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lunes. 09.06.2025
TRIBUNA FEMINISTA

8 de marzo: la lucha sigue, la memoria permanece

No es casualidad que muchas de las reivindicaciones de hoy tengan su origen en las batallas lideradas por mujeres sindicalistas, muchas veces invisibilizadas en la historia oficial.
| Arxiu Històric de CCOO de Catalunya
Foto del Arxiu Històric de CCOO de Catalunya

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Hoy, 8 de marzo de 2025, nos encontramos nuevamente en una fecha que trasciende las conmemoraciones oficiales y las campañas institucionales. El Día Internacional de la Mujer no es un acto protocolario ni un eslogan publicitario: es un recordatorio de lucha, de sacrificio y de conquistas aún incompletas. Es un día para la memoria y para la acción.

Hoy la lucha de las sindicalistas sigue viva en las fábricas de Bangladesh, en las maquilas de Centroamérica, en las huelgas de las limpiadoras, enfermeras, cuidadoras y cajeras de supermercado en Europa

Este día nació como el Día de la Mujer Trabajadora. No debemos olvidar que detrás de cada derecho conquistado hubo mujeres que alzaron la voz, enfrentaron despidos, encarcelamientos y en demasiadas ocasiones la muerte. Desde aquellas obreras textiles que en 1857 marcharon en Nueva York exigiendo condiciones dignas de trabajo, hasta las 140 mujeres que en 1911 murieron calcinadas en la fábrica Triangle Shirtwaist porque sus jefes cerraron las salidas de emergencia, el 8 de marzo nos recuerda que el progreso ha sido posible gracias a la lucha colectiva. 

Si hay un motor clave en la lucha por los derechos de las mujeres trabajadoras, ese ha sido el sindicalismo. No es casualidad que muchas de las reivindicaciones de hoy tengan su origen en las batallas lideradas por mujeres sindicalistas, muchas veces invisibilizadas en la historia oficial. Hoy la lucha de las sindicalistas sigue viva en las fábricas de Bangladesh, en las maquilas de Centroamérica, en las huelgas de las limpiadoras, enfermeras, cuidadoras y cajeras de supermercado en Europa. Son las protagonistas de una historia de resistencia que sigue escribiéndose en cada centro de trabajo.

La lucha por la igualdad no solo se da en los salarios y condiciones laborales, sino también en el reconocimiento del talento y la contribución de las mujeres en todos los ámbitos

Sin embargo, la igualdad sigue siendo una meta, no una realidad. No faltan leyes ni directivas que reconocen el derecho a la igualdad salarial y de oportunidades. Desde el Tratado de Roma de 1957 hasta las normativas actuales de la Unión Europea, la discriminación de género está prohibida sobre el papel. Pero la realidad demuestra que, sin control sindical, sin acción colectiva y sin movilización, las desigualdades persisten.

La lucha por la igualdad no solo se da en los salarios y condiciones laborales, sino también en el reconocimiento del talento y la contribución de las mujeres en todos los ámbitos. La historiadora de la ciencia Margaret W. Rossiter acuñó el término “Efecto Matilda” para describir cómo, a lo largo de la historia, las científicas han sido sistemáticamente ignoradas o sus descubrimientos atribuidos a hombres.

Esta invisibilización no es un fenómeno del pasado. La brecha de género en las disciplinas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) sigue siendo una realidad preocupante en España y en muchos otros países. Los datos lo demuestran:

Este 8 de marzo no puede ser solo una fecha de discursos bienintencionados. Debe ser una jornada de reivindicación, balance y compromiso

• Informática: En 1985, las mujeres representaban aproximadamente el 30% del alumnado en carreras de informática en España. Hoy, en el curso 2023-2024, ese porcentaje ha disminuido al 12,74%.

• Matemáticas: En 1985, las mujeres constituían alrededor del 50% del estudiantado. Actualmente, solo representan el 36,26%.

• Inteligencia Artificial (IA): En un sector clave para el futuro, solo el 22% de los profesionales en España son mujeres.

Estos datos evidencian una tendencia alarmante: la presencia femenina en áreas clave de la ciencia y la tecnología está disminuyendo o se mantiene en niveles bajos. Esto subraya la necesidad de políticas públicas y estrategias educativas que fomenten la participación de las mujeres en estas disciplinas.

Por ello iniciativas como “No More Matildas”, o la campaña “Niñas y mujeres… ¡en pie de Ciencia!” son imprescindibles. Es preocupante que hoy en día el 50% de los padres sigan imaginando a sus hijos varones en carreras científicas y solo el 20% a sus hijas, a pesar de que los estudios muestran que niñas y niños tienen el mismo rendimiento en estas áreas.

No es solo un eslogan decir que el feminismo no es una cuestión solo de mujeres. Es una cuestión de justicia, derechos y progreso social. Una sociedad que discrimina y excluye a la mitad de su población no puede avanzar de forma sana y justa.

Por eso, este 8 de marzo no puede ser solo una fecha de discursos bienintencionados. Debe ser una jornada de reivindicación, balance y compromiso. Un día para recordar que la igualdad no se regala, se conquista. Que cada derecho logrado ha sido fruto de la lucha y que mientras haya brechas salariales, violencia machista, discriminación laboral e invisibilización del talento femenino, la lucha sigue siendo imprescindible. Y mucho más en tiempos donde las ideas reaccionarias avanzan, intentando revertir derechos conquistados.

Por eso, hoy es un buen día para gritar junto a todas las sindicalistas, junto a todas las trabajadoras y mujeres del mundo:

¡Viva el 8 de marzo! ¡Viva la lucha de las mujeres trabajadoras!

8 de marzo: la lucha sigue, la memoria permanece