

Sistema Digital | Entre los dĆas 22 y 25 de mayo de este aƱo se celebrarĆ”n elecciones en los Estados de la UE para elegir a sus representantes en el Parlamento Europeo. SerĆ”n las primeras elecciones de carĆ”cter general y con circunscripción Ćŗnica que se celebren en EspaƱa bajo el mandato del seƱor Rajoy. Por lo tanto, en este mes de enero comenzarĆ” de hecho la precampaƱa electoral, previsiblemente en un ambiente muy marcado por la crisis y por la oleada de recortes y medidas de austeridad impuestas por la Unión Europea, el BCE y el FMI. Unas medidas que la ciudadanĆa viene rechazando enĆ©rgicamente porque ponen en entredicho a la Democracia, al Estado de Bienestar Social y, ademĆ”s, alimentan una idea contraria a la propia Unión Europea. Todo ello- aunque nos augura una fuerte abstención- nos servirĆ” de referencia para conocer mejor la dimensión del malestar de la ciudadanĆa hacia la Unión Europea y el verdadero alcance del desencanto que estĆ”n produciendo las polĆticas del actual Gobierno, desde hace dos aƱos, asĆ como las posibilidades reales de la oposición y, en concreto, de la izquierda para ser alternativa de gobierno en nuestro paĆs.
La realidad que estamos viviendo confirma que las consecuencias de la crisis estĆ”n causando verdaderos estragos en los trabajadores y, particularmente, en los mĆ”s dĆ©biles. Eso justifica y explica el Plan Europeo de Inversiones, Crecimiento Sostenible y Empleos de Calidad elaborado recientemente por la Confederación Europea de Sindicatos (CES), que se ha hecho pĆŗblico en Bruselas con especial protagonismo de CCOO y UGT. El momento elegido para presentar el Plan resulta oportuno y pretende divulgar, en vĆsperas de las elecciones al Parlamento Europeo (reforzado y con mĆ”s competencias), las alternativas sindicales mĆ”s apropiadas para salir lo mĆ”s rĆ”pidamente posible de la crisis y avanzar en la consolidación de una Europa mĆ”s cohesionada en tĆ©rminos económicos y sociales.
La CES rechaza rotundamente la actual polĆtica de austeridad causante del insostenible desempleo en la Unión Europea: 26,5 millones de desempleados, entre ellos 5,7 millones de jóvenes menores de 25 aƱos. De la misma manera se opone a un modelo de salida de la crisis basado en la precariedad laboral y en una polĆtica (dumping social) que sólo pretende mejorar la competitividad de las empresas reduciendo drĆ”sticamente los salarios, los despidos, las pensiones y la prestación por desempleo, ademĆ”s de desregular brutalmente el mercado de trabajo y apostar decididamente por una regresiva polĆtica fiscal.
En este sentido, el Plan contempla una serie de alternativas económicas y sociales a una polĆtica que ha fracasado estrepitosamente y que sólo ha beneficiado al poder económico y financiero a costa de los trabajadores, que no son precisamente los culpables de la crisis.
Sin duda, el empleo representa el principal problema de la Unión Europea. Por eso, el Plan exige el cese inmediato de las polĆticas de austeridad, por sus efectos letales en el empleo, sin que eso signifique abandonar la corrección razonable del dĆ©ficit y la contención de la deuda pĆŗblica. Las polĆticas de austeridad han fracasado sin paliativos en los paĆses donde se han impuesto por sus calamitosos efectos depresivos. EstĆ” comprobado que, a medida que una empresa, comunidad o paĆs busca ser mĆ”s competitivo reduciendo sus salarios y sus aspiraciones sociales y medioambientales, se crea una espiral descendente en los ingresos y en las infraestructuras sociales y materiales. Salarios mĆ”s bajos y una reducción del gasto pĆŗblico implican menor poder adquisitivo, conduciendo todo ello al estancamiento, la recesión, la caĆda del consumo interno y al desempleo, causantes finales de la desigualdad y pobreza, como lo viene denunciando Intermón: Si continĆŗan las polĆticas de austeridad, el 42% de los espaƱoles serĆ”n pobres en el aƱo 2025.
