
Es seguramente real e implĆcito que hablando de mejorar la educación y echar mano de diferentes mĆ©todos o artilugios para tal fin, se usa desde lo mĆ”s corriente hasta lo mĆ”s sofisticado como los llamados mĆ©todos STEAM los que manifiestan claramente sobre el entorno sin referirse solamente al espacio escolar arquitectónico sino tambiĆ©n al equipamiento, a los materiales didĆ”cticos, al entorno educativo virtual, pero mĆ”s que nada a las relaciones afectivas de socialización e interacción entre todos los de la comunidad educativa que son los que a su vez les brindaran autonomĆa.
A pesar de que hoy la escuela no estĆ” mĆ”s desligada de su conexión corriente de integración con su comunidad, es importante y fundamental centrarme en ese entorno de relación directa y obligada dentro de la escuela y del aula que ataƱe cada alumno, adicionando las experiencias de o con otras comunidades educativas similares o no, relación que actualmente me parece no estĆ” resolviendo las necesidades verdaderas de los alumnos, las que le servirĆ”n objetivamente ahora y en la siguiente etapa despuĆ©s del secundario, afirmo esto ya que en las experiencias de cada dĆa dentro de la comunidad educativa en esta parte de la Argentina, observo que se plantean situaciones que no ayudan a la construcción de aprendizajes significativos en los jóvenes, lo que me hace reflexionar y pensar si Ć©sta escuela estĆ” siendo āuna escuela vinculada a la vidaā como sugiere (John Dewey).
Es tan importante este entorno del que estamos hablando que el doctor y licenciado en filosofĆa, J. Manuel PĆ©rez T. en sus investigaciones afirma que: āno importan tanto los objetos de conocimiento, los mĆ©todos, los procesos y/o los sistemas cuanto los contextosā es decir contextos que a la par proporcionen oportunidades para el dialogo creativo, critico educativo y constructivo.
A lo largo de mi experiencia de trabajo pasando por diferentes centros educativos, fue corriente escuchar la premisa: ādebemos prepararlos para la vidaā deseo siempre latente en casi todas las reuniones de trabajo docente, sin embargo, a pesar de tantos mĆ©todos y herramientas didĆ”cticas, me parece que no se dio lugar o no se puso mucho hincapiĆ© en esta variable de la que me estoy ocupando hoy.
Si tenemos en cuenta que la educación a nivel secundario, es una construcción individual, lo primordial es brindarle un entorno donde se sienta confortable, un ambiente gratificante, estimulador, afectivo, rico y variado en posibilidades para que pueda poner todo su potencial en el aprovechamiento de cada una de las oportunidades para el aprendizaje, para el debate productivo, analista, fecundo y positivo, en resumen, para el hecho educativo.
Este entorno escolar es tan influyente en cada alumno que las interacciones no son solamente entre pares (compaƱeros del mismo y diferentes niveles ) sino con cada miembro de la comunidad: docentes, directivos, personal istrativo, aulas, lugares en el resto de la escuela, y tambiĆ©n la relación con otras comunidades educativas; con esto quiero decir que hoy sabiendo que todo espacio tiene carĆ”cter educativo, no se debe de ninguna manera limitar las posibilidades de aprendizaje solamente al aula, pues cualquier espacio diseƱado estratĆ©gicamente puede ser protagonista del proceso de enseƱanza-aprendizaje todo esto dependiendo del atractivo de las instalaciones y de las soluciones imaginativas de los docentes, asĆ contribuyen a ese lenguaje de libertad, de autonomĆa y de horizonte abierto, para de una vez por todas romper con el clĆ”sico concepto de espacio educativo.
Haciendo eco del pensamiento de Mariano Martin Gordillo, en su reflexión āel alma del aulaā sobre la experiencia de interacción que deben tener los alumnos con otras comunidades educativas, quiero decir que en esta parte de la Patagonia se estĆ”n dando apertura a actividades intra-escolares e inter-escolares sobre diferentes temas, experiencias y actividades propias del aprendizaje, con ayuda de las herramientas tecnológicas que hoy en dĆa son cada vez mĆ”s aceptadas por toda la comunidad, se van trazando caminos diferentes, gestiones que muy bien aclara Mariano, deben ser prioritarias de las direcciones y autoridades de la escuela, en acuerdo con sus propias coordinaciones y haciendo uso de esa flexibilidad organizativa que Ć©l propone.
Tengo esperanza y convicción de que con los cambios lentos que se van implementando en las planificaciones Ć”ulicas e institucionales, en esta región y tambiĆ©n a nivel nacional, estĆ” mucho mĆ”s claro lo que queremos decir cuando en reuniones docentes se coloca la premisa ādebemos prepararlos para la vidaā entender que de lo que se trata es buscar herramientas que sean Ćŗtiles para resolver los problemas de la vida, dĆ”ndoles la oportunidad de aprender a travĆ©s de vivir su vida, dentro de ese medio apropiado.
Estando ya conscientes de la importancia del entorno educativo, es prioridad usarlo como factor influyente para el aprendizaje en todo espacio escolar sin circunscribirse solamente al aula sino a todo el contexto de la escuela, es decir pensar la escuela y en la escuela, no es pensar soluciones sino pensar problemas para poder poner a prueba distintos modos de existencia y convivencia que inciten a abrir preguntas que hagan pensar cómo se construyen nexos que a su vez posibiliten componer aprendizajes significativos al interior de un contexto apropiado.
Por Ćŗltimo y en atención a tantas variables posibles dadas para un aprendizaje de calidad, es el entorno el que debe estar muy presente a la hora de priorizar elementos que faciliten acciones dirigidas hacia este objetivo, es por eso que todos los de la comunidad educativa, deberĆamos estar de acuerdo en interiorizar, en utilizar y en poner en prĆ”ctica una definición de entorno escolar sugerido por Domenech y ViƱas (2007) ācomo un lugar en el que la comunidad educativa reflexiona, con el Ćŗnico objetivo de conseguir un crecimiento intelectual, personal y humano del conjunto de alumnos y alumnas para saber cuĆ”les son los conocimientos relevantes y significativos que necesitan para conseguir su integración con Ć©xito en la sociedad actual".
ArtĆculo escrito por Marcela Gesica Bravo Portocarrero originalmente publicado en el portal OEI protegido por una licencia