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domingo. 01.06.2025

El final del monopolio del imperio anglo-yanqui

Hace décadas que la economía yanqui ha ido perdiendo peso frente a otras economías emergentes.
dolares

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Este imperio tuvo su primera fase anglo durante el siglo XIX hasta mediados del siglo XX donde se produjeron las últimas independencias en África y Asia, imperio basado en la esquilmación de zonas enteras del planeta, el esclavismo. Fue, en efecto -G. Bueno dixit- un imperio depredador. El deseo de Inglaterra -ahora Reino Unido- fue frenado precisamente por el imperio generador hispánico durante los siglo XVI y XVII y en gran medida en el XVIII, donde resultó además decisiva la aportación hispánica en la lucha de las 13 colonias por su independencia, acaecida finalmente en 1776 y formalizada con la Declaración de Filadelfia. El deseo francés de constituir otro imperio distinto, alternativo o complementario al español fracasó a pesar o debido a los errores de Napoleón. A partir de la II Guerra Mundial USA sustituyó al Reino Unido como potencia hegemónica basada en su fortaleza económica más que en la Royal Navy, que lo fue para el país anglosajón. Y esa fortaleza se basó a partir de los acuerdos de Bretton Woods de 1944 en la implantación del dólar como moneda internacional de depósito de valor y medio de pago internacional, que son dos de las funciones del dinero. El sistema funcionó hasta 1971 porque todos los países aceptaban pagar y cobrar en dólares aunque su moneda propia fuera otra como es obvio. Es decir y poniendo un ejemplo concreto, si Japón quería importar petróleo de Arabia Saudita no podía pagar en yens porque entonces el país saudita tendría problemas para convertir esas reservas obtenidas -si las compraba el banco central saudita correspondiente pasaban a formar parte de sus reservas- en la moneda de este país de Oriente Medio. Ahora bien, si ambos países aceptaban pagar y cobrar en dólares ya no habría problemas siempre que, en este caso, para el país saudita le resultara atractivo hacer algo con esos dólares como sería comprar bonos yanquis, importar de USA, invertir en empresa americanas dentro de su territorio o pagar a otro importador también en dólares, país que tendría que haber aceptado previamente que, al menos parte de sus reservas, se establecerían en dólares. Esto le daba una ventaja enorme a USA porque podía comprar (importar) cualquier cosa a casi cualquier país del mundo prácticamente gratis simplemente imprimiendo el dinero necesario. Eso sí, digo casi gratis porque emitir un exceso de dinero podía acarrearle una inflación indeseada, cosa que ya ocurre actualmente. La cosa se mantuvo estable por dos motivos: porque la productividad yanqui creció sostenidamente durante medio siglo y porque hasta 1971 USA se había comprometido tener la contrapartida del dinero emitido en oro en su Reserva Federal. Pero lo que ocurrió en esta fecha es que Nixon anunció que el país no tenía suficiente reservas de oro para respaldar los dólares emitidos y que, por tanto, la garantía del dólar era la solvencia económica de su país, su estabilidad de precios y su capacidad de mantener un equilibrio de balanza de pagos más o menos aceptable. Textualmente no es que Nixon lo anunciara así porque este presidente sabía de economía lo que servidor de papiroflexia, pero esta era la idea que subyacía en el hecho irremediable de la pérdida del respaldo del oro respecto al dinero emitido.

Decía que esto ha funcionado así pero hace décadas que el peso de la economía yanqui ha ido perdiendo peso en el global de la economía porque otras economías han crecido notablemente. Primero fue Japón, luego Alemania se recuperó del estado que quedó tras la II GM y, sobre todo, porque los países asiáticos -los famosos tigres- han entrado en escena, principalmente China pero también la India, que suponían y suponen una competencia para el país yanqui. Eso hasta ahora sólo en cuanto a la estructura de poder económico en el planeta, pero en el 2006 se creó la asociación de los llamados BRICS, formada por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica; en el 2009 se añadieron a estos Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía e Irán, y en la 16ª cumbre edición de los BRICS celebrado en Kazán, ¡Rusia!, este año del 2024 se han añadido Argelia, Bielorrusia, Bolivia, Cuba, Indonesia, Kazajistán, Malasia, Nigeria, Thailandia, Turquía, Uganda, Uzbekistán y Vietnam. Un país invitado aunque no forme parte aún formalmente del brics ampliado es Arabia Saudita, lo cual es revelador y lo explicaré a continuación.

