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La Unión europea merece un óscar político por su rápida respuesta en desagraviar a una Ucrania vapuleada en Washington por el nuevo aliado de Putin y diseñar una estrategia defensiva común que no deje de lado las relaciones comerciales, buscando socios que compartan inquietudes e intereses
Resultó reconfortante ver cómo Pedro Sánchez se fundía en un abrazo con Zelenski, tras las bochornosas imágenes grabadas la víspera en La Casa Blanca, donde se le reprochó incluso su atuendo, el mismo por cierto con que le recibe sin aspaviento el Rey Carlos III de Inglaterra, buen conocedor de los protocolos diplomáticos. El mundo que conocíamos parece seguir estando ahí, pese a que la psicótica realidad alternativa de Trump nos haga pensar lo contrario en muchas ocasiones. Plegarse a los caprichos del tirano de turno puede procurar un alivio momentáneo, pero no sale rentable a medio plazo, porque los chantajes irán en aumento y serán imposibles de satisfacer. Como el ludópata, quien consigue lo que quiere con amenazas nunca se da por satisfecho y ceder solo sirve para nutrir su bravuconería. Siempre sabrá buscar otro pretexto para salirse con la suya.
Trump actúa de un modo despótico y considera a sus antiguos aliados o vecinos más bien como vasallos del gran señor feudal
Pese al pedigrí democrático que pretenda invocar, Trump actúa de un modo despótico y considera a sus antiguos aliados o vecinos más bien como vasallos del gran señor feudal que cree poder dominar el mundo. A sus ojos, el mapamundi es un plano para hacer negocios inmobiliarios o explotar todo tipo de yacimientos. Allí donde no esté su bandera, se presentará como el cobrador del frac para saldar viejas deudas o expropiar por la fuerza.
Seguramente Zelenski no es un héroe ni lo contrario. Se le reprocha tener a su alrededor gente corrupta, movilizar obligatoriamente a la ciudadanía para engrosar el ejercito y no ceder la cesión de unos territorios fronterizos para evitar un conflicto bélico absurdo. También se le presenta como el actor que interpretó un papel para la televisión y acabó desempeñándolo en la realidad con un arrojo ejemplar. Comoquiera que sea, está intentando cumplir con las funciones de su cargo y evitar que quien ya incumplió unos acuerdos en el pasado, reciba un premio por su agresión militar.
Suele olvidarse que Ucrania tenía el tercer arsenal nuclear del mundo y que se le invitó a deshacerse del mismo, garantizándole que con ello contribuía decisivamente a la distensión entre los bloques por su situación geoestratégica. Sin embargo, si no tienes bombas atómicas no te respetan y, viceversa. Trump respeta mucho al dictador comunista de Coreo del Norte y Putin emplea sus tropas en la invasión de Ucrania. Mensaje recibido.
Europa tiene que construir sus propias armas y dejar de lucrar a las empresas estadounidenses
Yo pertenezco a la generación que coreaba con toda convicción aquello de “OTAN no, bases [militares norteamericanas] fuera”. Por añadidura soy objetor de conciencia histórico porque nunca me han ido los uniformes. Pero ahora soy firme partidario de un ejército europeo bien cohesionado, con un gasto racionalizado en defensa que no duplique innecesariamente los recursos y apueste por la eficacia de las nuevas tecnologías en un mercado propio. Europa tiene que construir sus propias armas y dejar de lucrar a las empresas estadounidenses.
Nos ha tocado la lotería con el primer ministro británico. El Reino Unido no quiere cortar amarras con Estados Unidos, pero es consciente de su enclave natural. La reunión de Londres resulta esperanzadora. Canadá también muestra interés en esta nueva coalición contra los caprichos del mandatario norteamericano. Hay muchos países potencialmente amenazados por la tenaza Rusia de Putin y la Gran América de Trump. Las ojivas nucleares hay que desplegarlas por todo el suelo europeo, como parece comprender la Francia de Macron.
Paralelamente hay que librar la batalla comercial. Ante unos aranceles proteccionistas, conviene tomar medidas homologadas y plantearse si no sería razonable ir suprimiendo las relaciones comerciales con los Estados Unidos, mientras tengan al frente alguien que no es de fiar y considere al resto de la humanidad como seres despreciables a los que se puede avasallar. Sus compatriotas irán registrando los efectos de la política que se propone hacerles más grandes y respetables.
La Unión Europa no nació para fastidiar a EEUU, pero tampoco para dejarse avasallar por el antiguo amigo americano
La historia nos demuestra que no sale a cuenta tener hacer concesiones en aras de una paz provisional. Trump repite una y otra vez que la Tercera Guerra Mundial parece depender de sus antojos. Cuando se le hace caso, deja de ser una posibilidad, que retorna en cuanto se le lleva la contraria. Plegar las relaciones internacionales a su estado de humor es algo muy peligroso, porque nada le dejará contento y sus demandas irán en aumento.
Las tierras raras de Ucrania pertenecen a esta nación soberana, los recursos naturales de Groenlandia están tutelados por Dinamarca y la Unión Europa no nació para fastidiar a los Estados Unidos, pero tampoco para dejarse avasallar por el antiguo amigo americano. Europa tiene que resistir y debe hacerlo más unida que nunca. Si el gobierno húngaro está incomodo no tiene por qué permanecer en su seno. Hace falta tomar partido y alinearse con quienes respetan el derecho internacional o con sus detractores.