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La terrible DANA que recientemente ha arrasado particularmente la provincia de Valencia y las gravísimas consecuencias que se han producido, han puesto de evidencia una vez más la absoluta incapacidad que los dirigentes del Partido Popular muestran allí donde gobiernan cuando se producen situaciones de gravedad que tienen la obligación de afrontar y gestionar.
Diferenciando con claridad la mayor gravedad de lo ocurrido en Valencia con más de 200 fallecidos y sin minusvalorar la enorme gravedad que tuvo el episodio del Prestige, lo cierto es que la actuación del gobierno valenciano presidido por el Sr. Mazón ante la Dana, no ha sido diferente a la que en su momento tuvo el gobierno de Galicia presidido por el Sr. Fraga en la catástrofe del Prestige y el gobierno de España presidido por el Sr. Aznar, con Mariano Rajoy y sus hilillos de plastilina.
El Sr. Mazón y su gobierno parece no escucharon las previsiones de la AEMET sobre la llegada de la Dana con el 29 de octubre como día crítico, tampoco reaccionaron cuando la citada agencia estatal estableció alerta roja desde primeras horas de la mañana. Es decir, en mi opinión una imprudente dejación de funciones que sin duda explica en buena medida las graves consecuencias que posteriormente se produjeron.
A la dejación de funciones hay que añadir una máxima irresponsabilidad y una más que posible actuación negligente de los máximos responsables del gobierno valenciano
El Centro de Coordinación Operativa Integrada (CECOPI) donde se concreta el mando ejecutivo ante la crisis, se convocó para las 17 horas, cuando en ese momento ya había localidades en situación muy preocupante y algunas instituciones y autoridades locales habían tomado ya medidas efectivas que sin duda salvaron vidas humanas. El presidente Mazón con quien parece ser fue muy difícil ar en un periodo de varias horas (estaba comiendo con una periodista) llegó dos horas tarde a la reunión del CECOPI y el aviso del enorme peligro se comunicó a los ciudadanos a través de los teléfonos móviles pasadas las 20 horas, es decir más de 12 horas después. En mi opinión a la dejación de funciones hay que añadir una máxima irresponsabilidad y una más que posible actuación negligente de los máximos responsables del gobierno valenciano.
Conviene indicar que era imposible evitar una gran parte de los daños materiales que la DANA iba a producir, pero si era evitable que los ciudadanos de las zonas más expuestas y vulnerables a la avalancha del agua pusieran en riesgo sus vidas. Hubo tiempo y se pudieron tomar medidas (evacuaciones de poblaciones junto a los barrancos, suspensión de todas las clases en colegios y universidades, paro de la actividad laboral en empresas en zonas de riesgo), todo ello pudo y debió hacerse antes de que los desbordamientos significasen un auténtico tsunami que arrasó todo lo que pillaba a su paso.
En todo ese periodo la total responsabilidad de la protección de los ciudadanos la tenía el gobierno valenciano del Partido Popular presidido por el Sr. Mazón y por ello resulta de una indecencia y ruindad máxima que tanto el Sr. Mazón como su jefe político el Sr. Feijóo, mediante mentiras y falsedades, traten una vez más de eludir sus responsabilidades y derivarlas a otros actores, en este caso al Gobierno de España.
Nada nuevo en este comportamiento del Partido Popular tratando de encubrir su incompetencia e irresponsabilidad para afrontar situaciones difíciles. El Sr. Mazón llegaba muy tarde, tras horas de difícil localización, a la reunión del órgano de mando (CECOPI), el Sr. Fraga entonces Presidente de la Xunta de Galicia estaba de cacería en momentos de enorme riesgo para la salud medioambiental de la costa gallega por la situación del buque Prestige; la desastrosa gestión de aquella crisis tanto por parte del gobierno gallego como del gobierno de España presidido entonces por el Sr. Aznar, generó uno de los mayores desastres medioambientales marinos conocidos.
