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Francisco Nieto |

Los irreductibles galos están de vuelta y más vibrantes que nunca con El combate de los jefes. Edición 2025 (Salvat). Una edición especial limitada, perfecta para fans y nuevas generaciones. Este clásico, originalmente publicado en 1966 por René Goscinny y Albert Uderzo, se reinventa con 16 páginas de extras explosivas, revelando secretos inéditos sobre su creación y los entresijos de la esperada serie animada de Netflix, que en pocos días ha conseguido posicionarse como una de las series más vistas de la plataforma.
Tal y como se nos comenta en la nota de prensa de la editorial que ha tenido a bien reeditar este fantástico álbum ilustrado, en esta nueva edición vamos a poder disfrutar de un montón de páginas añadidas al cómic original en las que vamos a disfrutar desde documentos inéditos, con bocetos de Uderzo, guiones originales de Goscinny y notas sobre la inspiración del álbum, que se basó en las rivalidades entre clanes celtas. También detalles sobre cómo los romanos usaban estrategias similares para dividir a las tribus galas, con un enfoque en la cultura belga e Información detallada sobre la miniserie Astérix y Obélix: El combate de los jefes, dirigida por Alain Chabat, que adapta esta historia con animación moderna y un elenco de voces estelares. Los extras exploran cómo se tradujeron los gags del cómic al formato animado.
Una vez leído el cómic y complementado con el visionado de la serie de Netflix, podemos afirmar que no nos hallamos ante una adaptación pura y fidedigna del álbum adaptado a la plataforma para la ocasión. La estructura básica de Astérix y Obélix: La batalla de los jefes se basa, por supuesto, en el cómic del mismo nombre de 1966, que también se utilizó parcialmente en la película animada de 1989 Astérix: el golpe de Menhir. El concepto de tener dos jefes compitiendo entre sí se puede encontrar en el original, al igual que el pasaje en el que el anciano Panorámix pierde la cabeza debido a una serie de catastróficas desdichas. Y también algunos gags fueron tomados directamente de las viñetas.
Otros puntos, sin embargo, son novedosos. El creador de la serie, Alain Chabat, quien también dirigió la película de acción real Astérix y Obélix: Misión Cleopatra en 2002, se toma un tiempo prudencial para revelar más sobre el pasado de los personajes. Sobre todo se examina con más detalle la amistad entre los dos protagonistas desde su más tierna infancia. Este aspecto se va retomando varias veces más a lo largo de la serie, lo que da pie a cierto sentimentalismo que no sabemos si era realmente necesario, ya que dichas intercalaciones ralentizan un tanto el ritmo de la acción y además desembocan en un final significativamente más largo, siendo el resultado un tanto ambiguo. Hay algunas buenas ideas, pero el conjunto adolece de ser un poco excesivo.
Pero volvamos al cómic, que es lo que nos interesa en esta reseña. La trama del álbum a “grosso modo” quedaría así: Tras haber sido humillados repetidamente por los galos rebeldes, Felonio Cauco, consejero del centurión Nébulo Nimbo, propone un combate singular entre Vitalstatistix, jefe de la tribu de Astérix, y el jefe galorromano Casio Cerámix de Linóleo. Según las antiguas costumbres galas, el perdedor perdería toda su tribu ante el ganador. Cuando Cerámix argumenta que Vitalstatistix ganaría sin duda con la poción mágica de invencibilidad de Panorámix, Cauco envía una patrulla para capturar a Panorámix antes de que se presente el desafío. Al intentar dispersar a los atacantes, Obélix golpea accidentalmente a Panorámix con un menhir, cuyo impacto le provoca amnesia y locura.
Esta historia se desarrolla íntegramente en el pueblo, y creo que los autores llegaron a un punto en el que publicaban una historia donde Astérix y Obélix emprendían una aventura salvaje en alguna tierra exótica, y la alternaban con una aventura ambientada íntegramente en el pueblo. Hasta esta historia, con la excepción de la primera, la mayoría de las historias mostraban a Astérix y Obélix viajando, así que resulta bastante agradable ver una aventura ambientada dentro del pueblo.
Como es habitual en un día al borde del Imperio Romano, los romanos intentan urdir una forma de derrotar a esta aldea de galos que usan una poción mágica para mantener a raya a todo el ejército. El plan actual es usar una antigua tradición gala: si una aldea quiere conquistar a otra, acuerdan un combate entre los dos jefes. Esta aldea es prácticamente la envidia de todas las demás, ya que es independiente de Roma. Sin embargo, el consejero (que siempre es un personaje sospechoso en los álbumes de Astérix) conoce una aldea cuyo jefe es muy prorromano. Así que le piden que desafíe a Vitalstatistix a un combate, con la promesa de que se encargarán del druida para que no tenga que preocuparse por la poción.
Sin embargo, Obélix resuelve el problema de los romanos lanzando accidentalmente un menhir a un grupo de romanos y falla, despreciándolo en su lugar. Por desgracia, Panorámix pierde el sentido y prácticamente lo olvida todo, incluso cómo preparar la poción. Así que Vitalstatistix, que no puede rechazar la pelea, debe encontrar la manera de derrotar a su oponente sin usar la poción (y, de hecho, lo consigue, pero no les diré cómo porque eso arruinaría la historia). Mientras tanto, Astérix intenta encontrar la manera de restaurar la salud de Panorámix, primero haciéndole preparar pociones al azar (con resultados bastante divertidos) y luego buscando un psiquiatra que lo ayude (sí, había psiquiatras en aquella época, o eso me dicen los álbumes de Astérix, y están basados en hechos históricos, ¿no?). ¡Cuidado con Psychoanalytix, el druida especializado en salud mental. ¡Una delicia!