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Tras la derrota en la batalla de Gazala en junio del año 1942, el VIII Ejército había retrocedido hasta la línea de Marsá Matrú que se encuentra a 160 km de la frontera egipcia.
El veinticinco de junio el comandante en jefe en Oriente Medio sustituye al general Neil Ritchie del mando del VIII ejército británico que él mismo asumió directamente.
- Batalla de Marsá Matrúh
- Defensa en El Alamein
- La batalla
- Tel el Eisa
- La cresta Ruweisat
- El Mreir
- El ataque final del VIII Ejército británico fracasa
- Resultados de la primera batalla
- La segunda batalla de El Alamein
- Planes alemanes
- Operación Lightfoot (pies ligeros)
- Resultados de la batalla
Decidió no buscar una confrontación en la posición de Marsá Matrú pues tenía un flanco izquierdo abierto hacia el sur como el que había sido explotado por el mariscal Erwin Rommel en Gazala. Decidió que era mejor retirarse 161 km o más hacia el este para acercarse a El Alamein en la zona costera del Mediterráneo.

A sesenta km al sur de esta zona, nos encontramos con las escarpadas laderas de la depresión de Qattara, por lo que se eliminaba la posibilidad de que el enemigo rodeara el flanco meridional de sus defensas y limitaban la anchura del frente que tenía que defender.
Batalla de Marsá Matrúh
Mientras preparaba las posiciones de El Alamein, el general británico Auchinleck libraba intensos combates dilatorios, primero en Marsá Matrú el veintiséis de junio y después en Fuka el veintiocho de junio.
El último cambio de órdenes dio lugar a una cierta confusión en las formaciones avanzadas de los Cuerpos X y XIII. Había el deseo de infligir daños al enemigo y la intención de no quedar atrapados en la posición de Matrú, sino retirarse en orden. El resultado fue una pobre coordinación entre los dos cuerpos avanzados y entre las unidades dentro de ellos.
En el interior, la segunda División de Nueva Zelanda quedó rodeada por la 21ª División de Panzer en Minqar Qaim. Tuvo éxito en la rotura del cerco durante la noche del veintisiete de junio y se unió al resto del XIII Cuerpo en la posición de Alamein sin graves pérdidas.
Sin embargo, el repliegue del XIII Cuerpo había dejado el flanco meridional del Cuerpo X expuesto en la costa en Matrú y su línea de retirada comprometida.
Estos Cuerpos habían tenido que romper el cerco y en el proceso de escape sufrieron muchas bajas, incluyendo la destrucción de la 29ª Brigada India de Infantería en Fuka.
El informe oficial alemán de la batalla no hace ninguna mención de fuerzas italianas y mantiene que fue la 90ª división ligera Afrika alemana la que conquistó la ciudad antigua de Marsá Matrúh.
Sin embargo, las más recientes investigaciones establecen que fueron los dos batallones del 7° Regimiento de Bersaglieri junto con los tanquistas de la División Italiana Blindada Littorio quienes cercaron y obligaron la rendición de más de 6.000 defensores de la fortaleza británica, además de capturar 40 tanques y una cantidad enorme de suministros.
Defensa en El Alamein
El Alamein era una insignificante estación de tren en la costa. Unos 35 km al sur se halla la cresta Ruweisat, baja y pedregosa que, sin embargo, proporcionaba excelentes puestos de observación del desierto de los alrededores. Otros 35 km al sur se asienta la depresión de Qattara.

La línea que los británicos optaron por defender se extendía entre el mar y la depresión de Qattara, lo que significa que Rommel no podía flanquearles, como había hecho antes con éxito, sin realizar un enorme desvío y cruzar las inestables arenas del desierto del Sahara.
El Ejército Británico en Egipto había reconocido El Alamein antes de la guerra y el VIII Ejército había comenzado la construcción de varias áreas excavadas y rodeadas de campos minados y alambre de espino, estando las más desarrolladas alrededor de la estación de ferrocarril de El Alamein.

