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sábado. 24.05.2025
IN MEMORIAM | POR JORGE BOSSO

Hasta siempre, Marisa: amiga, actriz y alma irremplazable

Adiós, Marisa Paredes: la actriz que brilló en el teatro, el cine y las causas justas.
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Marisa Paredes.

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Este 17 de diciembre moría repentinamente Marisa Paredes, una de las mejores actrices españolas de su generación. Para mí, fue un golpe definitivo, la pérdida irrecuperable de la tercera amiga, gran actriz y gran mujer, de las tres mosqueteras que más apuntalaron mi trayectoria sindical: Pilar Bardem, Concha Velasco y Marisa Paredes. Ello me inspira a dedicarle este homenaje personal y casi íntimo, como hice anteriormente cuando me dejaron mis otras dos grandes amigas.

Adiós Marisa, hasta que nos volvamos a ver en el teatro de los sueños eternos.

El impacto de "Motín de Brujas" en la carrera y vida de Marisa Paredes

He comentado varias veces que en mi inmersión de lleno en el mundo del teatro español se produjo hacia fines de 1978, cuando me instalé en Madrid después de 15 años en Londres, y principios de 1979 cuando comienzo a trabajar, puedo decir que conocí a Marisa Paredes bastante temprano en lo que sería hasta hoy mi vida en España. Pronto supe de ella como actriz destacada, pero a principios de 1980, una circunstancia fortuita, como la contratación de mi gran amigo, el actor argentino Luis Politti, por el María Guerrero, CDN, como protagonista masculino de la obra de Joan Bennet, Motín de Brujas, bajo la dirección de Josefina Molina, me permitió ver de cerca su trabajo en el teatro.

La obra desarrollaba el conflicto de 5 trabajadoras de limpieza con el empleado sentía cierto placer en ejercer presión sobre ellas. La amistad intima con Politti me concedió la posibilidad de presenciar algunos ensayos muy callado y escondido cuando empezaron en el teatro María Guerrero. Por tanto, yo estaba particularmente interesado en la composición del personaje de Politti, una especie de guardia de seguridad todo el tiempo en escena, pero que no hablaba mucho, en lo que era la planta baja, sentado medio de espaldas al público, frente a un de pantallas que reflejaban lo que pasaba en los otros niveles de escenografía, con las limpiadoras que él vigilaba. Pero, confieso que me sentí atrapado por el proceso de cocción del motín de esas trabajadoras interpretadas por Julieta Serrano. Marisa Paredes, María Asquerino, Berta Riaza, Carmen Maura, y Enriqueta Carballeira, bajo una dirección de costura fina puntada a puntada, de Josefina Molina. Uno de los trabajos teatrales españoles que más hondamente impresionaron por su confección exterior, el trabajo interpretativo y el tétrico mensaje mortal que trasmitía. Una noche de luna llena las limpiadoras echaban las cartas para decidir qué hacer con ese siniestro representante de la empresa que las sometía a su vigilancia estricta, y salía la carta que decretaba muerte, en la ficción escénica.  Una quiromántica argentina entrenó en la realidad a las actrices en el manejo de las cartas, y le pidieron echara las cartas sobre el espectáculo y, confidencialmente salió la carta que pronosticaba muerte. No se comentó públicamente, por el peligro que podría tener para un hipotético público supersticioso.

La obra se estrenó las últimas semanas de abril de 1980, con una muy buena aceptación de público y crítica. La ví tres veces en su corta temporada con Luis Politti, además de los ensayos que había presenciado. Tuvo que suspenderse temporalmente después de un fin de semana en el que el domingo, el actor había estado al mediodía en mi casa trayendo postres para agasajar a mi madre, ya que él debía cuidarse en su dieta de grasas, cremas y demasiado alcohol. Ese domingo Luis Politti se puso malo después de la función, y fue ingresado en el hospital Universitario Jiménez Díaz. El lunes, ante la posible gravedad de la dolencia hubo un conciliábulo telefónico entre el actor y la directora Josefina Molina, en el que según Politti le sugirió a ella que considerara la posibilidad de que yo lo sustituyera, ya que había presenciado el proceso de creación y había visto la función repetidamente. Este inesperado y soñado “toro” mío en la excelente función, que Luis me contó confidencialmente desde su lecho de enfermo, me metió en mi cabeza la posibilidad casi idílica de que yo trabajara con esas grandes actrices, que tanto iraba, incluyendo, claro a Marisa Paredes. Pero, el tema que nunca pude confirmar si fue real, o imaginado por el propio Luis, pronto se frustró para mí, cuando se decidió contratar a otro actor para ensayar rápidamente la sustitución en el espectáculo, que yo recuerde suspendido aproximadamente por una semana. Así Motín de Brujas continuó un tiempo su representación. Entretanto se confirmaba la condición de enfermedad infecciosa de Luis Politti, Hepatitis C, con la complicación grave de que era recurrente, ya que muy pocos sabíamos, ya la había padecido en su exilio en México, previo a venir a España.

