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domingo. 25.05.2025
CRÍTICA DE JOSÉ LUIS IBÁÑEZ SALAS

Javier Cercas y el papa Francisco, dos locos en el mundo

Sobre el libro El loco de Dios en el fin del mundo.
El loco de Dios en el fin del mundo 1

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Narrativa | JOSÉ LUIS IBÁÑEZ SALAS | @ibanezsalas

El loco de Dios en el fin del mundo

Ya está otra vez Javier Cercas contándonos en un libro cómo lo escribió. Y menos mal. Porque en eso el escritor español, autor de dos obras cumbres de la literatura reciente, como son Soldados de Salamina y Anatomía de un instante, es un redomado artista, un literato intelectual de tomo y lomo, accesible y convincente, respetuoso y muy amigo profesionalmente de la disciplina que los historiadores empleamos para comprender el pasado y así distinguirlo del presente.

Cómo lo escribió... Y blanqueando a alguien o algo. Que esa es otra. En este caso al papa Francisco. Estoy hablando de su libro de 2025 El loco de Dios en el fin del mundo, donde blanquear no se blanquea a nadie, porque lo que hace Cercas cuando escribe no es precisamente blanquear, es acercar lentamente un foco en modo alguno arbitrario, si bien no del todo objetivo (eso es imposible), nada ingenuo, hasta el objeto de sus deseos literarios. Y eso, eso también lo borda. ¿Cómo? A base de literatura, ¿con qué si no? Enfoca y explica cómo lo hace. Puro Cercas.

Lo comencé con ganas, el libro, avanzaba por él maravillado uanmortaim con la literatura de Cercas, pero ya, llegando a su mitad, notaba el cansancio, no de esa literatura, sino de su asunto, y a la resurrección de la carne (que, lo digo ya, está en el meollo de todo él, de todo el libro) cada vez la veía más como una triquiñuela para acompañar a un gran escritor en un viaje en el que no se me había perdido nada. Lo leí completo, por supuesto. Aunque me decía a mí mismo salvo que el que acabe loco sea yo y no ellos, no el papa y Javier Cercas, que ya lo estaban, que ya lo están.

El caso es que cuando iba por algo más de la mitad del libro (tiene páginas, muchas, el libro), me repetía: para acabarlo te está haciendo falta el superpoder ese que sale en este libro. En este caso, lo que le salva, al libro de Cercas, es la fe, MI FE, en la literatura.

Al fin y al cabo, Cercas tiene razón cuando escribe eso de que “no somos nosotros quienes leemos los libros sino los libros quienes nos leen a nosotros”.

Hay muy pocos libros que me hayan hecho soltar lágrimas auténticas al finalizar de leerlos: El loco de Dios en el fin del mundo es uno de ellos. Otro es, por ejemplo, La tía Julia y el escribidor, de Mario Vargas Llosa, quien acababa de morir precisamente días antes de que yo acabara esta lectura. Vargas Llosa, por cierto, escribió en una ocasión de Cercas que es “uno de los mejores escritores de nuestra lengua”. Y eso, dicho por uno de los mejores escritores de nuestra lengua, es mucho decir.

“Soy ateo. Soy anticlerical. Soy un laicista militante, un racionalista contumaz, un impío riguroso. Pero aquí me tienen, volando en dirección a Mongolia con el anciano vicario de Cristo en la Tierra, dispuesto a interrogarle sobre la resurrección de la carne y la vida eterna. Para eso me he embarcado en este avión: para preguntarle al papa Francisco si mi madre verá a mi padre más allá de la muerte, y para llevarle a mi madre su respuesta. He aquí un loco sin Dios persiguiendo al loco de Dios hasta el fin del mundo”.

Así se abre el libro, que va ni más ni menos que de eso: de un loco sin Dios, Javier Cercas, persiguiendo al loco de Dios, el papa Francisco (ese cristiano llamado Jorge Bergoglio, “un argentino modesto”) hasta el fin del mundo, Mongolia. Un libro que es fruto del encargo personalizado que la Librería Editrice Vaticana, la editorial del Vaticano, le hizo a Cercas para que escribiera un libro sobre el viaje papal a Mongolia que tendría lugar, y tuvo, en septiembre de 2023. El acicate que le evidenciaron fue que “sería la primera vez que alguien escribe un libro así, sobre un viaje del papa. La primera vez que el Vaticano le abre sus puertas a un escritor, para que hable con quien quiera y pregunte lo que quiera”. Sabían que él no era creyente, y esa fue la razón de que le propusieran el libro.

“En realidad el Vaticano no me encargaba el libro, solo me lo facilitaba, que ni siquiera pretendían publicarlo en su editorial, que podría publicarlo donde quisiese”.