La posición británica en Egipto pasaba por un momento crítico. La derrota de Marsá Matrúh había provocado el pánico en el cuartel general británico de El Cairo.
En el cuartel general británico, en las unidades de retaguardia y en la Embajada Británica, los británicos quemaron frenéticamente documentos confidenciales en previsión de la entrada de las tropas del Eje en la ciudad y es conocido como “el miércoles de ceniza”.
El alemán también estimaba que la captura de Egipto era inminente y Mussolini intuyendo ese momento histórico, voló a Libia para preparar su entrada triunfal en El Cairo.
El treinta de junio, el Afrika Korps de Rommel se acercó a la posición de El Alamein. Las fuerzas alemanas estaban agotadas e incompletas, pero Rommel confiaba en que podrían avanzar hasta el río Nilo.
El plan de Rommel era que la 90ª división ligera Afrika bloqueara la 1ª división Sudafricana que estaba situada en la posición más al norte de El Alamein, mientras que la 15ª división panzer y la 21ª división panzer atacarían pasada la cresta Ruweisat.
Sin embargo, la inteligencia alemana falló al no descubrir la presencia de la 18ª brigada India, que había ocupado una posición expuesta en el oeste de la cresta Ruweisat en Deir el Shein la tarde del veintiocho de junio, después de un apresurado viaje desde Iraq.
La batalla
El uno de julio del año 1942, la 90ª división ligera Afrika ataca en la zona de la playa, pero la 1ª división Sudafricana situada en la zona de El Alamein y apoyada por el fuego de artillería pesada, los repelió. Aproximadamente a media mañana del uno de julio la 21ª división panzer atacó Deir el Shein.
La 18ª brigada India llevó a cabo una lucha desesperada durante el resto de la jornada, pero al anochecer los alemanes consiguieron sobrepasarles. No obstante, el tiempo que habían ganado así permitió a Auchinleck organizar la defensa del borde occidental de la cresta Ruweisat.
El dos de julio, Rommel ordenó la reanudación de la ofensiva, intentando que el Afrika Korps se dirigiese sobre la cresta Ruweisat para desbordar las posiciones surafricanas en El Alamein.
Las fuerzas del Afrika Korps se reducían a 37 tanques en ese momento de los 55 con los que había comenzado el ataque, mientras que la defensa británica de la cresta se apoyaba en una formación improvisada llamada Robcol, que consistía en un regimiento de artillería de campo, otro de artillería antiaérea ligera y una compañía de infantería.
Robcol, conforme a una práctica común en el ejército británico tomó el nombre de su comandante, el general de brigada, Robert Waller, comandante de artillería de la 10ª división de infantería India. Robcol fue capaz de ganar tiempo, y a última hora de la tarde dos brigadas acorazadas británicas intervinieron en la batalla.

Rechazaron los repetidos ataques alemanes, que tuvieron que retirarse antes del anochecer. Los británicos reforzaron Ruweisat durante la noche del dos de julio. El Robcol ampliado pasó a llamarse Walgroup. Durante todo este tiempo, la aviación británica sometió a las unidades alemanas a intensos ataques aéreos.
El tres de julio, Rommel continuó el ataque contra la cresta Ruweisat. Esta vez con el XX Cuerpo Italiano Motorizado, que era un indicio del agotamiento y de la poca fuerza del Afrika Korps.
Durante la mañana, la combinación del fuego de artillería británico y los constantes ataques aéreos detuvieron el avance del Afrika Korps. Este día la aviación británica realizó un total de 780 salidas.
Aunque los británicos habían conseguido parar al Afrika Korps, la 132ª división blindada Ariete italiana hizo progresos a lo largo de la cresta Ruweisat hasta que se encontraron con los más numerosos y mejor armados tanques británicos de la 4ª brigada acorazada.
Para aliviar la presión sobre la derecha y el centro de la línea del VIII Ejército, el XIII Cuerpo – que estaba situado a la izquierda – avanzó desde Qattara.
El plan era que la 2ª división de Nueva Zelanda, con los restos de la 5ª división India y de la 7ª brigada motorizada bajo su mando, girase hacia el norte para amenazar al flanco y a la retaguardia de los alemanes.

Esta fuerza se encontró con la artillería de la división blindada italiana Ariete, que se dirigía al flanco meridional de la división como parte de su ataque a Ruweisat.
El comandante italiano ordenó a sus batallones luchar por separado, pero la Ariete perdió a 531 hombres y cerca de 350 fueron hechos prisioneros, 36 piezas de artillería, ocho tanques y 55 camiones.
Al final del día la división Ariete tenía solamente cinco tanques. Una feroz batalla de tanques entre el Afrika Korps y las 22ª y 4ª brigadas acorazadas británicas frustraron los intentos de Rommel de reanudar el ataque.
Al sur, el Grupo de Nueva Zelanda continuó su avance el cinco de julio. Sin embargo, el fuego de la artillería pesada de la división “Brescia” en El Mreir obligó al XIII Cuerpo británico a cancelar su ataque.
Rommel decide que sus agotadas fuerzas no podrían hacer ningún progreso sin descansar y reagruparse. El Afrika Korps disponía sólo de 36 tanques panzers, sus tres divisiones alemanas tenían sólo 1200-1500 efectivos cada una, y sus hombres estaban agotados y operando al límite de sus líneas de suministro. El cuatro de julio Rommel ordena a las fuerzas del Eje pasar a la defensiva.
Para entonces Rommel sufría la falta de repuestos debido a la lejanía de sus líneas de suministro. La fuerza aérea aliada se centraba en atacar ferozmente sus frágiles y alargadas rutas de abastecimiento, mientras que las columnas móviles británicas, que se movían al oeste y golpeaban desde el sur causaban estragos en la retaguardia de los alemanes.

