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lunes. 02.06.2025
TRIBUNA

Trump como Mesías político

El populista mesianismo político de Trump tiene un amplio respaldo religioso en los movimientos evangelistas que rinden culto al dinero como si fuera una divinidad.
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@WhiteHouse

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La foto de Trump rezando en el célebre Despacho Oval, convertido en una improvisada capilla, es desconcertante. Sobre la mesa de trabajo no hay un solo papel. Solo están los teléfonos que utiliza para negociar acuerdos de alta rentabilidad financiera con su socio del Kremlin. Aparece rodeado de líderes religiosos que le contemplan con actitud reverencial, como si fueran sus apóstoles. Las personas que tiene más cerca le tocan con sus manos, para recibir su mesiánica energía.

Los Padres Fundadores quisieron delimitar la esfera política del ámbito religioso, al independizarse del trono británico, cuyo titular era monarca por la Gracia de Dios y fungía como gobernador supremo de la Iglesia Anglicana. Con arreglo a su Constitución los Estados Unidos de Norteamérica son un país laico que reconoce la libertad religiosa. Sin embargo, un alto porcentaje de la población se declara cristiano y Trump ha tomado buena nota del dato estadístico en cuestión.

La foto de Trump rezando en el célebre Despacho Oval, convertido en una improvisada capilla, es desconcertante

Recientemente ha creado una Oficina de la Fe, regentada por una tele-predicadora, para respaldar a las entidades religiosas que promuevan el culto cristiano y luchar contra todo aquello que manifieste un sesgo anticristiano. En su toma de posesión proliferaron los oradores relacionados con la religión y predominaron esos evangelistas que rinden un exacerbado culto al dinero. Por eso le resultó particularmente lesivo a Trump verse amonestado por una prelada episcopaliana que quiso recodarle los preceptos originarios del cristianismo.

Trump está convencido de que una intervención divina salvó su vida en el atentado del cual salió prácticamente ileso, para poder llevar a cabo su misión de hacer América más Grande y esa convicción está siendo explotada por poderosos lobbys religiosos, bien dispuestos a presentarlo como el Mesías que puede redimir al pueblo norteamericano y aplastar a sus enemigos. Tan solo falta que le rebauticen como a Bolsonaro en aguas del río Jordán, aunque tiempo tendrá de bañarse por esas latitudes cuando reconstruya Gaza para que las élites mundiales puedan solazarse allí, tras aniquilar o expulsar a sus actuales habitantes.

Nos hallamos antes una política que confunde los negocios privados con el bien público y que desprecia la separación de poderes consagrada por Montesquieu

Quizá Trump aspire a fundar una teocracia política y haga buenos los emblemas del dólar norteamericano. Me refiero a esa pirámide incompleta de un país en construcción, que según parece ahora requiere anexionarse por de pronto territorios cercanos como Canadá o Groenlandia. El ojo divino que todo lo ve ya lo aporta Elon Musk con sus Satélites Starkink y la leyenda en latín que también figura en el billete, les viene como anillo al dedo a estos dos personajes, al decir que “se favorece a sus empresas”. El billete de un dólar es ahora la verdadera constitución estadounidense.

Nos hallamos antes una política que confunde los negocios privados con el bien público y que desprecia la separación de poderes consagrada por Montesquieu en “El espíritu de las leyes”. A su talante autoritario le viene muy bien el manto religioso aportado por cierto evangelismo partidario de la plutocracia. La palabra del nuevo Mesías político no puede discutirse y ha de ser tomada como Ley para no suscitar la cólera divina del ejército que respalda su poder. El simbolismo de la foto resulta escalofriante.

Trump como Mesías político