Foto de Jorge Bosso con Marisa Paredes y el veterano dirigente de CCOO Madrid, Paco Naranjo
Jorge Bosso (dcha.) con Marisa Paredes y el dirigente de CCOO Madrid, Paco Naranjo

A poco de terminar la temporada de Motín de Brujas, Luis Politti fallecía el 14 de julio de 1980, en el mencionado hospital Jiménez Díaz del que nunca salió.  Esto que parece una larga introducción en la que Marisa Paredes jugase un papel secundario en mi vida en particular, fue determinante, como para de ahí en adelante, recordar cómo con tan trágica consecuencia llegué a conocerla personalmente en 1980. Cuando aún yo no había cumplido los dos años de residir en Madrid.

Al conocerse la noticia del fallecimiento del actor, cuyo cadáver permaneció unos días en el hospital hasta celebrarse en sus mismas dependencias mortuorias un breve y modesto velatorio, una gran cantidad de gente amiga y mucha famosa pasó por el domicilio de Luis en la calle Ayala, donde vivía su compañera, mucho más joven que él, acompañada de su padre, venido de Argentina por el fallecimiento. La tercera persona más allegada a Luis en este caso era yo mismo, y recuerdo perfectamente como las cinco actrices compañeras de trabajo en El Motín de Bujas aparecieron en delegación, en el apartamento. Lo que me dio circunstancialmente la posibilidad de charlar un rato con tres actrices, de las cinco, con las que desarrollaría luego relaciones de amistad y trabajo, como Marisa Paredes, Julieta Serrano y María Asquerino.

Para las cinco actrices la obra Motín de Brujas, fue además determinante para sus carreras cinematográficas, ya que no sólo yo había apreciado sus trabajos a nivel de iración, sino también un director de carrera fulminantemente emergente como Pedro Almodóvar, también había visto la función varias veces, y se había puesto en o directo con ellas, según parece, dispuesto a contratarlas en bloque para su siguiente película, Entre tinieblas. Finalmente, de las cinco “brujas” del Motín, sólo tres hicieron papeles de importancia, en esa especie de Motín de monjas que es el filme de Almodóvar. Marisa Paredes, Carmen Maura y Julieta Serrano, y puede decirse que para cada una de ellas “Entre Tinieblas”, constituyó un antes y un después. Particularmente, en mi opinión para Marisa Paredes en la carrera cinematográfica que estaba por entonces emprendiendo con alguna que otra dificultad, pero apuntaba bien desde Opera Prima de Fernando Trueba.

Entre el teatro y el cine: Marisa Paredes, una actriz de talento natural y compromiso social

No podemos olvidar que a Marisa le había costado un poco encontrarle la vuelta, como decía, al cine, porque su carrera había comenzado y crecido en experiencia, en el teatro que le había permitido desarrollar su tremendo talento natural… Personalmente, creo que no hay mejor escuela que el teatro y su experiencia diaria para un actor o actriz. Y el ejemplo evidente era Marisa, cuando se sabe que no había estudiado en el Conservatorio de Arte Dramático, ni en ninguna escuela o academia de actores como tantas de sus compañeras. Marisa Paredes proveniente de una familia de clase trabajadora, es conocida la mención de que su madre era portera, representa bastante al epítome del actor-actriz con condiciones naturales, superdotada de una inteligencia igualmente natural para el oficio, y con una honesta asunción de clase que la convirtió en una irredimible defensora de todo lo que consideraba causas justas, cultural, social y políticamente hablando.