Rommel no podía permitirse estas pérdidas dado que los envíos desde Italia habían sido reducidos substancialmente. Durante junio recibió 5.000 toneladas de suministros y 400 vehículos, comparadas con las 34.000 de mayo y 2.000 vehículos.
Mientras tanto, el VIII Ejército británico se reorganizaba y reconstruía, beneficiándose de sus cortas líneas de comunicación. El cuatro de julio, la 9ª división Australiana se había incorporado a la línea en el norte, y el nueve de julio la 5ª brigada de infantería India volvió a ocupar la posición de Ruweisat. Al mismo tiempo la recién llegada 161ª brigada de infantería India reforzó a la agotada 5ª división de infantería India.
Tel el Eisa
Antes del amanecer del diez de julio, la 26ª brigada Australiana lanzó un ataque contra la cresta norte de la estación de Tel el Eisa a lo largo de la costa.
El ataque fue precedido por el bombardeo más intenso experimentado en África del Norte, que provocó el pánico de los inexpertos soldados de la división italiana Sabratha que acababa de ocupar las incompletas defensas del sector.
El ataque australiano capturó más de 1.500 prisioneros, destruyó una división italiana y apresó a la 621ª compañía de intercepción de señales alemana.

Diversas fuerzas de la 164ª división ligera alemana y de la división italiana Trieste, junto con un batallón del 7º regimiento Bersaglieri, llegaron para tapar la brecha en las defensas de los alemanes.
Durante la tarde y el anochecer, los tanques de la 15ª división panzer y el batallón blindado Nº 11 del mayor Vierri de la división italiana Trieste lanzaron contraataques contra las posiciones australianas, pero fracasaron ante la aplastante artillería aliada y las armas antitanque australianas.
Al amanecer del once de julio, la 26ª brigada Australiana atacó el extremo occidental de la colina de Tel el Eisa. Ganaron terreno y contuvieron una serie de contraataques de los alemanes a lo largo del día, haciendo más de 1.000 prisioneros italianos.
El doce de julio, la 21ª división panzer lanzó un contraataque, que fue rechazado después de dos horas y media de combate, con más de 600 alemanes muertos y heridos esparcidos delante de las posiciones australianas.
Al día siguiente, la 21ª división panzer lanzó un ataque contra las posiciones surafricanas en El Alamein. El ataque fue detenido por el intenso fuego de artillería de los defensores.
En la tarde del catorce de julio, un batallón del 85º regimiento de infantería de la división italiana Sabratha logra avanzar y sobrepasar a los defensores australianos de la cresta de Tel el Eisa.
Rommel todavía estaba decidido a expulsar a las fuerzas británicas del saliente norteño. Aunque los defensores australianos fueron forzados a retroceder, pero infligieron muchas bajas a la 21ª división panzer.
Hubo otro ataque el quince de julio, pero no consiguió ganar terreno ante una resistencia tenaz. El dieciséis de julio los australianos, apoyados por los tanques británicos, lanzaron un ataque para intentar tomar el territorio perdido, pero fueron forzados a retroceder por los defensores italianos, sufriendo bajas de casi el cincuenta por ciento.
Después de siete días de lucha feroz terminó la batalla en el norte por el saliente del Tel el Eisa. La 9ª división Australiana estimó que al menos 2.000 soldados alemanes había resultado muertos y que se habían hecho más de 3.700 prisioneros en la batalla por Tel el Eisa.
Posiblemente el aspecto más importante de la batalla fue que los australianos habían capturado la 621ª compañía de intercepción de señales.
Esta unidad había provisto a Rommel de incalculable información sobre el adversario, recabada interceptando las comunicaciones de radio británicas. Ahora Rommel había perdido esa fuente de información.

