que cada canción se comunique con la siguiente, que haya una evolución. Habrá momentos acústicos, casi electrónicos, DJ sets… Todo eso nos lo permite Bachata City, porque cada tema tiene un universo distinto”.
La música latina, incluso cuando habla de dolor, tiene una vocación natural de mover. Así se lo dijo Juan Pablo Vega, productor del disco, mientras grababan en Colombia: “Una canción tiene que hacer que la gente se mueva, aunque hable de tristeza”. Esa idea se ha convertido en el corazón del disco. Porque el ritmo no está reñido con el sentimiento, y la melancolía también se puede bailar.
En definitiva, Bachata City es una declaración de principios. Es el proyecto de una banda que ha decidido reinterpretar lo latino desde la emoción, la autenticidad y el riesgo. Una banda que no le teme a la tristeza, pero tampoco al movimiento. Larga vida pues a “Anakena”.