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El primer aniversario del Milei, diciendo, más o menos, que lo que hace Milei en Argentina es lo que hay que hacer en todas partes.
En el plano ideológico, la extrema derecha plantea una batalla contra las ideas de progreso y contra la ciencia. Parece como si volviéramos al siglo XIX, caracterizado por la lucha entre reacción y progreso. La batalla ideológica contra lo “progre” envuelve un pensamiento reaccionario. El socialismo, léase la izquierda, es denigrado como criminal y creador de miseria.
Nada más lejos de la realidad: en su primer año, Milei ha provocado un enorme trasvase de renta desde las clases trabajadoras y las capas medias a la capa social más acomodada, a las élites económicas
En el plano político, la fascinación por los autócratas, por los “hombres fuertes”, corre parejo al desprecio a las democracias liberales por su supuesta ineficacia. El corolario es un ataque feroz a todos los partidos a los que acusan de corruptos y parásitos del sistema. La política y los políticos se pintan como el primer problema de cada país. Desprestigiar los partidos políticos es el primer paso en el camino hacia la autocracia.
Además de avisar de los peligros que se ciernen en los planos ideológicos y políticos, pocos advierten de los peligros que se anuncian en el terreno económico. Tras el neoliberalismo, la extrema derecha predica una especie de ultraliberalismo. El grito de “libertad, carajo” quiere decir liberar a los mercados de toda intervención del Estado. Ver esta idea en acción en Argentina, nos ayuda a entender lo que trae consigo la extrema derecha.
Dice Milei que la izquierda cuando gobierna solo trae miseria a la población. Es evidente que los hechos demuestran lo contrario, al menos en España. En Argentina, sin embargo, el primer año de gobierno de Milei se puede resumir en un aumento notable de la pobreza y de la pobreza extrema, es decir, de la miseria. Dato: el 52 % de la población argentina está por debajo del umbral de la pobreza. Son 17,8 puntos más desde que Milei inició su mandato. Con este dato es un escarnio que Milei y el resto de los mandatarios de extrema derecha se feliciten por el éxito de la gestión de Milei. Algunos datos más para calibrar el “éxito”. En este primer año, los salarios han caído, en términos reales, un 6,8 %. Los salarios en el sector público han retrocedido un 16%, siempre descontando la inflación. Las pensiones se han reducido. La pensión mínima de jubilación ha perdido un 21% de poder adquisitivo.
Dice Milei que la izquierda cuando gobierna solo trae miseria a la población. Es evidente que los hechos demuestran lo contrario, al menos en España
El gobierno ha despedido a unos 30.000 trabajadores del sector público; ha recortado el gasto en educación, sanidad, universidades e investigación. Pero según Milei, esto es el entremés del desguace del Estado que se avecina.
Milei ha eliminado las subvenciones al transporte, a la luz, al gas, etc. lo que ha producido una notable subida del coste de la vida que agrava la situación de aquellos que han visto recortados su ingresos.
El primer año de gobierno de Milei se puede resumir en un aumento notable de la pobreza y de la pobreza extrema, es decir, de la miseria. Dato: el 52 % de la población argentina está por debajo del umbral de la pobreza
Si añadimos la paralización de toda la inversión pública, resulta que el gasto público ha sido recortado en aproximadamente un tercio. Estos recortes explican la reducción del déficit público, que es de lo que presumen los ultras. Ahora bien, Milei anunció que el ajuste lo pagaría la “casta política”. Nada más lejos de la realidad: en su primer año, Milei ha provocado un enorme trasvase de renta desde las clases trabajadoras y las capas medias a la capa social más acomodada, a las élites económicas. No es de extrañar el aplauso con el que los ricos de dentro y de fuera de Argentina han recibido el “mayor ajuste de la historia de la Humanidad”.