La cresta Ruweisat
Las fuerzas alemanas se atrincheran, el general Auchinleck desarrolló un plan para atacar la cresta Ruweisat, cuyo nombre en clave era Operación Bacon.
El objetivo era que la 4ª y la 5ª brigada de Nueva Zelanda se apoderaran de la cresta en un ataque nocturno, después la 2ª brigada acorazada y la 22ª brigada acorazada avanzarían para proteger a la infantería mientras se consolidaban en la cresta.
El ataque comenzó al final del día catorce de julio. Las dos brigadas de Nueva Zelanda tomaron parte de la cresta en el ataque nocturno, pero los campos de minas y los nidos de resistencia de unos 4.000 defensores italianos crearon desorden entre los atacantes.
Las brigadas de Nueva Zelanda ocuparon posiciones expuestas en la cresta sin armamento de apoyo. Más importante aún, las comunicaciones con las dos brigadas acorazadas británicas fallaron, y los blindados británicos no avanzaron para proteger a la infantería.
La 15ª división panzer lanzó un contraataque inmediato, que expulsó a los neozelandeses de la cresta con grandes pérdidas. Los aliados capturaron más de 2.000 prisioneros de guerra, sobre todo de las divisiones italianas Brescia y Pavía. La división de Nueva Zelanda sufrió 1.405 bajas.

Mientras la 2ª división de Nueva Zelanda atacaba la vertiente occidental de la cresta Ruweisat, la 5ª brigada India hizo pequeños avances en el este de la cresta. El desbordamiento de los neozelandeses dejó a la 5ª brigada India en una posición más expuesta.
Sin embargo, al contrario que los neozelandeses, la 5ª brigada India había tenido tiempo para enterrar sus armas antitanque y prepararse para el asalto alemán.
La 15ª división panzer y la 21ª división panzer atacaron a la 5ª brigada india a media tarde del dieciséis de julio. Los hindúes, con la ayuda de la 2ª brigada acorazada británica, rechazaron el ataque alemán.
Después de la batalla los hindúes contaron 24 tanques destruidos, así como vehículos blindados y numerosas armas antitanque dejadas en el campo de batalla.
Para aliviar la presión sobre la cresta Ruweisat, Auchinleck ordenó a la 9ª división Australiana lanzar otro ataque desde el norte. A primera hora del diecisiete de julio, la 24ª brigada Australiana asaltó la cresta Miteriya.
El ataque nocturno fue inicialmente exitoso, con 736 prisioneros capturados, sobre todo de las divisiones italianas Trento y Trieste.

Sin embargo, una situación crítica para las fuerzas de Rommel fue salvada de nuevo mediante contraataques vigorosos de las fuerzas alemanas e italianas agrupadas precipitadamente, que forzaron a los australianos a retirarse de nuevo a su línea de comienzo con 300 bajas.
Aunque la crónica oficial australiana del batallón 2/32 de la 24ª brigada describe la fuerza de contraataque como alemana, el historiador australiano, Mark Johnston informa que los archivos alemanes indican que fue la División Trento la que desbordó al batallón australiano.
El Mreir
El VIII ejército británico disfrutaba ahora de una masiva superioridad en material sobre las fuerzas alemanas y sus aliados. El VIII ejército tenía más de 300 tanques, mientras que Rommel disponía solamente de 38 tanques alemanes y 51 tanques italianos.
El plan de Auchinleck consistía en que la 161ª brigada India atacara a lo largo de la cresta Ruweisat, mientras que la 6ª brigada de Nueva Zelanda atacaba al sur de la cresta hacia la depresión de El Mreir.
A la luz del día, dos brigadas acorazadas británicas, la 2ª brigada acorazada y la recién llegada 23ª brigada acorazada cruzarían por el boquete creado por la infantería.
El ataque nocturno de la infantería comenzó a media tarde del veintiuno de julio. El ataque de la 161ª brigada India se topó con intenso fuego defensivo y fracasó.
El ataque neozelandés alcanzó sus objetivos en la depresión de El Mreir. Pero al amanecer del veintidós de julio, la división italiana Trieste todavía controlaba gran parte de su terreno y las brigadas acorazadas británicas, de nuevo, no pudieron avanzar.
Las divisiones panzer alemanas respondieron con un rápido contraataque que dejó a la infantería neozelandesa al descubierto, infligiéndoles más de 900 bajas.
Para agravar el desastre, el comandante de la 23ª brigada acorazada ordenó a su brigada avanzar al amanecer, y ésta obedeció sus órdenes al pie de la letra.
La brigada cargó contra los cañones antitanque de la 21ª división panzer, y después sufrió un contraataque alemán. La 23ª brigada acorazada británica fue destruida, con una pérdida de 80 tanques.
Al norte, la 9ª división Australiana continuaba sus ataques. En el amanecer del veintidós de julio, la 26ª brigada Australiana atacó Tel el Eisa. La lucha por Tel el Eisa fue costosa, pero por la tarde los australianos controlaban la posición.

