'Locke & Key', volumen 2: más oscuro, sangriento y sin concesiones
Esta edición integral retoma las aventuras de la familia Locke casi exactamente en el punto donde terminó el anterior.
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Vicente I. Sánchez | @Snchez1Godotx
Tras una acertada y cuidada primera parte de Joe Hill e ilustrada por Gabriel Rodríguez, publicada originalmente entre 2008 y 2013.
Esta edición integral retoma las aventuras de la familia Locke casi exactamente en el punto donde terminó el anterior. Lo interesante de esta continuación es que Hill asume que el lector ya está familiarizado con la historia, evitando volver a presentar personajes o explicar lo que está ocurriendo. Todo lo contrario: la narración avanza de manera cruda y sin concesiones, mostrando a una familia que ya ha aceptado la existencia de las llaves mágicas y los espíritus malignos que buscan apoderarse de la llave "Alpha". Recordemos que esta llave es capaz de abrir una puerta negra, la cual daría a una legión de demonios con la habilidad de poseer cuerpos humanos.
Los más cinéfilos podrán disfrutar de múltiples guiños en honor a su padre, Stephen King, lo que añade un atractivo extra para los seguidores de ambos escritores
Joe Hill va directo al grano, sin detenerse demasiado en explicar los poderes de las nuevas llaves, ya que el verdadero atractivo de este volumen radica en que los personajes ya están completamente adaptados a este mundo mágico. Sin embargo, lo más llamativo es su tono oscuro, sangriento y despiadado, mucho más que en la primera parte. Aquí, el autor se muestra más libre y arriesgado, sin temor a eliminar personajes y a incluir momentos incómodos y políticamente incorrectos. Esto se hace especialmente evidente en el villano principal, Lucas Caravaggio, alias Zack Wells, quien se despoja de cualquier máscara y se revela como una figura absolutamente violenta y demoníaca, algo que en el primer volumen apenas se insinuaba, pero que aquí se desarrolla por completo.
Locke & Key, Volumen 2 es un cómic ágil y trepidante que da un salto de calidad al profundizar en su mitología sin dejar cabos sueltos. Incluso nos transporta a los tiempos de la Guerra de Independencia estadounidense para explorar los orígenes de las llaves y la misteriosa puerta. Es de agradecer que Hill no alargue innecesariamente la trama con giros rebuscados, sino que encamine la historia hacia un desenlace coherente y satisfactorio, algo difícil de lograr en una obra con tantas posibilidades narrativas. Además, los más cinéfilos podrán disfrutar de múltiples guiños en honor a su padre, Stephen King, lo que añade un atractivo extra para los seguidores de ambos escritores.
Esta cuidada edición en tapa dura es el complemento perfecto para sumergirse en el universo de Joe Hill. Gracias al esmerado trabajo en el color, podemos apreciar en detalle el arte de Gabriel Rodríguez, cuya ilustración, llena de vida y minuciosidad, logra un equilibrio perfecto entre la belleza y el horror. Y sí, sangre no falta en este cómic.