Duele aún enumerar actuaciones del Partido Popular ante situaciones difíciles cuando éstas acontecen cuando gobierna. Recordar la gestión del gobierno del Partido Popular tras el accidente del Yak-42 y la enorme indignidad con que el Ministerio de Defensa con el Sr. Trillo como máximo responsable, llevó a cabo el proceso de identificación de los restos de los militares fallecidos, su repatriación y entrega a sus familiares, significó otro episodio que ratificaba la absoluta irresponsabilidad, incompetencia e interés partidista de los dirigentes del Partido Popular para gestionar de manera satisfactoria procesos de crisis.
Rememorar hoy la burda manipulación que el gobierno de Aznar hizo sobre la autoría del 11-M con el único fin de mantener el poder en las elecciones generales que se celebraban tres días después, supone volver a evidenciar la absoluta falta de respeto a la ciudadanía y la utilización de la mentira como atributos de los dirigentes del Partido Popular.
Irresponsabilidad, incompetencia, falso patriotismo y deslealtad institucional son señas de identidad del Partido Popular desde su origen
Los hechos históricos enumerados y el fracaso de los gobiernos del Partido Popular al afrontarlos creo son suficientemente significativos para mostrar su incapacidad para garantizar tanto la seguridad de la población como la buena salud del territorio y por ello omitiré enumerar otros más recientes y de enorme gravedad; eso sí me veo obligado a recordar una cifra 7.291 correspondiente a los mayores fallecidos en las residencias madrileñas sin recibir la asistencia sanitaria que necesitaban.
Respecto a la Dana que arrasó de manera particular la provincia de Valencia, estamos asistiendo una vez más a un burdo intento de manipulación por parte del Partido Popular tratando de culpar al gobierno de España de la enorme tragedia y así tratar de eludir la responsabilidad del gobierno del Sr. Mazón en la gestión de la crisis.
En ese intento vuelve a aparecer como protagonista el Sr. Feijóo que como experto en el ejercicio de la mentira continuada y en su afán personal no disimulado de atacar al presidente Sánchez no tiene reparo incluso en tratar de desprestigiar a la actual vicepresidenta del gobierno de España y futura vicepresidenta de la Comisión Europea Teresa Ribera mediante mentiras respecto a su papel en la crisis. Ha llegado a afirmar el Sr. Feijóo dirigiéndose a la Sra. Von der Leyen que una Comisión Europea con Teresa Ribera en su seno tendría una mancha ab initio.
Al margen del nivel de falso patriotismo del Sr. Feijóo tratando de evitar que una española ostente por conocimientos y solvencia un alto cargo en Europa, lo que verdaderamente llama la atención es que esa afirmación venga del Sr. Feijóo que aún no ha explicado de forma completa y convincente a los ciudadanos españoles su amistad con un narcotraficante, sus vacaciones junto a ese personaje, sus paseos en su yate y todo ello siendo el número 2 de la Consejería de Sanidad del gobierno gallego, así como que el narco ganaba licitaciones en esas fechas en departamentos de ese gobierno a través de sus empresas legales según se ha publicado. ¿Donde está la mancha ab initio Sr. Feijóo?
Por cierto, hoy mismo, un compañero de partido del Sr. Feijóo, el presidente andaluz, Sr. Moreno Bonilla ha declarado que una vez recibido el aviso de alerta roja por la situación en Málaga por parte de la AEMET, ha tomado medidas de manera inmediata para evitar riesgos a los ciudadanos y minimizar lo más posible los daños materiales, es decir una decisión lógica y coherente con la responsabilidad que los gobiernos autonómicos tienen en las situaciones de emergencia.
La declaración del presidente andaluz asumiendo su responsabilidad en la gestión de la emergencia tomando decisiones, pone en evidencia posiblemente sin quererlo, toda la estrategia de Feijóo y Mazón basada en eludir responsabilidades y cargar la culpa al Gobierno de España, particularmente en las figuras de Teresa Ribera y Pedro Sánchez.
Irresponsabilidad, incompetencia, falso patriotismo y deslealtad institucional son elementos que configuran una forma de hacer política y entender el ejercicio del poder político; en mi opinión debilitan nuestro sistema democrático y desgraciadamente son señas de identidad del Partido Popular desde su origen.