Después de Entre Tinieblas, relegando un poco su carrera con Almodóvar, trabajó sucesivamente en varias obras teatrales, para destacar, Las Criadas de Jean Gennet, y La gata sobre el Tejado de Cinc caliente, de Tennessee Williams. Y en cine nada menos que en el exitazo de la adaptación de la obra teatral de Fernán Gómez, Las bicicletas son para el verano, bajo la dirección de Jaime Chávarri.

Marisa

Y a principios de 1986 se produce el segundo encuentro con Marisa Paredes durante el período de creación y fundación de la Unión de Actores de Madrid en la que estuve profundamente involucrado. Por un lado, Fernando Marín, desde CCOO, y yo desde UGT, hicimos esfuerzos para concentrar las respectivas secciones de las dos centrales en las necesidades propias del sector del espectáculo, especialmente los actores. Sería injusto no mencionar, que yo había integrado en UGT un grupo de actrices como Concha Cuetos, María Amparo Soto, Victoria Rodríguez, Berta Labarga y María José Alfonso, que impulsaron mi incorporación en la redacción de la Revista Cómicos del sindicato socialista, junto con la del actor uruguayo Rubén Tobías, creo, porque teníamos cierta experiencia en lo que ellas querían fundar, La casa del actor. Pero, reitero que en 1986 la mal entendida intención del gobierno del PSOE de Felipe González, de establecer legalmente la condición de laboral de los artistas intérpretes, actores, como trabajadores autónomos, dio lugar a la movilización un movimiento del sector en el que junto con figuras de gran militancia. Marín y yo, conducimos una serie de manifestaciones y asambleas que cambiaran la situación a un reconocimiento de los actores como trabajadores por cuenta ajena. Movimiento sectorial generalizado, que rechazó la integración, incluso la colaboración en esos momentos, con las dos grandes centrales, conduciendo a la Fundación del sindicato independiente UNION de ACTORES, a mediados de ese año 1986. Entre las figuras que primero se integraron en ese sindicato y participaron activamente en su constitución asamblearia estaba Marisa Paredes.

Ese año Marisa Paredes rueda Tata Mía, una película sobre la guerra civil, con la gran Imperio Argentina, y un soberbio elenco de actores bajo la dirección de José Luis Borau.

La vida profesional de Marisa crece a niveles internacionales, lo mismo que la actividad de la Unión de Actores y se va ampliando a la constitución de la Federación de la Unión de Actores a nivel estatal, ya con la venia de las grandes centrales gigantes CCOO y UGT. Al igual que al final de los 80 se crea AISGE, la sociedad de gestión de los derechos de artistas intérpretes actores y bailarines, en la que también Marisa participa activamente.

A mediados de los 90 tenemos la primera disensión personal cuando vuelve después de hacer una película en Argentina, La nave de los locos, con actores y grandes amigos, como Miguel Ángel Solá, entre otros, y ella se acerca a formular una queja por el descuento por comisión que le había hecho el sindicato argentino AAA, sobre su salario, que decía era desorbitado. La queja me la expresó personalmente, no porque yo fuera argentino, sino porque me desempeñaba como secretario de Internacional de la Unión y de la Federación estatal de actores en España. Traté de explicarle que eso era totalmente legal en La Argentina con el sistema mutual de los sindicatos, ya que con ese dinero aportado desde los salarios se pagaba la Obra Social del Sindicato, que no sólo cubría la asesoría jurídica gratuita para los trabajadores, en una medida que nuestro sindicato en Madrid jamás hubiera podía afrontar, sino también la cobertura médica durante la duración del contrato, y mientras se permaneciera en Argentina, para los intérpretes extranjeros. Para los actores argentinos afiliados lo mismo, estuvieran en período laboral, y esto podía implicar intervenciones quirúrgicas o tratamientos totalmente gratuitos, en clínicas especiales, además de que los actores que así lo solicitasen puedan tener vacaciones con su familia igualmente gratuita en dos residencias vacacionales que gestionaba la Obra Social del sindicato. Con todos los defectos del sistema, evidentemente cubría las carencias que en España recaían en parte en el Servicio de Salud Pública dependiente de la Seguridad Social, llegamos al acuerdo de que en todo caso no se había informado debidamente con antelación a Marisa Paredes que convino finalmente en aceptarlo.