En coherencia con ello, la CES propone relanzar un ambicioso paquete de inversión de 10 aƱos de duración -para impulsar el crecimiento económico-, que alcance los 260.000 millones de euros anuales, el 2% del PIB europeo: Por lo tanto, 2,6 billones de euros. Su aplicación, segĆŗn CCOO, permitirĆa un crecimiento adicional del PIB de cinco puntos porcentuales en los cinco primeros aƱos y la creación de 11 millones de puestos de trabajo en los 10 aƱos de vigencia del Plan. Se pretende invertir en la generación de energĆa limpia; en industrias sostenibles; en educación; en investigación, innovación y desarrollo; en infraestructuras y comunicaciones; en rehabilitación de viviendas; en servicios pĆŗblicos de calidadā¦
Se prevĆ© que su financiación se lleve a cabo mediante la emisión de eurobonos sostenidos por un capital inicial aportado por los Estados -en base al impuesto a las transacciones financieras y al impuesto a las grandes fortunas- y garantizados por Ć©stos y el BCE, lo que significarĆa pagar tipos de interĆ©s reducidos.
Por otra parte, los sindicatos plantean que los recursos pĆŗblicos para la inversión deben ser excluidos de la regla de oro que limita el dĆ©ficit estructural de los Estados de la UE a un mĆ”ximo del 0,5% del PIB, como recoge la regresiva reforma de nuestra Constitución pactada en su dĆa por el PP y el PSOE.
El Plan es particularmente exigente en reivindicar el aumento del poder adquisitivo de los salarios y del salario mĆnimo legal, asĆ como la implantación de un ingreso social mĆnimo garantizado que tenga como base principios europeos comunes. No sólo porque es justo, sino tambiĆ©n porque contribuye decisivamente a la recuperación del consumo y por lo tanto al crecimiento de la economĆa y a la generación de empleo. Para llevarlo a cabo se defiende el diĆ”logo social, la negociación colectiva y la autonomĆa de los interlocutores sociales, sin injerencias de los poderes pĆŗblicos como viene ocurriendo en nuestro paĆs y cuyos exponentes mĆ”s claros han sido la reforma laboral y la reforma de las pensiones.
En la misma medida se incide en la redistribución de la riqueza, a travĆ©s del fortalecimiento de los servicios pĆŗblicos y, sobre todo, de los sistemas de seguridad social y, dentro de los mismos, de los sistemas de pensiones muy afectados por las Ćŗltimas polĆticas de recortes que, incluso, afectan al poder adquisitivo de los actuales pensionistas. En este capĆtulo se recuerda tambiĆ©n la importancia de las personas dependientes a las que se deben garantizar cuidados a largo plazo y, en todo caso, su dignidad como personas, asĆ como la necesidad de desarrollar guarderĆas infantiles y servicios de atención adecuados para niƱos, lo que facilitarĆ” la igualdad de gĆ©nero y la conciliación de la vida familiar y laboral. Debemos recordar, ademĆ”s, que la atención a estos colectivos genera importantes retornos económicos e, inclusive, crea un nĆŗmero considerable de puestos de trabajo, al margen del fuerte componente social del que estĆ” dotada esta polĆtica por su propia naturaleza.
