
India, potencia económica, informĆ”tica, militar y atómica tiene entre sus 1240 millones de habitantes unas tremendas desigualdades. Es el cuarto paĆs mĆ”s peligroso del mundo para las mujeres.
Los feticidios, infanticidios y feminicidios han hecho que hoy falten en la India 50 millones de niƱas. El Estado de Bengala Occidental, cuya capital es Calcuta, es uno de los peores ya que registra el 12% de delitos contra las mujeres de todo el paĆs, segĆŗn datos de Naciones Unidas.
Sus contrastes son brutales. Podemos pasar de los mĆ”s avanzados campus tecnológicos de Bangalore a la pobreza mĆ”s absoluta de Andra Pradesh, de los homeless de las grandes ciudades a los maharajĆ”s que todavĆa existen.
La batalla contra el aborto selectivo de niñas, contra las bodas infantiles y contra la exclusión de la mujer de la escuela son algunos de los grandes problemas a solucionar.
Las niñas son un colectivo especialmente vulnerable por desatención de la salud y malnutrición. En lo primeros años de vida, mueren un 40 por ciento mÔs de niñas que de niños.
Miles de mujeres embarazadas eligen no tener una niƱa, ya que se ven privadas de cuidados, alimentos o asistencia sanitaria que sus familias destinan a sus hermanos. Cuanta mƔs pobreza, mayor privilegio de los varones dentro de los hogares.
El 25% de las niƱas sufre malnutrición. En el seno de muchas familias todavĆa es habitual ver comer al padre y a los hermanos varones primero y a las mujeres despuĆ©s.
Los Ćŗltimos datos del Buró Nacional de Registro de CrĆmenes de la India indican que 8.233 mujeres fueron asesinadas en 2012 por la dote, un descenso respecto a las 8.618 muertes de 2011. La dote fue suprimida por ley en 1961 pero hoy en el dĆa sigue llevĆ”ndose a cabo. Las tradiciones son una losa insuperable para las ciudadanas.
Para las clases altas la dote es un sĆmbolo de poder pero para la mayorĆa de las familias es una ruina que puede llevar a la muerte.
El suicido es la principal causa de muerte entre las féminas indias, especialmente entre los 15 y los 29 años, según el informe Global Burden of Diseases, Injuries, and Risk Factors . El matrimonio,concertado por lo general, representa la principal causa.
Desde 1994 estĆ” prohibido que se informe del sexo del bebe a los futuros padres, pero por unos pocos euros el mĆ©dico les darĆ” un caramelo azul o rosa. La revista The Lancet estima que hasta 12 millones de niƱas podrĆan haber sido abortadas desde 1984 en Ć©ste paĆs.
El 44,5% de las mujeres son desposadas antes de los 18 años pero la realidad es que muchas niñas son obligadas a casarse con hombres mayores incluso antes de tener la primera menstruación. Y como consecuencia de esta prÔctica nos encontramos con un aumento importante de niñas viudas que son incapaces de mantener a sus hijos, de saberse desenvolver en una sociedad competitiva, sin formación y que acaban viviendo de la caridad.
Hasta hace unos aƱos, esas niƱas viudas pasaban a pertenecer a un hermano de su marido pero la mayorĆa de las veces son abandonadas a su suerte o bien son tratadas como trabajadoras- esclavas por parte de la familia del marido. Suelen vivir ocultas. Su viudedad es la muerte social.
La situación es tan lĆmite que hasta se ha creado una ciudad de las viudas.
MÔs de quince mil mujeres- niñas viven en la ciudad de Vrindavan, al norte de la India, a 150 kilómetros de Delhi, según datos del del Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer.
AhĆ conviven ancianas con mujeres de mediana edad y con niƱas. Todas son consideradas de tercera categorĆa. Una mujer que ha perdido a su marido debe permanecer en duelo el resto de su vida, segĆŗn las tradiciones hinduistas mĆ”s conservadoras. Debe olvidarse de sus coloridos saris, no llevar ningĆŗn ornamento y cortarse todo el cabello para no producir deseo en otro hombre.
En India hay unos 33 millones de viudas, muchas de las cuales viven en aldeas donde sufren crueles abusos y marginación.
āMe casaron a los doce aƱos con mi tĆo. No habĆa tenido aĆŗn mi primera menstruación. Me llevaron a vivir a una cabaƱa compartida donde vivĆa una hermana de mi marido y otros familiares. Me trataron como una criada. EnfermĆ© y me vinieron a buscar mis padresā explicó Nagalaskshmi al escritor gallego Manuel Rivas y que Ć©l relata en su libro Rumbo a las estrellas.
Pero la vida de esta mujer todavĆa empeoró mĆ”s. Posteriormente fue vendida por setenta mil rupias y obligada a ejercer la prostitución. Durante tres aƱos la maltrataron y le frotaban guindillas verdes en los ojos. Finalmente encontró su salvación en la Fundación Vicente Ferrer.