Al atardecer la 24ª Brigada Australiana atacó la cresta Ruweisat, precedida por un ataque de tanques, que no pudo coordinarse con la infantería australiana. El resultado fue que las fuerzas alemanas destruyeron 23 tanques británicos porque su ataque careció del apoyo de la infantería.
Una vez más, el VIII ejército británico no había podido destruir las fuerzas de Rommel, a pesar de su aplastante superioridad en hombres y en equipo. Por otro lado, para Rommel la situación continuaba siendo grave porque, a pesar de las acertadas operaciones defensivas, su infantería había sufrido graves pérdidas e informó que la situación es extremadamente crítica.

El ataque final del VIII Ejército británico fracasa
Los días veintiséis y veintisiete de julio, el general británico Auchinleck puso en marcha la “Operación Manhood” en el sector norte en un intento final de quebrar las fuerzas alemanas. Éste era la tercera tentativa en la cresta Ruweisat, y los defensores alemanes esperaban el ataque.
Como los anteriores ataques de Auchinlek, fue mal planeado. La 24ª brigada Australiana logró alcanzar sus objetivos en la mencionada cresta alrededor de las dos de la noche del veintisiete de julio.
Al sur de dicha cresta, la 69ª brigada británica seguía y alcanzaba sus objetivos sobre el amanecer del día siguiente. Sin embargo, las unidades de apoyo se perdieron en la oscuridad o se retrasaron por los campos de minas, dejando a los atacantes aislados y expuestos al fuego de un batallón de la División Trento.
Las brigadas acorazadas británicas no avanzaron tal y como estaba previsto. Rommel lanzó un contraataque inmediato y los carros blindados de la División italiana Trieste desbordaron a los atacantes australianos antes del mediodía. Los británicos y los australianos sufrieron más de 1.000 bajas sin obtener ninguna ganancia.
El VIII ejército británico estaba agotado, y el treinta y uno de julio. El general británico Auchinleck ordenó concluir las operaciones ofensivas y consolidar las defensas para organizar una contraofensiva importante.

Rommel culpó más adelante del fracaso del avance hacia el Nilo a que las fuentes de suministros de su ejército alemán se habían interrumpido y a que:
“Entonces la fuerza de resistencia de muchas formaciones italianas se derrumbó. Los deberes de camaradería, para mí particularmente como su comandante en jefe, me obligan a indicar inequívocamente que las derrotas que sufrieron las formaciones italianas en El Alamein a principios de julio no fueron por culpa de los soldados italianos.
Los italianos eran dispuestos, desinteresados y buenos, y, considerando las condiciones bajo las que sirvieron, siempre dieron más que la media. No hay duda de que el logro de cada unidad italiana, especialmente de las fuerzas motorizadas, sobrepasó de lejos cualquier cosa que el ejército italiano había hecho durante cientos de años.
Muchos generales y oficiales italianos se ganaron nuestra iración como hombres y como soldados. La causa de la derrota italiana tuvo sus raíces en el conjunto del sistema y del estado militar italiano, en su armamento pobre y en la carencia general del interés en la guerra de muchos italianos, los oficiales y los estadistas. Este fracaso italiano impidió con frecuencia la realización de mis planes”.