La segunda parte de la década de los noventa trae consigo la consagración definitiva de Marisa Paredes con la película de Almodóvar Tacones Lejanos que abre las puertas del cine internacional para ella. Aunque no olvidemos que casi paralelamente ella es la protagonista de la adaptación cinematográfica de la novela de García Márquez, El coronel no tiene quien le escriba, nada menos que con el genial director mexicano Arturo Ripstein. Ya había cruzado el Atlántico con la mencionada película argentina mencionada previamente. Pero, Tacones le pone a disposición trabajar con famosos directores ses, italianos y hasta tiene ofertas de Hollywood que no acepta.

De las luchas sindicales al éxito internacional: la trayectoria de una figura única

En el año 1998, yo resulto elegido secretario general de la Unión de Actores de Madrid, el sindicato más numeroso de la Federación de sindicatos autonómicos de España, que se conoce por entonces por las siglas FUAEE, Federación de la Unión de Actores del Estado, de la cual ya ejercía igualmente la Secretaría General desde 1995. Se decide involucrarnos como representantes de los actores de toda España en la reivindicación por la regularización de las bases de cotización a la Seguridad Social que habían ido aumentando para los trabajadores en general, pero que nunca habían sido revisadas por la Seguridad Social desde la aprobación de los actores como trabajadores por cuenta ajena, en 1986, bajo la presidencia del socialista Felipe González. En el año 1998 la presidencia de gobierno está ocupada por Aznar del Partido Popular que en un principio no quiere siquiera hablar del tema. Nuevamente la movilización del sector es imponente, y entre los más famosos portavoces de nuestra reclamación laboral se cuenta destacada Marisa Paredes.

Logramos nuestros objetivos tras arduas negociaciones y movilizaciones en todos diversos ámbitos hacia fines de 1999 con la firma del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de la regularización de nuestras bases de cotización equiparadas con el resto de los trabajadores del país, con la adhesión del mundo del espectáculo.

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Caricatura de Osvaldo Pérez D'Elias publicada en ABC en el año 2003, con ocasion de los Premios Goya conocidos por el No a la Guerra

Al mismo tiempo Almodóvar rueda y estrena en España “Todo sobre mi madre”, que se consagra como la segunda película española ganadora del Oscar, en el año 2000, y Marisa Paredes interpreta un papel protagónico. Nada detiene la carrera de Marisa, que parece tener una energía especial. En el año 2000 resulta elegida presidenta de la Academia de las Artes Cinematográficas y el Audiovisual en épocas muy convulsivas para la cultura. Pero es que en los años subsiguientes el mundo de la cultura se va a convertir en el representante, en la voz y la imagen de la mayoría del pueblo español, al salir a manifestarse en contra de la ignominiosa declaración de guerra de las Azores, que involucra a España nada menos que en la guerra de Irak. Quién no recuerda los históricos Goya del 2003, bajo la presidencia académica de Marisa, del NO A LA GUERRA. Los actores como organización representativa nos adherimos, pero es que la Academia del Cine no sólo integra a los actores, y no laboralmente pero profesionalmente, sino a todos los sectores laborales creativos y de la producción. Es decir, que dentro de la Academia hay un sector de productores no totalmente conforme con la implicación política, dada cierta tendencia mayoritaria al conservadurismo político. Y surgen disensiones, que se resuelve con la posición de las organizaciones de actores por mi representadas, en defensa de Marisa, junto con otras representaciones sectoriales para impedir que tuviera que dimitir de la presidencia de la Academia. Pero, poco tiempo después ella decide no seguir.

