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Las lluvias torrenciales que han provocado inundaciones repentinas y mortales han afectado al sur y este de España, en regiones como la Costa del Sol, donde se encuentra la ciudad de Málaga, y Valencia, en el este. Mientras estas zonas luchan por hacer frente a las consecuencias, la tecnología satelital ha desempeñado un papel crucial en la evaluación de los daños en las zonas afectadas.
Las tormentas se concentraron en las cuencas de los ríos Magro, Turia y Poyo, liberando torrentes de agua fangosa que convirtieron las calles de los pueblos en ríos, destruyeron casas y arrastraron puentes y vehículos. Más de 200 personas han perdido la vida, miles de desplazados y muchos siguen desaparecidos. La región costera de Valencia fue especialmente afectada, recibiendo el equivalente a un año de lluvia en solo ocho horas, según la agencia meteorológica nacional de España, Aemet.
La Aemet informó de que las precipitaciones extremas se produjeron a causa de un sistema meteorológico de baja presión y gran altitud aislado de la corriente en chorro. Estos sistemas de tormentas, conocidos localmente como DANA, se forman cuando los frentes fríos se encuentran con masas de aire cálido y húmedo, como las que se producen sobre el mar Mediterráneo. Las tormentas pueden permanecer estacionarias antes de disiparse, lo que aumenta el potencial de inundaciones graves.
Las imágenes y los datos de observación de la Tierra son un recurso importante para los servicios de emergencia, ya que proporcionan información crucial para la respuesta casi en tiempo real, el análisis posterior al desastre y la evaluación de los daños. Las imágenes del satélite estadounidense Landsat-8 captadas el 30 de octubre fueron las primeras en ilustrar la magnitud del desastre, mostrando la drástica transformación del paisaje.
Fuente: Agencia Espacial Europea (ESA)