Rommel se quejó amargamente de la falta de importantes convoyes italianos que le abastecieran de los desesperadamente necesitados tanques y siempre echó la culpa al Mando Supremo Italiano, sin sospechar de la rotura de su código secreto por parte de los británicos.
Resultados de la primera batalla
La batalla llevó a un punto muerto, pero se había detenido el avance de los alemanes hacia Alejandría y hacia El Cairo y, en última instancia, hacia el canal de Suez.
El VIII ejército británico había sufrido 13.000 bajas en julio y en esta lista se incluían los 4.000 en la división de Nueva Zelanda, los 3.000 en la 5ª división de infantería India y 2.552 en la 9ª división Australiana.
Se habían hecho prisioneros a 7.000 hombres entre alemanes e italianos y había infligido severos daños a las fuerzas de italo-alemanas en términos de hombres y blindados.
A principios de agosto, el primer ministro británico Winston Churchill y el general Alan Brooke que erajefe británico del Estado Mayor general imperial, visitaron El Cairo de camino a Moscú para encontrarse con Stalin.
Decidieron reemplazar al general Auchinleck y nombran al teniente general William Gott que era comandante del XIII Cuerpo como comandante del VIII ejército británico y al general Sir Harold Alexander como Comandante en Jefe en Oriente Medio.
Persia e Iraq debían separarse del mando de Oriente Medio y constituirse en un mando separado, y se ofreció a Auchinleck el puesto de Comandante en Jefe el cual lo rechazó.
Sin embargo, Gott murió de camino a asumir su mando cuando un caza alemán interceptó el avión en que volaba y sus disparos alcanzaron a Gott en el corazón. Fue sustituido por el teniente general, Bernard Montgomery.
Hubo un segundo intento de Rommel de bordear o romper la posición, pero fue rechazado en la batalla de Alam Halfa en agosto, y en octubre el VIII ejército británico derrotó decisivamente a las fuerzas alemanas en la segunda batalla de El Alamein que a continuación voy desarrollar.
La segunda batalla de El Alamein
La batalla fue la continuación de la primera batalla de El Alamein, que había detenido el avance de las fuerzas del Afrika Korps de Rommel. El general Montgomery había tomado el mando del 8ª ejército británico, en agosto del año 1942.
La victoria aliada acabó con los deseos alemanes de apoderarse de Egipto, que en aquel entonces era Protectorado británico, y tener el control del canal de Suez y los pozos petroleros de Oriente Medio.
Después de esta batalla, las fuerzas alemanas tuvieron que retirarse a través de toda la costa norte de África, sufriendo en todo momento la persecución británica, hasta que finalmente un gran número de soldados alemanes fueron atrapados en Túnez.
El Afrika Korps y dos cuerpos de ejército Italianos al mando del general Rommel habían infligido serias derrotas a las fuerzas británicas en Gazla en julio del año 1942, avanzando cada vez más hasta Egipto.
Sin embargo, a pesar de llevar varias victorias encima, la situación para el Afrika Korps era crítica, ya que sus líneas de suministros estaban muy alejadas y carecía de refuerzos, mientras que los británicos recibían cada día tropas nuevas de Australia y Nueva Zelanda, que relevaban a las cansadas tropas de la India.
El general Rommel decidió utilizar el impulso victorioso y continuar su ataque contra los británicos, a pesar de que sus fuerzas no estaban recuperadas de la última ofensiva.
Los británicos se habían retirado hasta el pueblo de El Alamein, ya que como hemos visto anteriormente a 60 km al sur se encuentra la impracticable depresión de Qattara por lo que se formaba un cuello de botella útil a la hora de detener a los alemanes.
En el mes de julio, los británicos lograron detener a los alemanes, que tuvieron que pararse y reorganizarse.
El treinta de agosto del año 1942, Rommel atacó de nuevo a los británicos en la batalla de Alam Halfa, pero obtuvo los mismos resultados negativos.
Después de seis semanas de preparativos, Montgomery decidió atacar. Si bien los números beneficiaban a Montgomery, en proporción de dos a uno, Rommel había demostrado que tenía el ingenio para amortiguar este factor.
La Operación Lightfoot del mariscal Montgomery pretendía el cruce por dos corredores a través de los campos minados en el norte. Los blindados británicos pasarían a través de estos corredores, una vez que estuviesen limpios, y se enfrentarían a los blindados alemanes.
Al mismo tiempo, se lanzarían ataques de distracción en el sur, que evitarían la llegada de refuerzos. Montgomery esperaba que la batalla durara doce días, dividida en tres etapas: la ruptura, la batalla y la ruptura final.
Las fuerzas aliadas llevaron a cabo una serie de escaramuzas en los meses anteriores en la batalla, para engañar a los alemanes, haciéndoles creer que estaban distribuidas en el frente de una manera distinta a la realidad.
Esta operación fue llamada Operación Bertram. Se construyó una tubería falsa, con el objetivo de hacer creer a los alemanes que el ataque se haría más tarde y más al sur.
Además, tenían carrocerías de tanques hechas de madera que fueron colocadas sobre jeeps que se movían por el sur. Al mismo tiempo, los tanques en el norte fueron camuflados para que parecieran camiones de suministro.

