El desempleo frena a 7 de cada 10 mujeres víctimas de violencia machista a la hora de denunciar
Un 75% de las mujeres víctimas no tenía empleo en el momento de sufrir la violencia y, de las que lo han encontrado, un 83% asegura que ha sido clave en su proceso de recuperación personal.
El temor a que la denuncia produzca un efecto multiplicador en la violencia, junto al desempleo de la mujer conducen a un 70% de las víctimas a la inacción
En el marco de la celebración en noviembre del mes contra la Violencia de Género, que culminará el próximo día 25 con el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, la Fundación Adecco ha elaborado el V Informe Violencia de Género y Empleo, basado en una encuesta a 500 mujeres víctimas que han acudido a sus oficinas durante el último año. Además, se han analizado los datos de denuncias por violencia de género ofrecidos por el Consejo General del Poder Judicial.
Frenos para denunciar: desempleo y miedo a represalias
En muchas ocasiones, la ausencia de información, la situación de vulnerabilidad económica y social de las víctimas y la merma de autoestima que sufren, consecuencia de la violencia sufrida, provocan que las mujeres que padecen esta lacra no estén dando el paso de denunciar.
Así, el 82% de las encuestadas ite que le costó mucho reconocer su condición de víctima y que, durante mucho tiempo, buscó pretextos para no romper su silencio.
La presente encuesta ha querido profundizar en los motivos que frenan a una mujer víctima a denunciar, obteniéndose los siguientes resultados: 7 de cada 10 destaca el desempleo o la situación de precariedad como razones de peso: al no tener ingresos propios y depender económicamente del agresor, temen verse solas, sin recursos e, incluso, perder a sus hijos.
El mismo porcentaje (70%) subraya el miedo a las represalias, temiendo que la denuncia desencadene consecuencias más graves en la violencia sufrida, tanto sobre ellas, como sobre sus hijos.
Por detrás, un 61% ite que no denuncia por vergüenza a “reconocer” las graves situaciones que ha tolerado, seguidas de un 50% que declara no querer perjudicar al agresor (prisión, pérdida de estatus social y familiar, etc). En otras palabras, la mitad de las mujeres no denuncia por un sentimiento de culpabilidad.
Además, y como se aprecia en el siguiente gráfico, existen otras razones que llevan a las víctimas a la inacción: inseguridad jurídica (desconfianza en el sistema, 46%), la esperanza de que su pareja cambie (38%) o la voluntad de “aguantar” para que sus hijos tengan una familia (25%).
Fuente: Encuesta Fundación Adecco
Recuperación económica = récord denuncias
El estallido de la crisis no sólo afectó de lleno a la economía y al empleo, sino que tuvo efectos colaterales en el ámbito social, concretamente en el plano de la violencia de género. De este modo, y ante un mercado laboral cada vez más deteriorado, no fueron pocas las mujeres que alargaron la situación de violencia, por miedo a no encontrar empleo y no poder salir adelante por sí mismas, temiendo además que su cónyuge perdiera su trabajo y sus hijos se vieran sin recursos.
En este sentido, entre 2008 y 2013 se registró un importante descenso en el número de denuncias por violencia de género, hasta que en 2014 se rompió esta tendencia para comenzar paulatinamente a crecer.
En efecto, el pasado 2016 terminó con la cifra récord de denuncias por violencia de género (142.893) y este 2017 va por el mismo camino. Así, en los 2 primeros trimestres del año se han contabilizado 83.198 denuncias, un 18% más que en el mismo periodo que el año anterior, cuando se registraron 70.236.
Fuente: Consejo General del Poder Judicial. Observatorio de la Violencia de Género
Navarra y Aragón, las regiones donde más crecen las denuncias
El empleo, la mejor arma contra la violencia
El desempleo se posiciona como una de las 2 principales razones por las que una víctima decide no romper su silencio. No en vano, un 75% de las mujeres no tenía empleo o trabajaba en condiciones de precariedad (fundamentalmente en la economía sumergida) en el momento de sufrir la violencia.
La Fundación Adecco suscribe esta realidad, identificando las siguientes razones que sitúan al empleo como mejor herramienta para superar la situación de violencia de género:
- Porque proporciona a las mujeres autonomía e independencia económica, ayudándoles a romper el vínculo con su pareja.
- Porque incrementa su confianza en sí mismas, al sentirse parte productiva de la sociedad, mejorando su autoestima y fortaleza para poner fin a la situación.
- Porque amplía su círculo social, permitiéndoles conocer nuevas personas, así como fortalecer su red de apoyos.
- Porque posibilita desconectar del ámbito familiar y descubrir nuevas motivaciones.
- Porque se convierte en el mejor mecanismo preventivo para evitar que la situación de violencia se vuelva a producir en el futuro
Según Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco: “No significa que el trabajo sea una barrera infranqueable contra la violencia de género, pero sí observamos que se convierte en el mejor escudo protector, al eliminar el factor dependencia económica, que muchas veces es el causante de que las situaciones de violencia se prolonguen en el tiempo”.
En efecto, la mayoría de las encuestadas que encontraron un empleo tras denunciar su situación (83%) asegura que éste ha sido clave en su proceso de recuperación personal, permitiéndole normalizar, dignificar y reconducir su vida.
Guía Un empleo contra la violencia
Este mes, la Fundación Adecco presentará la Guía Un Empleo contra la violencia, un trabajo cuyo propósito es acompañar a la mujer víctima en todo el proceso: desde la identificación de la situación de violencia, hasta la interposición de la denuncia y la búsqueda de un empleo que les ayude a recuperar las riendas de su vida.