El paso decisivo de los BRICS es que ya se ha discutido la creación de una moneda común internacional como alternativa al dólar

En 1974 USA y Arabia Saudita establecieron un acuerdo para 50 años mediante el cual este país exportaba a USA petróleo y, lógicamente, USA le pagaba en dólares pero -y esto es lo significativo del acuerdo- Arabia Saudita debía invertir en USA los dólares obtenidos o importar de ese país, pero nunca utilizarlos para comprar a otros países que aceptaran el dólar -la inmensa mayoría de los países- como medio de pago. Era un acuerdo insólito y propio de una país imperialista que siempre pretende el monopolio en cualquier de sus aspectos y formas, socavando los principios de la economía de libre mercado que pretende cínicamente defender. Pero ha ocurrido que precisamente en este año del 2024 se han cumplido los 50 años del acuerdo y el príncipe heredero del país árabe ¡no ha renovado el acuerdo! Eso ya se venía venir porque el acercamiento comercial y de inversiones con China se ha venido fraguando hace tiempo. Este hecho, junto con las nuevas relaciones amistosas establecidas entre Irán y Arabia Saudita, pueden dar un giro en contra del verdadero eje del mal -USA, Reino Unido, Israel y la OTAN en su conjunto- y dejar a los sionistas genocidas de Israel desprovistos de aliados árabes. Es verdad que de momento tienen a Jordania y al Líbano oficial, pero quizá no por mucho tiempo por el ataque a Gaza y al Líbano de Netanyahu y sus militares genocidas. Cabe pensar que al BRICS actual se va a ampliar en todo el planeta a países como Argelia, Corea del Norte, parte de los países del Sahel, incluso Méjico, aunque el presidente mejicano de momento le ha dado la espalda; quizás también a países asiáticos independizados de la antigua URSS tras la caída del muro de Berlín. El paso decisivo no es sólo la ampliación de esta asociación más o menos laxa de países que pretenden competir con el gigante yanqui sino que ya se ha discutido la creación de una moneda común internacional como alternativa al dólar. Se le ha llamado brics pay, aunque de momento está en estudio, pero ahora mismo ya hay muchos acuerdos bilaterales entre países para comerciar entre sí con sus propias monedas. El caso más notable es el de China con Rusia a consecuencia de las estúpidas sanciones económicas impuestas al país ruso por su intervención en Ucrania, pero también ya lo hay entre Brasil y China o entre éste y Arabia Saudita, o entre Nigeria y este país clave de Oriente Medio.

Hay que decir que para que exista una moneda común es imprescindible que exista también un banco internacional que emita esa moneda o, al menos, que acepte como reserva e intercambio las monedas de los países asociados. La idea es que se cumple lo que ya no se cumple con el dólar: que la hipotética nueva moneda tenga su respaldo exacto en las reservas de oro que tendría el banco emisor de la moneda. Idea parecida se presentó por parte de Keynes en Bretton Woods en 1944 mediante la creación de una moneda común que llamó el economista inglés bancor, pero el representante yanqui no la aceptó porque sostuvo que la moneda de medio de pago y depósito de valor internacional debería ser el dólar por ser USA la primera potencia económica internacional. Y recordemos que entonces había el compromiso del país yanqui de respaldarlo con oro, respaldo que desapareció en 1971 como ya queda dicho. Recordemos que casi también durante tres siglos la moneda aceptada internacionalmente fue la hispánica del real de a ocho gracias a la potencia económica del imperio español y a los territorios que gobernaba, la mayoría de ellos como ¡virreinatos!, y de aquella moneda vinieron el dólar, el yuan, el yens y alguna otra más, que convivieron con el real de a ocho hasta mediados del siglo XIX. Por cierto, que la liberal USA y supuesta defensora del libre mercado ¡prohibió! el uso de la moneda hispánica en 1857.

También cabe esperar la expansión del sistema de pagos mir que es una copia del sistema swift, que un sistema de pagos entre bancos que operan en diferentes países y que mantienen cuentas abiertas entre ellos, a la vez que mantienen cuentas abiertas a sus clientes. Ello permite que una empresa de un país, por ejemplo, africano pueda pagar a otra empresa asiática por una compra dando simplemente una orden al banco del primero que pague a la otra empresa a través del banco del exportador (1). La dificultad está en asegurar fiabilidad y seguridad del pago. Eso está asegurado mediante el sistema swift y lo que ha hecho el gobierno ruso es copiarlo.

Mi opinión particular y fruto de la experiencia histórica, es que creo que se acabará imponiendo el yuan como moneda de uso internacional en competencia con el dólar hasta que el imperio yanqui vaya perdiendo más peso aún en el ámbito internacional.  Pero todo dependerá del apoyo decisivo a la futura nueva moneda, la constitución de ese banco internacional -que también podría tener dólares como una moneda más en sus reservas-, del peso aún mayor que pueda tener China en la economía mundial y si -en mi opinión- el trío Rusia, India y China consolida sus relaciones comerciales, financieras y de inversiones, aceptando cada uno su propia moneda o bien aceptando de entrada el yuan como moneda común. El futuro está abierto, pero no lo suficiente como para no asegurar que el fin del monopolio financiero del mundo anglo-yanqui y del dólar está llegando a su fin.


(1) El sistema swift es o puede ser más complejo porque si los dos bancos no mantienen cuenta abierta entre sí deben buscar otro banco que tenga cuenta con los dos y que, en este caso, sería usado como banco intermediario.

El final del monopolio del imperio anglo-yanqui