
Cuando surgĆa un problema o una situación conflictiva, el malestar rural encontraba otros canales distintos al motĆn, alboroto o rebelión
Frente a la mayor conflictividad social en el mundo urbano, debida tanto a causas relacionadas con aumento de la presión fiscal como a las periódicas crisis de subsistencias propias de la economĆa preindustrial, el campo en tiempos de los Austrias vivió una relativa paz social, con pocos paralelismos, por otra parte, con la situación de otros paĆses en la misma Ć©poca. Desde la resolución del conflicto de los payeses de remensa en CataluƱa con la Sentencia Arbitral de Guadalupe, dada por Fernando el Católico en 1486, el mundo rural en la MonarquĆa HispĆ”nica no volvió a vivir un conflicto tan intenso y duradero. Solamente hubo movimientos de envergadura a finales del reinado de Carlos II, como la revuelta de los barretines en CataluƱa entre 1687 y 1689 y, especialmente, la Segunda GermanĆa valenciana de 1693.
Intentaremos, primeramente, encontrar las causas de esta relativa estabilidad en el campo, para luego estudiar los cauces por los que se desarrolló la protesta rural y, por fin, acercarnos a la Segunda GermanĆa en Valencia por ser el conflicto campesino de mayor envergadura en tiempos de los Austrias.
En primer lugar, podrĆamos aludir a un factor de tipo espacial como causa de la inexistencia de grandes explosiones sociales campesinas. La dispersión de la población rural era un factor que dificultaba el o entre los campesinos para emprender acciones colectivas frente a la situación que se daba en las ciudades con gran concentración de personas que, ante una situación conflictiva, podĆan reunirse fĆ”cilmente y contagiarse el ardor combativo y reivindicativo. Las noticias, por lo demĆ”s, corrĆan mĆ”s deprisa en la ciudad que en el campo. Una segunda causa tendrĆa que ver con el peso ideológico de la Iglesia. Los pĆ”rrocos ejercĆan una gran influencia en los pueblos y aldeas a travĆ©s de las predicaciones en los pĆŗlpitos llamando siempre al respeto del orden establecido y a cultivar la virtud de la resignación. Por fin, las estructuras de la sociedad estamental tenĆan tanta fuerza secular que frenaban muchas contestaciones colectivas. HabĆa un generalizado respeto a la jerarquĆa, a la diferencia social en virtud del nacimiento.
Cuando surgĆa un problema o una situación conflictiva, el malestar rural encontraba otros canales distintos al motĆn, alboroto o rebelión. Muchos campesinos optaban por protestar individualmente o en pequeƱos grupos. Luego existĆan otros medios que pueden ser considerados como vĆ”lvulas de escape: el contrabando, el fraude fiscal o el retraso en el pago de rentas e impuestos, el ataque a funcionarios seƱoriales o reales encargados de los cobros de esas rentas o impuestos, y el recurso al bandolerismo, un fenómeno que estuvo muy arraigado en la CataluƱa del siglo XVII.
El conflicto mĆ”s intenso se dio, como hemos expresado, en Valencia en 1693, conocido como el de la Segunda GermanĆa y que, en muchos aspectos, recuerda la conflictividad social tĆpica de la crisis bajomedieval cuando los seƱores incrementaron las rentas y las prestaciones, los denominados malos usos, para compensar la caĆda de sus ingresos. Pues bien, la expulsión de los moriscos en el siglo XVII, campesinos explotados pero muy protegidos por los seƱores por su alto rendimiento, provocó una caĆda de las rentas seƱoriales. La reacción de la nobleza fue incrementar los tributos y las prestaciones a los campesinos cristianos que se asentaron en las tierras. Los campesinos optaron por protestar utilizando cauces legales: pleitos en la Audiencia de Valencia y memoriales en Madrid. Pero no tuvieron Ć©xito. El desencadenante inmediato del conflicto se dio cuando los campesinos se negaron a seguir pagando tributos que consideraban excesivos y se detuvo a algunos de dichos campesinos. Estalló el conflicto en tierras seƱoriales de la Casa de GandĆa. Se formó un verdadero ejĆ©rcito de agermanados y las tropas reales tuvieron que acudir para reprimirlos.