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Mónica Grau Seto | @monmislilith
La dibujante canadiense Kate Beaton irrumpió en el mundo del cómic en 2007, publicando tanto en revistas como The New Yorker o Harper’s, aunque empezó dibujando en webcómics en un blog bajo el título Hark! A Vagrant, de allí nacieron tiras cómicas sobre historia y literatura, con aventuras de mujeres victorianas atípicas, Sherlock Holmes… que luego fueron recopiladas y publicadas por Darwn and Quaterly, además también publicó en su cuenta de Tumblr: Ducks, y de esas primeras escenas nació el que sería su gran éxito internacional Patos.
La novela gráfica Patos. Dos años en las arenas petrolíferas, 2023 (Publicada en España por Norma) es una obra muy personal y con momentos muy oscuros que le sucedieron a la autora, son parte de sus memorias y están dibujada en blanco y negro, con un tipo de dibujo que sorprende por la dureza de la obra y con una extensión de 436 páginas. En ella plantea muchas preguntas, pero dejando las respuestas en el aire sobre el porqué del machismo, la precariedad laboral, crisis medioambiental... el título del comic es una metáfora a la migración que hacen muchos pájaros, y concretamente hace referencia a la muerte de un millar de patos en 2008, ahogados por alquitrán cuando se acercaron a lo que pensando que era una laguna.
Basándose en su propia experiencia y creando este relato autobiográfico, con una joven Kate con 22 años, que fue a trabajar en una empresa de explotación petrolífera en Alberta (donde se produce el 70% del petróleo de Canadá), para poder pagar los créditos para terminar su carrera de Historia y Antropología. Mostrando la realidad de este ambiente laboral donde por cada mujer trabajadora hay 50 compañeros masculinos. Allí fue testimonio de la discriminación, del racismo y la emigración, del machismo, los riesgos laborales, el daño al medio ambiente, la soledad y el acoso sexual y silencio de los responsables de la empresa. Kate fue violada, igual que muchísimas otras mujeres en esas plataformas, sin recibir apoyo. Una obra valiente y dura, que pudo plasmar diez años después cuando ya tenía suficientes habilidades para trasladar su historia al comic, y además en ese proceso largo llego su maternidad en dos ocasiones. Con esta obra ganó dos premios Eisner en 2023: a la mejor obra autobiográfica y la mejor guionista/dibujante, mejor novela gráfica con los Premios Ignatz, la mejor obra del año por el Premio Harvey y en el Saló del comic de 2024 también ganó el premio a la mejor obra extranjera.
Y ahora regresa con un relato infantil y con criaturas marinas, vuelve a tratar el tema del medio ambiente y realiza una crítica sobre técnicas de pesca como el arrastre. Nos alejamos de las versiones edulcoradas de sirenitas para conocer una valiente Tiburonilla y su defensa medioambiental, que con observación e inteligencia utilizará métodos muy humanos contra un malvado capitán de barco.
Este es el tercer libro ilustrado infantil de la autora, siguiendo a La princesa y el Poni (2015) y El Bebé Rey (2016). Y aunque veamos similitudes con el cuento de La Sirenita (1837), de Hans Christian Andersen, por tratarse de dos criaturas que viven en el mar y hacen un pacto con una bruja para convertirse en humanas, realmente hay diferencias evidentes, mientras que el interés de la sirenita era una fascinación por el mundo humano, el de Tiburonilla es una venganza, ya que ella es feliz viviendo en el océano.
La protagonista queda atrapada en una enorme de red de pesca de arrastre, una terrible forma que no sólo captura a miles de peces, sino que destroza el fondo marino y causa graves daños ambientales en el ecosistema, vemos en varias viñetas algunos peces que si son comestibles para los humanos y otras criaturas que serán desechadas y morirán. Nos muestra como logra escapar y pide ayuda a la bruja y regresa al barco “La Medusa” convertida en una joven que quiere ser marinera, todo forma parte de un plan para infiltrarse entre la tripulación, y a pesar de ser muy diferente a ellos al final congenia con esos pescadores, luego sigue con su plan para desestabilizar el funcionamiento del barco y lograr un motín contra el Capitán Barrett.
Resulta curioso el tratamiento de la bruja, esta no pide nada a cambio a la Tiburoncilla, y además comprende que no todos los humanos son malos como lo es el Capitán, y por lo tanto pueden aprender a pescar en cantidades pequeñas y sin arrastre.
La estructura del cuento alterna páginas con viñetas de comic, y otras con ilustración que ocupan la página completa, el recurso de las viñetas sin duda enriquece visualmente creando secuencias fáciles de entender para los más pequeños.
En el aspecto de literatura infantil destaca el lenguaje y la ironía que utiliza, sin infantilizar a sus lectores y conectando con ellos. Considera que es un público muy difícil, hay que saber comunicar, pero también entendiendo su experiencia con el mundo, pero sin mirar desde arriba. Los niños son inteligentes y se formulan preguntas. Además, la ilustración en color es un reto para ella y ha trabajado con formato digital, aunque sigue sintiéndose más cómoda con la ilustración clásica en blanco y negro.
En 1992 Canadá clausuró varios puntos de pesca porque habían colapsado la población de peces, con 40.000 personas que se encontraron sin trabajo, como en Terranova, y esa pesca masiva hizo desaparecer esos bancos de pesca, muchos de esos pescadores tuvieron que buscar trabajo justamente en empresas petroleras, por lo que son dos aspectos muy vinculados en la obra de Kate Beaton.
Es mucho más que un cuento de criaturas marinas, sino una historia para chicos y chicas tiburón, y también para lectores adultos, que reivindican luchar contra las injusticias y creen en la defensa del medioambiente.
Ficha Técnica:
Título original: Shark Girl
Autora: Kate Beaton
Traductor: Juan Naranjos.
Editorial: Astronave
Género: Álbum ilustrado, cuento infantil, medioambiente.
Edad: A partir de 6 años
Formato: Cartoné, 48 páginas
Año publicación: 2025
Sinopsis:
LA VENGANZA DE UNA CHICA TIBURÓN... AL MÁS PURO ESTILO HUMANO
Cuando la Tiburonilla es capturada por el capitán de un barco pesquero, lo único en lo que puede pensar es LA VENGANZA, así que le pide ayuda a una bruja marina para que la ayude a infiltrarse entre la tripulación. Su objetivo es provocar un motín, pero conseguirlo será más difícil de lo que parece... ¿Conseguirá llevar su plan a puerto, o se sorprenderá por el camino?
