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viernes. 23.05.2025
ENTREVISTA | CINE

“Los Yōkai normalmente dan miedo, pero aquí dan risa”

Entrevista con Nobuhiro Yamashita y Yôko Kuno, directores de Anzu, gato fantasma.
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Vicente I. Sánchez | @Snchez1Godotx

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Según la mitología japonesa, los Yōkai son criaturas sobrenaturales que conviven con nosotros. Pueden adoptar formas diversas: monstruos, espíritus, demonios o incluso objetos cotidianos que han cobrado vida. Algunos son terroríficos, otros traviesos, y muchos tienen una naturaleza ambigua o incluso protectora.

En Anzu, gato fantasma, uno de estos Yōkai es un peculiar gato de 37 años que, según se nos cuenta, es inmortal. Pero eso no es lo más curioso: Anzu conduce una moto, se comporta como un humano y trabaja como masajista. Todo ello con una naturalidad encantadora y un humor muy particular.

No es sencillo escribir sobre una película tan hermosa y profunda como Anzu, gato fantasma, dirigida por Nobuhiro Yamashita y Yôko Kuno. Sin duda, se trata de una de las cintas de animación más destacadas del circuito de festivales en 2024, con una gran acogida en eventos como Cannes y Sitges.

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Basada en el manga de Takashi Imashiro, la historia nos presenta a Karin, una niña de 11 años con una complicada situación familiar, que es enviada a vivir con su abuelo, un monje en un templo rural japonés. Allí conoce a Anzu, el gato fantasma que habla y que, desde el inicio, se nos revela como un ser inmortal.

Anzu, gato fantasma es una aventura emocional que bebe de lo mejor de la animación japonesa

Anzu, gato fantasma es una aventura emocional que bebe de lo mejor de la animación japonesa. Recurre al realismo mágico y a una rica tradición mitológica para contar una historia profundamente humana, en la que los Yōkai están muy presentes como símbolos de lo oculto, lo ancestral y lo emocionalmente reprimido.

La película va ganando intensidad con el paso de los minutos. Aunque su arranque es algo pausado y sus creadores tardan en desplegar todo su potencial, la recta final es deslumbrante: una suerte de descenso a los infiernos, lleno de referencias al folclore japonés. Es en esos momentos cuando la película alcanza sus cotas más altas, evocando incluso la magia de los mejores trabajos de Studio Ghibli.

Con motivo de su estreno en España, tuvimos la oportunidad de conversar con sus directores, Nobuhiro Yamashita y Yôko Kuno.

—Uno de los elementos más interesantes de la historia es la relación entre humanos y Yōkai, algo que ya planteaba el manga original. ¿Cómo trabajaron esta conexión?

La película quiere explorar la relación entre los humanos y los Yōkai, en este caso representados por Anzu

Yamashita/Kuno: La película quiere explorar la relación entre los humanos y los Yōkai, en este caso representados por Anzu. Aunque él es técnicamente un Yōkai, en el universo de la película no es visto como tal, sino como una prolongación de un gato común: un ser que siempre está ahí para brindar apoyo. Nos basamos en el manga original, donde los Yōkai ya están presentes. Lo interesante aquí es que, aunque tradicionalmente los Yōkai suelen provocar miedo, en Anzu, gato fantasma son cómicos, entrañables. Esa mezcla entre lo sobrenatural y lo humorístico es lo que hace única a esta película.

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Uno de los aspectos más celebrados de la película ha sido su original animación. ¿Cómo fue el proceso?

La película fue rodada inicialmente en live-action y luego animada mediante rotoscopia, una técnica que consiste en dibujar sobre la imagen real. Gracias a ello, los movimientos de los personajes tienen un peso y una gravedad distintos a los de la animación tradicional. Esa base realista aporta una textura especial, y marca una diferencia notable con otras producciones del género.

La película transita constantemente entre la melancolía y la alegría. ¿Cómo la definirían ustedes?

La película trata sobre una niña que ha perdido la capacidad de sonreír… y que, al final, recupera su risa

Para nosotros, lo más importante es el viaje emocional de Karin. Hay una escena clave, una bajada a los infiernos llena de seres fantásticos, que representa ese tránsito emocional. Pero al final, lo esencial es algo mucho más sencillo: la película trata sobre una niña que ha perdido la capacidad de sonreír… y que, al final, recupera su risa. Ese es el corazón de Anzu, gato fantasma.

Gracias por adentrarnos en este mundo de Yōkai, espiritualidad y ternura. Esperamos con entusiasmo sus próximos proyectos.

“Los Yōkai normalmente dan miedo, pero aquí dan risa”