Reflexiones sobre la autonomía militar de la UE
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En principio podemos afirmar que, desde el final de la II Guerra Mundial, Europa Occidental nunca ha tenido autonomía militar tanto en un continente dividido en bloques como después de la caída de la Unión Soviética. Europa ha supeditado su defensa militar dejándola en manos de la OTAN. Es decir, cediendo su soberanía militar a la dirección de Estados Unidos.
Al final de la “guerra fría” con la llegada de Gorbachov al poder en la Unión Soviética, éste ofreció la disolución del Pacto de Varsovia, réplica soviética a la OTAN, a cambio de que no se ampliara hacia el este la Organización Atlántica. Gorbachov fue el responsable de la caída del “muro de Berlín” y de la disolución del Pacto de Varsovia. Pero EEUU y Europa Occidental no respetaron su compromiso y ampliaron la OTAN a todos los antiguos “satélites” de la Unión Soviética.
Deberíamos entender la mentalidad rusa que ha considerado que los ataques, en la época moderna, siempre le han llegado desde Occidente
Aunque cueste deberíamos entender la mentalidad rusa que ha considerado que los ataques, en la época moderna, siempre le han llegado desde Occidente, desde la invasión napoleónica, hasta en las dos guerras mundiales. Esto ha creado una obsesión en la mentalidad rusa sobre la necesidad de tener un colchón territorial entre sus fronteras y occidente. Ya en el final de la II Guerra Mundial, la URSS en los acuerdos de las grandes potencias se incorporó una importante porción de territorio polaco en el este a la URSS. En compensación se otorgó a Polonia una porción similar de territorio del este de Alemania.
Durante toda la época de la “Guerra Fría” las actuaciones militares soviéticas se limitaron a disciplinar los países del Pacto de Varsovia. Incluso en el caso de la crisis de los “misiles en Cuba” fue una respuesta a la instalación de cohetes norteamericanos en Turquía. El resultado fue unas negociaciones en las que de cara al público Jrushchov acordó retirar los misiles soviéticos de Cuba. Pero al poco tiempo EEUU, sin publicidad retiró sus misiles de Turquía tal como se estableció en el acuerdo entre las dos potencias.
El conjunto de Europa en toda esa época ha subordinado su defensa militar a su país guía, es decir los EEUU. Ahora con la istración Trump esta situación se ha quebrado y el conjunto de los países europeos ha entrado en un cierto pánico escénico y se han lanzado a plantear la necesidad de un rearme e incremento de sus presupuestos militares.
La pregunta es: ¿Para qué? ¿Con qué objetivo?
Entendería la necesidad de un rearme del conjunto de los países europeos si ese estuviera dirigido a adoptar una posición militar defensiva autónoma. Y por autónoma significaría tres cosas: 1.-Al margen de la OTAN; 2.- De carácter defensivo; y 3.- Con una planificación común para la constitución de un ejército conjunto europeo, con proyectos militares conjuntos de producción europea y sin duplicidades nacionales.
Hay que eliminar una OTAN obsoleta que sólo obedece a los intereses norteamericanos, y crear una Alianza Europea militar conjunta de carácter defensivo
Es decir, eliminar una OTAN obsoleta que sólo obedece a los intereses norteamericanos, y crear una Alianza Europea militar conjunta de carácter defensivo. Sin estar dirigida contra nadie sino en defensa del conjunto de países europeos que se adhieran a dicha alianza, con presupuestos militares conjuntos.
Es evidente que esto es sumamente difícil si no va acompañado de una voluntad de avanzar en una Europa federal no sólo económica sino social y política lo cual comportaría un salto cualitativo sobre la actual UE.
¿Por qué la ciudadanía debería entender un incremento de fondos para militarización europea sin visualizar a la vez una mayor aproximación y proyección de una mejor ciudadanía conjunta europea en lo referente al bienestar social?
Europa no puede tener enemigos previamente determinados, ni Rusia, ni China ni Estados Unidos. Europa debe tener un proyecto común y propio de buena vecindad sin seguidismo de otras potencias.
Europa debe tener un proyecto común y propio de buena vecindad sin seguidismo de otras potencias
Ya hemos visto como EEUU cambia de posición cuando le interesa, y Europa no puede ser su siervo sino reivindicar su independencia y por tanto su autonomía en todos los aspectos. El tiempo del Pacto de Varsovia pasó y fue superado y ahora debemos superar el tiempo de una OTAN creada en la guerra fría. Y hemos de tratar de tener pactos de buena vecindad con todos, también con Rusia y entender sus miedos y temores.
No tiene sentido hacer seguidismo de los EEUU en todo incluso en considerar adversario estratégico a China. China hoy es la gran potencia emergente mundial en todos los aspectos y Europa debe tratar de tener las mejores relaciones comerciales y de todo tipo con ella.
En todo caso también sería importante que dirigiéramos nuestra mirada prioritaria hacia el Sur global desde una perspectiva no colonialista, como en el pasado, sino como objetivo de unas relaciones económicas y financieras que puedan servir a ambas partes sin voluntades ni ideas preestablecidas de superioridad. El desarrollo del Tercer Mundo puede ser objetivamente interesante para unos intereses europeos con voluntad de relaciones igualitarias.
Desde la izquierda no debe caerse en infantilismos pseudo pacifistas de radical oposición a incrementos del gasto militar sino plantear una posición de exigir a qué van dirigidos
Por tanto, desde la izquierda no debe caerse en infantilismos pseudo pacifistas de radical oposición a incrementos del gasto militar sino plantear una posición de exigir a qué van dirigidos. Si es para continuar con una organización como la OTAN evidentemente NO. Si es para explorar otros objetivos como una mayor unidad y fortaleza de una Europa más unida social y políticamente con una real autonomía europea, también en el ámbito de defensa militar, entonces la izquierda debe defender todos los ámbitos que comporten una profundización de unidad europea.
Sin embargo plantear el incremento militar, a costa de otros objetivos, sólo para defendernos de Rusia, vista como potencial peligro y sin replantearnos que papel tiene la OTAN, entonces: “de entrada y salida no”.