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miércoles. 28.05.2025

¿Salvarán los jóvenes a Europa del auge de la extrema derecha?

¿Qué está llevando a los jóvenes, tradicionalmente agentes de cambio, a abrazar discursos conservadores e incluso reaccionarios?
europa
Flickr Parlamento Europeo.

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En octubre pasado un sondeo de 40dB publicado por El País y la Cadena Ser reveló un dato inquietante: Vox, el partido de extrema derecha en España, ha consolidado una base significativa entre los jóvenes de 18 a 34 años. Con un discurso que mezcla populismo y provocación cultural, Vox ha captado el 17% del apoyo femenino y el 28% del masculino en este segmento de edad. Este fenómeno no es exclusivo de España: un giro hacia la derecha se extiende por Europa y más allá, como evidencian las recientes elecciones en Estados Unidos y Argentina.

¿Qué está llevando a los jóvenes, tradicionalmente agentes de cambio, a abrazar discursos conservadores e incluso reaccionarios?

En las elecciones europeas de junio pasado, los jóvenes alemanes, que en 2019 respaldaron mayoritariamente a Los Verdes, han cambiado de rumbo: el 16% de los votantes de 16 a 25 años apoyaron a Alternativa para Alemania (AfD). El panorama será más claro tras las elecciones generales del 23 de febrero. En Francia, el 30% de los votantes jóvenes se inclinó por el Reagrupamiento Nacional de Marine Le Pen, un patrón reflejado en las presidenciales de 2022, donde Le Pen obtuvo el 39% del voto juvenil. En Italia, el 21% de los jóvenes de 18 a 34 años votó por Hermanos de Italia, liderado por Giorgia Meloni.

Estos datos cuestionan la idea de una juventud inherentemente progresista, comprometida con la justicia social y preocupada por la crisis climática. Este giro hacia la derecha no es trivial ni casual, responde a dinámicas económicas, sociales y políticas que sitúan a las nuevas generaciones en una encrucijada. ¿Qué está llevando a los jóvenes, tradicionalmente agentes de cambio, a abrazar discursos conservadores e incluso reaccionarios?

La precariedad económica es un factor central. Los jóvenes enfrentan mercados laborales inciertos, falta de vivienda y un costo de vida en constante aumento, lo que ha erosionado su confianza en los grandes partidos tradicionales. No es que hayan perdido el interés por el cambio, sino que priorizan la seguridad. La inseguridad económica genera un miedo profundo a no alcanzar una vida digna, haciéndolos más receptivos a narrativas que prometen orden y control, aunque impliquen restricciones de libertades o exclusión de ciertos grupos.

Un sondeo del CIS del año pasado reveló que uno de cada cuatro jóvenes de 18 a 34 años no considera que la democracia sea preferible a cualquier otra forma de gobierno. A diferencia de generaciones anteriores, que temían perder su empleo, los jóvenes actuales temen no conseguirlo nunca, independientemente de su nivel de preparación. Este miedo los lleva a buscar soluciones inmediatas en partidos que ofrecen proteccionismo nacionalista, políticas migratorias restrictivas y recortes fiscales.

La extrema derecha ha sabido capitalizar el descontento mediante narrativas simples y efectivas que apelan al miedo y prometen soluciones directas

La extrema derecha ha sabido capitalizar este descontento mediante narrativas simples y efectivas que apelan al miedo y prometen soluciones directas. En redes sociales, las campañas de partidos como AfD en Alemania, por ejemplo, han ganado tracción, especialmente en plataformas como TikTok, con mensajes que critican a la izquierda por promover el“decrecimiento” y pedir sacrificios para salvar el clima. “Con nosotros no tendrán que sacrificar nada”, prometen.

Este ecosistema digital, con algoritmos que fomentan la polarización y crean cámaras de eco, refuerza discursos simplistas. La rapidez y superficialidad de estas plataformas dejan poco espacio para los matices, favoreciendo las narrativas extremas. Como reconoce Rita Maria Matias, presidenta del ala juvenil  del partido de extrema derecha de Portugal, Chega!: “Los jóvenes se sienten atraídos por líderes carismáticos y comunicación innovadora, especialmente en redes sociales, donde se muestra valor para romper con la corrección política”.

La mayoría de los jóvenes siguen defendiendo la igualdad de género, los derechos humanos y la justicia climática

No todo está perdido. Es importante no asumir una alineación ideológica general entre los jóvenes y la derecha. La mayoría de los jóvenes siguen defendiendo la igualdad de género, los derechos humanos y la justicia climática. Muchos participan activamente en movimientos progresistas y causas sociales. Sin embargo, la izquierda debe reconocer sus debilidades, para corregirlas.

Para contrarrestar esta tendencia, las fuerzas progresistas deben ofrecer algo más que promesas a largo plazo. Los jóvenes necesitan estabilidad tangible en el presente para recuperar su capacidad de soñar en grande. Sin una base económica sólida, el miedo seguirá venciendo al idealismo.

Tal vez la pregunta no sea si los jóvenes salvarán a Europa del auge de la extrema derecha, sino si Europa será capaz de ofrecerles algo mejor que la desesperanza. Solo atendiendo sus demandas de seguridad y futuro, la juventud podrá convertirse en el motor de un cambio positivo y sostenible.

Feliz 2025.

¿Salvarán los jóvenes a Europa del auge de la extrema derecha?