Los alemanes por su parte se atrincheraron en dos líneas defensivas, llamadas la Línea Oxalic y la Línea Pierson. Entre ellas los alemanes enterraron medio millón de minas, la mayoría anticarro. Estos campos minados, en forma de herradura, fueron denominados por el general Rommel los “Jardines del Diablo”.
Planes alemanes
Después de la derrota en Alam Halfa, las fuerzas alemanas estaban seriamente disminuidas. El Afrika Korps estaba exhausto y escaso de suministros, esperando que la captura de recursos aliados los ayudaría a resistir.
En agosto del año 1942, Rommel tenía la ventaja en hombres y tanques, pero esto cambió rápidamente cuando Gran Bretaña empezó a enviar tropas de la India y Australia, así como 300 tanques Sherman norteamericanos. Rommel continuó solicitando suministros y hombres a Alemania, pero estos escaseaban.
Rommel sabía que el tiempo estaba en su contra, y que la ofensiva aliada se hacía más fuerte cada día, por lo que enfocó su mirada en las tropas que participaban en la batalla de Stalingrado, con la esperanza de que una rápida victoria que les permitiera cruzar los montes Cáucaso hasta llegar a Persia, obligando a los británicos a luchar en dos frentes, uno en la frontera de Egipto con Libia y el otro en Persia.
Sin embargo, la batalla en Stalingrado no solo no acabó rápidamente, sino que las fuerzas alemanas fueron cercadas y destruidas completamente.

Operación Lightfoot (pies ligeros)
Comienza la Operación Lightfoot, disparando su artillería durante cinco horas y media, utilizando 882 cañones con un promedio de 600 disparos cada uno. Se decía que el ruido causado fue tan grande, que los oídos de algunos artilleros sangraron.
La infantería en la Operación Lightfoot debía avanzar primero, ya que el peso liviano de los soldados no debería hacer detonar a las minas antitanques.
Una vez que la infantería hubiera atacado, deberían abrir un sendero libre de minas de unos siete metros de ancho, por el cual se esperaba que pasaran los tanques formados en una fila.
Los ingenieros tuvieron que atravesar el Jardín del Diablo en una sección de ocho kilómetros de largo. Esta operación no arrojó los resultados deseados, en parte porque la extensión de los campos minados resultó ser mayor de la esperada.
Otra circunstancia que retrasaría la limpieza de minas fueron los equipos de detección de minas suministrados a los ingenieros del ejército británico, ya que en muchos casos fueron defectuosos y otros se averiaron, por lo cual finalmente la limpieza de los campos minados debieron realizarla los mismos ingenieros, pero tanteando el terreno con bayonetas.
En el sur de El Alamein, el XIII Cuerpo británico ejecutaba un ataque de diversión que atrajo a la 21ª división panzer alemana y la 132ª división blindada italiana Ariete.
Al mismo tiempo, el XXX Cuerpo británico intentaba atravesar el campo minado para formar un segundo sendero para las divisiones acorazadas del X Cuerpo. Al anochecer del veintitrés de octubre, la vanguardia del XXX Cuerpo llegó al campo minado alemán, e inmediatamente los zapadores empezaron a trabajar.
En cuatro horas, el camino estaba casi listo, y los primeros tanques empezaron a cruzar el sendero despejado de minas. Estos senderos estaban señalados mediante cintas y los límites laterales del avance los marcaban los proyectiles trazadores de los cañones Bofors, disparando a ras de suelo.
Sin embargo, debido a las tormentas de arena, la visibilidad era cero, por lo que pronto se empezaron a formar largas filas de tanques avanzando lentamente.
En la mañana del veinticuatro de octubre, el cuartel general alemán fue bombardeado. Al inicio de la batalla Rommel se encontraba en Alemania. El Comandante alemán al cargo, el general, Georg Stumme, sufrió un ataque cardíaco y murió. El general Wilhelm Ritter von Thoma tomó el mando temporalmente.
Los carros de combate del X Cuerpo solamente habían cruzado una sección de los campos minados, por lo que durante todo el día dependió de la fuerza aérea británica el mantener a los alemanes a raya. Esa tarde se realizó el primer enfrentamiento de tanques.
Si bien la lucha fue pareja, al final del día los británicos habían logrado conservar su posición. Para el final del veinticinco de octubre, los británicos habían abierto una brecha de diez km de ancho y ocho de profundidad.
Sin embargo, a todo lo largo del frente la mayoría de las fuerzas alemanas se mantenían en sus posiciones defensivas originales. En este punto, el general Montgomery ordenó que las tropas que se encontraban al sur se retiraran al norte, a pesar de haber estado dominando la batalla, ya que en el norte, donde se debía dar el ataque principal, la ofensiva se había estancado.

