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la vestimenta adquiere una gran importancia porque se vincula a la misma ceremonia. Es más, hasta el mismo proceso de vestirse para ello constituye un ritual en sí.
El vestido aparece en las distintas tradiciones como el reflejo de la realidad del que lo lleva. Así ocurre en los ámbitos judío y cristiano.
Los masones no se quitan los guantes más que para jurar y formar la cadena de unión
Cada prenda tendría su propio simbolismo. En el caso de la túnica habría dos piezas, la túnica interior y la exterior. La segunda representa que la apariencia externa escondería la verdadera realidad o luz interna. Por eso la túnica interior es blanca. La túnica interna no debe llevar adornos porque representan la pureza del alma, mientras que la externa debe ser negra por su valor de ocultación. En algunos Ritos se emplean las túnicas. El poncho es circular y representa a Dios. La dalmática es un tabardo de corte cuadrado que, en cambio, representa al hombre. El cinto o cordón representa la línea divisoria entre nuestra parte superior y la inferior, es decir, entre la parte espiritual y la material. En masonería el cordón es, además, símbolo de fidelidad y protección. El cordón aparece en la ceremonia de iniciación porque se tira del mismo al iniciado como si fuera un cordón umbilical. La estola es una banda de tela bordada que cuelga del cuello hasta casi las rodillas. Si cuelga de forma vertical representa el gobierno y si lo hace cruzando el pecho significa sacerdocio. La estola se emplea en algunos de los altos grados o filosóficos. El calzado representa la posesión de la tierra sobre la que se pisa. Así pues, en tierra sagrada habría que descalzarse. Los puños sirven para salvar la incomodidad las mangas anchas de las túnicas cuando hay que emplear las manos en los rituales. Comenzaron siendo muy sencillos para ir complicándose con adornos. Simbolizan la polaridad de lo que hacen las manos. Los puños son empleados por las grandes dignidades en masonería. La capucha simboliza el mundo celeste. Cuando nos cubrimos con la misma represen tamos la invisibilidad del hombre en el mundo material. En algunas logias que emplean túnicas estas tienen capuchas con las que se cubren los masones en algunos momentos de los trabajos. El manto representa el retiro en sí mismo y en la naturaleza di vina, como se interpreta en la toma de hábitos por los monjes. En masonería el manto cubre al recipiendario cuando se encuentra en la sala de preparación o espera. Pero también había antiguamente un tipo de manto denominado abolla, de origen griego, realizado en una sola pieza y que se colocaba con un broche. Existían unas abollas más grandes con las que se cubrían los filósofos. La masonería adoptó las abollas para envolverse los hermanos cuando asisten a una iniciación, así como en la recepción del grado de maestro, aunque ahora parece que no se emplean. El pectoral que cuelga de una cadena sobre el corazón representa la conciencia. Debe ser de un metal noble y por encargo personal, por lo que debe identificarse con el que lo porta. El simbolismo de la corona se enriquece en función del material de la que está elaborada. Las coronas de laurel y palma son representación del héroe o son símbolo de victoria. Si la corona es de olivo se vincula con la paz, pero si es de ciprés denotaría luto. Las coronas representan, en todo caso, el culmen al que pudiera llegar una persona o también el poder ya sea religioso, espiritual o terrenal. Por fin, el peso de la corona es importante porque es un recordatorio de la responsabilidad que cae sobre quien la porta.
Una prenda fundamental de la vestimenta de un masón es el mandil porque tiene un acusado simbolismo vinculado al trabajo. Al parecer, ya para los esenios era uno de los objetos que se entregaba a los neófitos, y era de color blanco. El mandil recuerda al masón que su vida debe ser siempre activa. Hay quien considera que es la túnica de piel que Adán y Eva emplearon para cubrir su desnudez tras el pecado original, por lo que sería, en realidad, la primera vestimenta de los seres humanos. Otros piensan, en cambio, que sería como un símbolo del cuerpo físico, la envoltura del espíritu.
El mandil no es igual para cada grado con su propio simbolismo, y luego también cambia en función del rito que se practique, además de los oficios y dignidades que cada uno tenga, sin olvidar los mandiles propios de cada uno de los altos grados. Existe una rica variedad de mandiles y algunos han llegado a ser verdaderas obras de arte textil. En todo caso, un masón no puede trabajar nunca sin su mandil.
El mandil no es igual para cada grado con su propio simbolismo, y luego también cambia en función del rito que se practique
También podría darse una significación astronómica al mandil en el caso de los que eran de forma semicircular en el pasado, simbolizando el hemisferio inferior.
Los guantes son fundamentales en masonería. En la iniciación se entregan con el mandil los guantes blancos. Aunque existen guantes de distintos colores para diferentes ceremonias, el blanco es el color por antonomasia de los guantes en la masonería simbólica, representando la pureza de los actos y que la conciencia permanece libre de malos o viles pensamientos. El color blanco de todos los guantes en una tenida ofrecería una sensación o impresión de paz, serenidad, de quietud, de calma.
Los guantes protegen del trabajo del cincelado de la piedra, pero, además, son protectores del masón porque el magnetismo que emanaría de las puntas de los dedos no puede perderse, y por eso, el llevar los guantes. Existe en algunas logias la costumbre de entregar dos pares de guantes con un acusado simbolismo. Uno de los pares representaría al hombre con el fin de que los use, pero recordando la mansedumbre y la pureza a la que estaba obligado, muy vinculada esta última condición al color blanco. El otro par representaría a la mujer porque simbolizaría que el masón debe querer y considerar a la misma, como compañera del hombre. El recién iniciado debe regalar ese par a la mujer que considere digna de ser amada. Los masones no se quitan los guantes más que para jurar y formar la cadena de unión. Por fin, los guantes se vinculan, en un determinado momento a la constatación de que no se habría participado en el asesinato de Hiram y, por lo tanto, se sería inocente.