Especial relieve alcanza la polĆtica fiscal. Resultan imprescindibles medidas a nivel europeo que persigan la evasión y el fraude fiscal. Los sindicatos europeos son particularmente rotundos en la lucha contra los paraĆsos fiscales, la especulación, la corrupción y la economĆa sumergida. Exigen que el impuesto de sociedades sea armonizado mediante la introducción de un tipo mĆnimo del 25%, eliminando para ello las subvenciones y las desgravaciones fiscales competitivas en el marco de la UE y cuyo ejemplo mĆ”s significativo se viene produciendo en EspaƱa, donde las grandes empresas tienen una tasa de imposición fiscal del 30% y, sin embargo, el tipo impositivo real es mucho mĆ”s bajo. Efectivamente, segĆŗn Gestha, EspaƱa es el quinto paĆs con el tipo mĆ”s alto de sociedades (30%), casi 7 puntos por encima de la media de la UE (23,1%); sin embargo, la recaudación por este concepto es de las mĆ”s bajas (ocupa el puesto 22 de 27). Se trata, ademĆ”s, del impuesto que mĆ”s peso ha perdido en los Ćŗltimos aƱos, junto al impuesto de las grandes fortunas, concentrando entre ambos el 72% del fraude fiscal, lo que explica en buena medida la caĆda de seis puntos en la recaudación desde el inicio de la crisis, al pasar del 37,1% del PIB, en 2007, al 31,4% en 2011, segĆŗn el Ćŗltimo informe conocido de la Comisión Europea sobre tendencias fiscales.
Se trata, en todo caso, de medidas conducentes a incrementar los ingresos fiscales y, como consecuencia, a impulsar el crecimiento económico y el empleo, asà como a facilitar la corrección del déficit, sin que ello ponga en riesgo el gasto social y el gasto en servicios públicos esenciales: Sanidad, Educación y Servicios Sociales.
Una polĆtica de estas caracterĆsticas sólo serĆ” posible fortaleciendo la democracia y la transparencia en las diversas instituciones de la Unión Europea, comenzando por los diversos parlamentos, tanto nacionales como en el Parlamento Europeo. Por eso resultan importantes las elecciones a celebrar en el próximo mes de mayo en todos los paĆses de la UE; no podemos olvidar que el Parlamento Europeo tendrĆ” capacidad para aprobar o rechazar la legislación europea, decidir el presupuesto de la Unión Europea y elegir al presidente de la comisión Europea. En todo caso, la pretensión final de la CES es que las medidas contempladas en el Plan sean recogidas ampliamente en los programas de los partidos polĆticos de Ć”mbito europeo, particularmente de los partidos de izquierda.
Por el momento, llama la atención la escasa atención que han dedicado los medios de comunicación de masas a este claro y rotundo pronunciamiento de la CES. Este hecho confirma, en buena medida, la supeditación de no pocos medios de comunicación a las polĆticas neoliberales vigentes en el Ć”mbito de la Unión Europea. Por eso, los sindicatos estĆ”n organizando una campaƱa para divulgar estas ideas -lo que reforzarĆ” su presencia en las empresas y en el conjunto de la sociedad-, que se prolongarĆ” en los próximos meses hasta la Cumbre de Primavera del Consejo Europeo y culminarĆ” en una Jornada de Acción Europea que incluirĆ” una gran euro manifestación en Bruselas en la primera semana de abril. Se trata, en definitiva, de contrarrestar -con alternativas económicas y sociales cuantificadas- unas polĆticas regresivas que atentan contra el empleo, el Estado de Bienestar, los derechos laborales y sociales, la libertad y la democracia, con el agravante de que estas polĆticas se estĆ”n mostrando incapaces de corregir nuestros desequilibrios económicos mĆ”s importantes: el dĆ©ficit y la deuda pĆŗblica.
Por aƱadidura, esta campaƱa ayudarĆ” considerablemente a la CES y a los sindicatos en general a retomar la iniciativa y a mejorar su credibilidad y confianza delante del conjunto de la ciudadanĆa. En todo caso, es una buena razón y un buen momento para que los sindicatos defiendan su dignidad y encabecen con entusiasmo, en los próximos meses, una āgran marea ciudadanaā que convierta las elecciones al Parlamento Europeo en un clamor contra la austeridad. No debemos olvidar que la democracia y la ciudadanĆa vienen demandando con insistencia una respuesta contundente a esta situación, ante el convencimiento de que si no hacemos nada en la actualidad nos esperan en los próximos aƱos convulsiones aĆŗn mayores de las que venimos sufriendo. Secundar esta iniciativa serĆa la mejor noticia para todos en los inicios del aƱo 2014.