En la madrugada del día siguiente, los tanques alemanes e italianos lanzaron una serie de escaramuzas por el frente, con el objetivo de detectar un punto débil en el frente aliado. Sin embargo, no obtuvieron resultados positivos.
En la medianoche, los Aliados lanzaron tres ataques en distintos puntos. La confusión reinaba en el campo de batalla, y los británicos perdieron 500 hombres, llegando a sobrevivir un solo oficial británico.
Mientras se desarrollaba este ataque de infantería, tropas australianas atacaban a un puesto de artillería alemán más al norte, obteniendo resultados favorables, que condujeron a Montgomery a mover el punto central de la ofensiva a esa nueva posición.
La colina donde estaba el puesto fue tomada y fueron capturados 240 soldados alemanes. Las fuerzas alemanas intentaron recuperar sin éxito esa colina durante una semana.

En este momento Rommel regresó a Egipto y encontró a sus tropas en una situación deplorable:
- La división italiana Trento había perdido la mitad de su infantería.
- la CLXIV División Ligera había perdido dos batallones enteros, la mayoría de los hombres estaban enfermos, la comida racionada y la moral estaba por el suelo.
- El Afrika Korps solo tenía combustible para tres días. Sin embargo, a pesar de su debilidad, el ejército alemán logró detener la nueva ofensiva británica.
En este punto, sir Winston Churchill exclamó:
¿Es tan difícil encontrar a un general que pueda ganar una batalla?
Decidido a recuperar el puesto de artillería perdido el día anterior, Rommel movilizó a la 132ª División italiana Ariete y a la 21ª división panzer al norte, pero no pudieron tomar la colina.
La falta de combustible inmovilizó a los tanques, que desde entonces fueron blanco fácil de la superior fuerza aérea aliada. En el sur, a pesar de que la fuerza acorazada alemana se había retirado, los aliados no pudieron cruzar, ya que la infantería resistió haciendo buen uso de las armas antitanque.
Un bombardero británico hundió el barco cisterna Proserpina en Tobruk, acabando con los suministros que tan urgentemente necesitaba Rommel.
Entre el veintisiete y el veintinueve de octubre se llevaron a cabo fuertes choques entre los blindados ingleses y alemanes, y aunque ambos sufrieron bajas, la falta de combustible y la inferioridad numérica del Afrika Korps puso a Rommel en una situación difícil, que comunicó a sus oficiales: “Será imposible para nosotros zafarnos del enemigo”.
Nuestra única opción es luchar hasta el final en El Alamein. La 9ª división australiana alcanzó el camino pavimentado en la noche de treinta, ubicado detrás de las colinas que comprendían el sistema defensivo del Afrika Korps. Rommel contraatacó, pero sus fuerzas fueron repelidas por los australianos.
El uno de noviembre, Rommel empezó a planear la retirada a Fuka, unos kilómetros al oeste. Ese día le llegaron 1200 toneladas de combustible, pero eran muy pocos los tanques que le quedaban a Rommel.
La última unidad en rendirse fue la 185ª división paracaidista italiana Folgore que el seis 6 de noviembre se rindió.
Resultados de la batalla
Los alemanes perdieron 12.000 hombres y 350 carros de combate, contando con 36 tanques para su retirada. Los aliados perdieron 23.500 hombres entre muertos y heridos. A pesar de sufrir fuertes bajas, la victoria fue explotada en Gran Bretaña y a Montgomery se le otorgó el título de Vizconde de El Alamein.

Rommel y su ejército escaparon a toda prisa rumbo a Túnez, sufriendo el riesgo de ser cercados durante todo el viaje por la costa africana. Una vez allí recibió refuerzos y recursos, ya que los iba a necesitar porque en la costa noroeste de África habían desembarcado tropas estadounidenses, en lo que se conoce como la operación Torch.
El ejército de la Francia de Vichyde se volvieron entonces contra Alemania, obligando a Rommel a luchar una guerra en dos frentes en un territorio hostil.
Sin embargo, lo que debería ser una victoria rápida sobre Alemania, fue convertida en una campaña relativamente larga, ya que las inexpertas fuerzas de los Estados Unidos cometieron muchos errores, especialmente en la batalla de Kasserine.
De esta manera no fue sino hasta mayo del año 1943 que los aliados expulsaron a las últimas fuerzas alemanas de África.
Bibliografía
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