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viernes. 13.06.2025
CUERPO DE GUARDIA

Si la vida te da la espalda

CapitĆ”n Lagarta | Hay un dicho mejicano que dice ā€œsi la vida te da la espalda, agĆ”rrale las nalgasā€.

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Escasea tanto que bien pudiera decirse que se trata del fantasma de un espectro. La dignidad, esa especie de aplomo y decoro que una persona manifiesta al comportarse, suele escasear cuando no hay dinero. Consecuencia directa del caminar con la cabeza gacha por no haber viruta es que la gente merme tres o cuatro centĆ­metros de altura. Se pueden ganar hasta seis o siete de altiva estupidez cuando hay peculio en la bolsa. Es digno quien siempre mide lo mismo, quien se conduce de modo grave, quien camina siempre con soltura y realce, mirando al sol; como dice el corrido: ā€œcon dinero y sin dinero hago siempre lo que quiero y mi palabra es la leyā€. Pero formamos parte de una gran peƱa de siervos sobre los que apenas se precisa ejercer coerción pues amamos tanto nuestra esclavitud, que lejos de indignarnos  -de verdad-  jugamos a la distopĆ­a del llanto y del dar pena, del moqueo y del babeo. A ella le preguntaron ayer en una entrevista de trabajo que cuĆ”ntos hijos tenĆ­a y ella, vergonzosa, asustada, bajando los ojos, mirando al suelo, dijo que dos, que tenĆ­a dos, mĆ”s o menos, como dudando. Si los crĆ­os pudieran verla en esa tesitura pensarĆ­an, los niƱos son asĆ­, que mamĆ” no les quiere. En el telediario de las nueve saldrĆ” papĆ”, lo han entrevistado en la cola del paro. ā€œĀæCómo va la cosa?ā€, preguntarĆ” la rubia esa de la tele, la que estĆ” tan buena y el [sic, sin acento] responderĆ” medroso:ā€œpues mal, este mes acabo la ayuda familiar y seguro que nos quitan la casaā€. Al oĆ­r a papĆ” los crĆ­os serĆ”n vĆ­ctimas perpetuas de indefensión aprendida, pues la cobardĆ­a  -el coraje tambiĆ©n-  se pueden aprender en una sola puta vez, y para siempre. Si mamĆ” dijera: ā€œĀ”dos, tengo dos y bien hermosos!; si papĆ” respondiese a la rubia: ā€œmira maja, la Constitución dice que tengo derecho y deber de trabajar; el deber lo cumplĆ­ siempre como buen cristiano, pero el derecho me lo van a garantizar los poderes pĆŗblicos, joder si no, porque yo soy Ć­bero orgulloso y cabrón,  y ...ā€ , pues quĆ© habrĆ­a de pasar, que no lo sacarĆ­an en la tele; pero el dĆ­a D, justo antes de que la casa se llenase de uniformes sin alma, a la hora H, dirĆ­a a su familia que le esperasen afuera con los bultos. Y cuando a Ć©l, con acento ahora, lo sacasen a palos, porque sólo asĆ­ saldrĆ­a, les gritarĆ­a:ā€œno os preocupĆ©is, que antes de la noche ocupamos otraā€. Entonces, hartos de dignidad, los crĆ­os pedirĆ­an a la madre algo mĆ”s prosaico, menos filosófico, la comida; y brava ella responderĆ­a: ā€œpues ea! venid conmigo a la Cruz Rojaā€. Hay otro dicho, tambiĆ©n mejicano, que sentencia: ā€œsi la vida te da la espalda, agĆ”rrale las nalgasā€.

Si la vida te da la espalda