Tiene ante sí una alfombra interminable de éxitos en el teatro como en el cine. En el teatro recuerdo su Hamlet de Shakespeare en el 2006 con el actor Eduard Fernández, con el director catalán más consagrado y cotizado en Europa, Lluís Pasqual. Pasa a ser a la vez la más dramática tal vez de las conocidas como Chicas Almodóvar, de celebridad mundial. Pero trasciende aún más allá de los límites alcanzados por el director cinematográfico de La Mancha- es también la actriz preferida del mexicano Arturo Ripstein, con quien repite del italiano, Roberto Benigni, de otro famoso mexicano, Guillermo del Toro. Es definitivamente una de las actrices más importantes de su generación de voz grave, de mensaje duro en la defensa de las causas que la ocupan, desde los árboles de su querida Plaza de santa Ana de su niñez, hasta el Feminismo, o últimamente su decidida implicación en la denuncia del genocidio del gobierno de Israel en Gaza. En estas campañas, ya desde mi retiro de la actividad sindical, y contra mi voluntad, de la misma actividad como actor, he sido convocado por ella en cantidad de ocasiones, así como yo la convocaba cuando era dirigente sindical para que ayudara en aquella u otra reivindicación.

Lo he hecho siempre que he podido con sentido del deber y gustoso por ella que también se ha involucrado en alguna de las campañas de elecciones de los últimos años, defendiendo sus ideas y porque ya llegó a conocer su propio poder de convocatoria.

Así y todo, siempre sabia reconocer sus orígenes de los que se sentía orgullosa, y así como alguna era tan decidida que podía dar la sensación de arrogancia, sabía ser modesta hasta reconocer quien lo había hecho mejor que ella. No hace mucho, ya en el apogeo de nuestra amistad creciendo día a día desde hace más de 20años, por ejemplo, se fotografió con un gran amigo mío también de gran devoción política, proveniente del mundo del fútbol, el ex jugador y ex entrenador Ángel Cappa, sólo para acercarse a él a decirle que era quien mejor lo había hecho al hablar en una concentración PRO PALESTINA libre. En la foto del WhatsApp me decía: tu  amigo argentino fue el que pronunció el mejor y más claro discurso de este acto pro palestino en Lavapiés.

Marisa Paredes con Angel Cappa
Marisa Paredes con Angel Cappa.

En los últimos años nuestra amistad era tan genuina que además de las opiniones políticas intercambiábamos mensajes sobre nuestras dolencias, y aunque era menor 5 años que yo me aconsejaba sobre esta u otro tratamiento con medicamentos.

Últimamente estaba otra vez llena de energía, además de como resultado medicinal, no lo dudo, por el orgullo de su pequeña nieta hija de su de su única hija, María, también actriz, a quien esperaba verla crecer en un mundo mejor que debemos ayudar a crear. También por varios reconocimientos que había recibido recientemente, y por su nuevo proyecto de teatro, la obra CARGADA DE FUTURO, un unipersonal autobiográfico, que ensayaba como una niña ansiosa por debutar, con su director Lluís Pasqual.

A todos nos sacudió lo repentino de su muerte a principios de esta semana que termina, evidentemente, mucho peor para sus más allegados que estaban pendientes de los planes cotidianos con ella. Quiero expresar, no obstante, mi dolorosa experiencia, cuando la semana pasada le había dicho que hacía mucho que no nos veíamos. Cabía para mí, además, un motivo extra con la llegada de mi hermana menor desde Argentina que le quería presentar. Me contestó el sábado anterior al lunes de su muerte, es decir hace una semana cuando escribo este homenaje personal: ¡Estoy ensayando, pero el domingo o algún otro día de la semana que viene un té o un café con gusto!

 El domingo no le dije nada porque no me sentía bien, tanto que el lunes por la mañana acudí a mis doctoras de la Seguridad Social, sin saber que se anunciaba su muerte, y le dije que Marisa me había dicho le dijera que me cambiara la medicina que no me hacía nada bien.

Cuando me enteré me golpeó además la tremenda verdad que era que ya no volvería a verla en persona. Por eso, aunque no muy bien del todo el miércoles fui a verla en el Teatro Español a su funeral público. Y así partió en un coche fúnebre desde su Plaza Santa Ana, donde con algo más de 5 años miraba al Teatro Español y pensaba, Algún día no sé de qué trabajaré en ese teatro.

Por Jorge Bosso

Hasta siempre, Marisa: amiga, actriz y alma irremplazable