La importancia histórica de Mary Seacole
Se significó en lucha contra los prejuicios raciales pero a su muerte cayó en el olvido. En 2004 fue proclamada la más grande británica negra.
Mary Seacole nació en Kingston (Jamaica) en el año 1805, fruto de la unión entre un escocés y de una mujer mestiza. De su madre le vino el interés por los enfermos, ya que era una afamada curandera de Kingston y dueña de una hostería para soldados inválidos y sus familias. A los doce años comenzó a ayudar a su madre. Se casó en 1836 con Edwin Horatio Seacole.
En el año 1850 nuestra protagonista se distinguió en la ayuda a los enfermos de la epidemia de cólera en Jamaica, aprendiendo mucho de dicha enfermedad. Aquella epidemia se llevó a la tumba a más de treinta mil personas.
Después de esta experiencia Mary marchó a Panamá para visitar a su hermano. Residiendo en Cruces tuvo que ponerse manos a la obra porque una epidemia de cólera asoló la región. Toda su experiencia en el trabajo con esta enfermedad hizo reflexionar a Mary Seacole sobre la necesidad de fomentar la higiene y ventilación de los hogares y de los hospitales. También comprendió que era necesario istrar una correcta alimentación a los pacientes. Llegó a convertirse en toda una autoridad en enfermedades tropicales.
En 1991 se le concedió a título póstumo la Orden del Mérito de Jamaica, y en 2004 fue proclamada la más grande británica negra
Una madura Seacole, con ya cincuenta años pero con gran energía, ofreció sus servicios al gobierno británico para marchar a la guerra de Crimea cuando se enteró de la situación de la sanidad militar. No lo consiguió, al contrario que Florence Nightingale. Es evidente que una cosa era aceptar a una mujer blanca en hospitales militares, a pesar de lo que le costó a Florence, y otra muy distinta que trabajase una mujer negra en la sanidad militar. Pero Mary no se amilanó, se hizo con medicamentos y alimentos, y marchó a la guerra costeándose el viaje. Fundó el British Hotel para poder atender a los enfermos. Era conocida como Madre Seacole por los heridos.
El fin de la contienda dejó arruinada a Mary. A pesar del apoyo de muchos militares que habían comprobado el gran trabajo realizado, el gobierno británico siguió sin reconocerlo, todo lo contrario que se hizo con Nightingale; los prejuicios raciales pesaban mucho en la época victoriana. A lo sumo recibió algunas medallas de las potencias vencedoras de la guerra de Crimea.
Escribió y publicó una autobiografía que le permitió no morirse de hambre, Las extraordinarias aventuras de la Señora Seacole en lejanas tierras.
Mary Seacole murió en 1881 y cayó en el olvido. Hoy sabemos de su labor y merece nuestro reconocimiento. Existe la Fundación Mary Seacole de la Unesco. Además, en 1991 se le concedió a título póstumo la Orden del Mérito de Jamaica, y en 2004 fue proclamada la más grande británica negra.