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sábado. 31.05.2025
CRÍTICA DE JAVIER MATEO HIDALGO

La épica poética del antihéroe: 'Geografía de la ventura', de Miguel Sánchez-Ostiz

Miguel Sánchez-Ostiz

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POESÍA  | Javier Mateo Hidalgo | @JavierMateoHid1

Pocos autores habrá que reflejen con el pulso sincero con que lo hace Miguel Sánchez-Ostiz lo que se nos presenta como realidad. Ya sea dentro de nosotros, fuera o en el camino que va entre uno y otro concepto. El “yo”, “las circunstancias” y lo que ambos producen en su inevitable diálogo, mudo o sonoro. Sánchez-Ostiz sin duda representa el conocimiento de los que así han escrito y lo condensa y reproduce con su inconfundible y fértil producción, ya sea mediante Manuel Rico, ha buscado hacer justicia en este sentido, alumbrando la poesía de Miguel Sánchez-Ostiz con la antología Geografía de la ventura.

El escritor se desdobla en personaje de los propios textos, interpelado por quien escribe, convirtiéndole en antihéroe a través de la épica poética

Editada y prologada lúcidamente por Alfredo Rodríguez, esta selección supone un certero recorrido por las composiciones del autor, que van desde el temprano Pórtico de la fuga (1979) hasta Espuelas para qué os quiero (2022). En total 11 libros, perteneciendo el título escogido que los aglutina a uno de los poemas de los volúmenes convocados, Aquí se detienen (1999). No es una elección baladí, pues en éste “cantar” se encuentra la esencia del versificador navarro: su espíritu indómito por aventurero, la condición nómada de su voluntad, siempre abierta a experiencias nuevas y utilizando como brújula el sentido común de la experiencia, la conciencia crítica que hace desconfiar de un mundo traicionero. Es Sánchez-Ostiz un flâneur que olvida los mapas —incluso los del tesoro— para salirse de las ciudades baudelerianas y explorar la naturaleza brava hasta llegar a los confines de continentes insospechados —en Elogio de Juan sin Tierra o en Elogio de la errancia, presentes en Aquí se detienen, se aprecia sin ir más lejos—. Un capitán de barco a la deriva al que no importa el destino sino la travesía. Desde la soledad escribe y a la soledad invoca, no sin rechazar la cuadrilla más que el escuadrón, con el que vive, recuerda y olvida —ejemplo claro de ello puede encontrarse en el poema Compagnons des mauvais jours, del libro El piano de Hölderlin (2019). 

Como bien dice Rodríguez en el p

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Miguel S´´anchez Ostiz

rólogo a la obra, Escribir con verdad, la poesía del navarro evoluciona o se metamorfosea de los primeros ejemplos a los últimos, despojándose de cierto barroquismo para descarnarse cada vez más, descarnando de palabras para condensar ideas cada vez más marcadas. Tal vez podría equivaler su odisea de aprendizaje a la que vive el personaje protagonista de su Crónica fabulosa del capitán don José Miguel de Amasa(1981), nombre barojiano donde los haya —recordando aquellos protagonistas con los que el vasco del 98 seguro soñó ser o a cuyo linaje quiso pertenecer—. Van llegando los desencantos y escepticismos, empezando por los que proceden de uno mismo, siendo aquí el autor el más implacable juez. Así, en el poema Vivir en mar agitado —uno de los últimos poemas, perteneciente a Espuelas para qué os quiero—, se pregunta: “No era esto lo que ibas a vivir. / Y si no lo era, ¿qué era? / Ya no sabes y enmudeces / extraviado en un presente que te es ajeno / y te llevas de parranda la pelea de tus sueños”. El escritor se desdobla en personaje de los propios textos, interpelado por quien escribe, convirtiéndole en antihéroe a través de la épica poética; esto es así, por muy contradictorios que resulten ambos conceptos emparejados. Y es que, detrás de la ironía y la caricaturización de la propia identidad, hay un telón de fondo dramático.

No hace falta citar las referencias poéticas presentes en Sánchez-Ostiz —él mismo las menciona al inicio de algunos poemas aquí presentados—, aunque hay muchas más: están, sin ir más lejos, las pictóricas, como en los poemas Dama de Cranach —de Invención de la ciudad (1989-1993)— o Aeter pungit, Vito volat et occidit —del poemario Fingimientos y desarraigos (2017), que toma el título de la leyenda que trae el ángel en el lienzo de vanitas barroco El sueño del caballero atribuida a Antonio de Pereda (1650)—. La música unida a la poética se presenta también en poemas como En recuerdo de Leo Ferré —perteneciente a Fingimientos y desarraigos— o en la dedicatoria de Tiempos agrios de El piano de Hölderlin —donde figura Germaine Montero—. El teatro también hace acto de presencia en El viaje de los comediantes (1982) e incluso el cine, desperdigado en las atmósferas recreadas. En conjunto, suponen estas influencias un retablo de curiosidades con los que policromar el inventario —de invenciones— creativo; o, si se quiere, un gabinete de curiosidades completo con el que dar lustre a una poética única, la de Miguel Sánchez-Ostiz. Un recorrido necesario de un poeta imprescindible. 

Miguel Sánchez-Ostiz. Geografía de la ventura. Bartleby Editories. Madrid, 2024. VENTA ONLINE


Javier Mateo Hidalgo
Javier Mateo Hidalgo. Crítico cultural

La épica poética del antihéroe: 'Geografía de la ventura', de Miguel Sánchez-Ostiz