El libro es un viaje, un viaje no solamente a Mongolia, que también, sino hacia el secreto del papa Francisco, hacia el secreto de la religión que profesan los católicos. Menudo viaje. Menudo libro.

Hablaba al principio del blanqueador Cercas. Pues bien, el propio escritor le dedica unas palabras a esa ¿fama? suya. Estas palabras:

“¿Soy un blanqueador inveterado? ¿Es solo una tara personal o los novelistas nos dedicamos básicamente a blanquear? ¿Para eso sirven después de todo las novelas?

La literatura es un instrumento de conocimiento: sirve para comprender. Comprenderlo todo es perdonarlo todo, dice un dicho francés. Falso. Comprender no es justificar: es darse los instrumentos para no cometer los mismos errores. A eso nos dedicamos los novelistas; por eso, contra lo que predica la superstición literaria más extendida de nuestro tiempo, la literatura es útil”.

Y ahí acierta, como suele, y observa algo que yo repito mucho: COMPRENDER NO ES JUSTIFICAR. Él escribió finalmente el libro para comprender a la Iglesia católica, “esa amalgama inextricable de maldades y bondades, de crímenes y santidad”. Para comprenderla y, añado yo, explicárnosla a sus lectores.

Lo que Javier supo de Francisco antes de conocerle era que se trata de alguien astuto con “un temperamento robusto y pragmático, apenas inclinado a la especulación abstracta y reacio a las ideologías”, que sabe esquivar la confrontación, “aunque, si la considera necesaria, ni se calla ni la rehúye”, un humano con carisma y capacidad de liderazgo que tiene “repulsión por el boato, por los privilegios”, sobrio, disciplinado, con una “religiosidad de hierro”. Para Javier, “lo más justo sería decir que Francisco es un radical del Evangelio que otorga prioridad absoluta a los pobres”. Es un papa que “rechaza la concepción tradicional, totalitaria y totalizante del catolicismo”, que no solamente cree que quien no cree en Dios no está equivocado sino que “también puede salvarse”. Una de las palabras que aspiran a definir el papado del argentino es la palabra misericordia.

Javier Cercas acepta viajar a Mongolia en el séquito papal porque sabe que la locura máxima de ese loco de Dios que es el papa Francisco es una locura por la que quiere preguntarle en persona, “para escuchar su respuesta y repetírsela palabra por palabra” a su propia madre (de 92 años, enferma de Alzheimer). Esa locura escandalosa es la de que tras la muerte hay otra vida aguardándonos. Algo de lo que la madre de Cercas cree estar segura, algo que le permitirá estar de nuevo con su marido muerto, el padre de Javier.

“Cincuenta y dos años vivieron juntos, sin apenas separarse un solo día. Mi padre murió en sus brazos: literalmente. Nunca en mi vida he visto querer a nadie con una pasión tan desquiciada, tan obsesiva, tan furiosa, tan violenta, tan incondicional”.

El libro de Cercas está poblado por seres que, algunos de ellos especialmente, han “firmado un pacto diabólico con Dios” por medio del cual les entrega a cambio un superpoder: “ese superpoder es la fe”. Y sin ese superpoder la Iglesia católica solamente sería una ONG.

“Han caído todos los poderes, todos los soberanos, todos los reinos y todos los imperios; pero, después de dos mil años de Historia, la Iglesia católica sigue en pie: esa promesa ha demostrado ser indestructible, más poderosa que todos los ejércitos juntos. Si yo creyera en los milagros, creería que es un milagro”.

Bergoglio es aún alguien en lucha consigo mismo, alguien en lucha contra su propio carácter, sus propias flaquezas y sus propios demonios. Y este es un libro sobre ese ser humano y sobre la Iglesia de la que es cabeza principal y sobre la madre de Cercas, de la que no es mala cosa aprender aquello suyo de que “ser humilde sale a cuenta”. SÍ, CON TODA SEGURIDAD.

“Solo el amor apaga la sed de nuestro corazón, solo el amor cura nuestras heridas, solo el amor nos da la verdadera alegría”

Papa Francisco, septiembre de 2023, en Ulan Bator, la capital de Mongolia


El loco de Dios en el fin del mundoJAVIER CERCAS. Random House​. Madrid 2025. COMPRA ONLINE.


JOSÉ LUIS IBÁÑEZ SALAS ES ESCRITOR,CRÍTICO  LITERARIO Y EDITOR
José Luis Ibáñez Salas | ESCRITOR,
CRÍTICO LITERARIO Y EDITOR

Javier Cercas y el papa Francisco, dos locos en el mundo