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Vicente I. Sánchez | @Snchez1Godotx
Según la mitología griega, Parthenope era una sirena que dio nombre a lo que hoy conocemos como Nápoles. Su belleza y melódico canto llevaban a la perdición a los marineros que pasaban cerca, como relata La Odisea de Homero. Inspirado por esta figura mítica, casi divina, Paolo Sorrentino ha construido su nueva película.
En Parthenope el director italiano reflexiona nuevamente sobre la belleza, la nostalgia y la fuerza del amor
En Parthenope, el director italiano de obras como Fue la mano de Dios o La juventud reflexiona nuevamente sobre la belleza, la nostalgia y la fuerza del amor. La película vuelve a centrarse en Italia y, en particular, en su ciudad natal, Nápoles. Llena de una poética visual en casi cada plano, esta cinta profundiza en las claves de su cine, abordando con una sensibilidad especial, casi hedonista, la historia de una mujer que, mientras presencia los cambios de su ciudad, no deja de descubrir nuevos mundos y sensaciones.
Parthenope destaca también por ser el debut de Celeste Dalla Porta, una joven actriz de 26 años que Sorrentino ya considera su nueva musa. La trama gira en gran medida alrededor de ella, marcando un sorprendente giro en la filmografía del director, conocida por su enfoque masculino, incluso testosterónico. En esta ocasión, Sorrentino entrega la narrativa al servicio de una mujer.
Con motivo de la 17ª edición del Festival de Cine Italiano de Madrid, organizado por el Instituto Italiano de Cultura del 27 de noviembre al 4 de diciembre, donde Parthenope es una de las películas seleccionadas, tuvimos la oportunidad de hablar con Celeste Dalla Porta. Más allá de su deslumbrante belleza y luminosa presencia, desde los primeros minutos nos encontramos con una mujer cercana, comunicativa, llena de vitalidad y con ganas de explorar su personaje. Es un verdadero placer reflexionar sobre una de las películas más destacadas de la temporada.
Vicente I. Sánchez | ¿Cómo definirías a un personaje tan emblemático y poderoso como Parthenope?
Celeste Dalla Porta | Parthenope, en esencia, es la ciudad de Nápoles. Resume su espíritu y sus características a través de una mirada humanizada. Es una mujer libre, que no desea ser controlada y busca constantemente la verdad en los encuentros que vive. A través de estos descubrimientos, aprende más sobre sí misma, lo que la lleva a abrazar la antropología como su vocación de vida.
¿Crees que este es el modelo hacia el que debería mirar la mujer del siglo XXI?
Este personaje es una representación de cómo debería ser la mujer universal: alguien que elige su propio camino
Pienso que Parthenope representa a una mujer atemporal, siempre necesaria. La libertad es un derecho inherente a todas las mujeres, pero históricamente se les ha negado. No veo a este personaje como un modelo a seguir, sino como una representación de cómo debería ser la mujer universal: alguien que elige su propio camino en un mundo sin restricciones de tiempo ni época.
¿Cómo ha sido tu encuentro con Sorrentino?
Desde el primer momento percibí que era un artista único. Su humildad al relacionarse con las personas y su constante curiosidad por profundizar en lo que lo rodea son cualidades esenciales que un artista jamás debería perder. Estas características las traslada a los personajes que crea, como Parthenope. Trabajar con él fue conmovedor y muy significativo para mí.
¿Es difícil trabajar con él?
Claro que trabajar con Sorrentino puede ser complicado. Es un visionario que espera que los actores representen con precisión su mirada y visión artística. Al ser mi primera película, a veces me sentí fuera de lugar o desorientada, pero creo que el resultado ha valido cada esfuerzo.
Esta película se considera la más femenina de Sorrentino, desplazando la perspectiva masculina hacia la femenina. ¿Cómo habéis trabajado esto?
En Parthenope, Sorrentino toma la figura femenina y la intensifica, llevándola al centro de la narrativa
En las películas de Sorrentino siempre ha habido una perspectiva masculina muy marcada, ya que, como hombre, solía otorgar su alter ego a personajes masculinos. Sin embargo, siempre ha habido mujeres con una gran carga simbólica, aunque muchas veces idealizadas y no plenamente exploradas. En Parthenope, Sorrentino toma esa figura femenina y la intensifica, llevándola al centro de la narrativa. Para mí, ha sido un honor encarnarla.
Se habla mucho de tus escenas con Gary Oldman, pero para mí el mejor momento es tu momento con Peppe Lanzetta como el obispo de Nápoles. Es puro cine.
Me alegra que lo pienses, porque también siento que es una de las escenas más significativas de la película. Fue un momento muy trabajado junto a Sorrentino. En esa escena, Parthenope experimenta un crecimiento, un paso a un nuevo nivel. Ella elige libremente disfrutar del placer con este hombre, un acto de autoafirmación y coronación personal. En el contexto de la película, esta escena es como el tesoro de San Genaro que custodia este obispo: un momento cargado de misterio, casi un tabú. Sin duda, es uno de los pilares de la historia.
¿Eres consciente de que te has convertido en una musa del cine italiano? ¿Te identificas con esa belleza y poder?
Para mí, todo se reduce a una interpretación. Sin duda, hay aspectos del personaje que comparto, pero soy consciente de que esto es solo un papel. Tengo mi propia vida, muy alejada de la divinidad que parece irradiar Parthenope. No quiero encasillarme; prefiero avanzar paso a paso.
Gracias Celeste, nos vemos en futuros trabajos
