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viernes. 23.05.2025
POLÍTICA MONETARIA

La política monetaria: el arte de manejar el dinero para el bien común

ATTAC propone una política monetaria democrática al servicio del bien común y la justicia social.

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Podríamos definir la política monetaria como el conjunto de instrumentos y medidas que sirven para controlar el dinero en circulación, en todas sus diferentes manifestaciones, dentro de un determinado sistema (efectivo, crédito, activos financieros, etc.). A través de los distintos instrumentos de los que disponen (fijación de tipos de interés, control de los créditos, nivel de reservas mínimas, etc.), los bancos centrales intervienen en la actividad económica favoreciéndola o utilizando medidas restrictivas para contraerla.

La expansión del capitalismo financiero ha supuesto su alejamiento cada vez mayor de la economía real

La política monetaria ha ido evolucionando a medida que han ido cambiando las formas de expresión del dinero, la tecnología y la globalización, adquiriendo mayor complejidad al tiempo que el sistema financiero, y los productos que se comercializan en el mismo, se han ido sofisticando y dificultando el objetivo de su control. La expansión del capitalismo financiero que se ha desarrollado durante las últimas décadas ha supuesto su alejamiento cada vez mayor de la economía real, siendo hoy su volumen muy superior a esta última. La financiarización (según la definición del profesor de la Universidad de Massachusetts, Gerald A. Epstein) “significa el creciente papel de los instrumentos, los mercados, los actores y las entidades financieras en el funcionamiento de las economías nacionales y la economía internacional”.

¿Qué es el dinero?

El dinero, esa cosa tan de uso cotidiano y al mismo tiempo tan etérea, que no da la felicidad pero ayuda a conseguirla, según el dicho popular, es, en la mayoría de sus aspectos, un gran arcano para la gente de a pie. Quién lo inventó, cómo se crea, de qué manera se controla, cuántos tipos hay… Pues bien, en este artículo intentaremos despejar las dudas más frecuentes que existen sobre ello y hacer algunas propuestas de nuestra cosecha sobre la mejor forma de gestionar este bien por parte de las autoridades competentes.

Un poco de historia

Desde tiempos remotos, las diferentes poblaciones humanas han intercambiado objetos que consideraban útiles o atractivos, bien a través de regalos o del trueque, generalizado a partir del neolítico con la sedentarización producida por la agricultura, la división del trabajo y la consiguiente producción excedentaria de bienes.

La historia del dinero propiamente dicha comienza con la utilización de metales preciosos como forma de pago

Las dificultades inherentes al trueque, donde el valor de uso de los objetos intercambiados debe ser similar y coincidente en el tiempo para ambos intervinientes, llevaron a utilizar diversos bienes que, convertidos en instrumentos generales de cambio, se convirtieron en las primeras formas de dinero ─el equivalente universal según la teoría marxista─. A lo largo de la historia se han utilizado muchos tipos de bienes con este fin, los cuales debían cumplir varias condiciones: tener una alta relación valor/volumen, que fueran fácilmente almacenables, de fácil transporte, divisibles, inalterables y no perecederos. Los metales, preferentemente el hierro, el oro y la plata, gozaron a este respecto de la mayor popularidad.

La historia del dinero propiamente dicha comienza con la utilización de metales preciosos como forma de pago en Mesopotamia, alrededor del año 1500 a. C. Las primeras acuñaciones de moneda se produjeron en torno al año 600 a. C. en tres lugares del planeta de manera independiente: Lidia (Asia menor), China e India.

Tipos de dinero

Lo primero que hay que señalar en un artículo sobre política monetaria es la diferencia entre el dinero entendido como bien público y el dinero privado. El primero es aquel emitido por los Bancos Centrales ─en el caso del euro, el Banco Central Europeo─,  y el segundo es el que tiene un origen al margen de las autoridades monetarias estatales, como por ejemplo las monedas sociales o las criptomonedas.

Dinero es todo activo o bien generalmente aceptado como medio de pago por los agentes económicos para sus intercambios comerciales

Según la definición canónica actual, dinero es todo activo o bien generalmente aceptado como medio de pago por los agentes económicos para sus intercambios comerciales de bienes y servicios y que, además, cumple las funciones de ser unidad contable (expresa un precio que puede ser comparado con otros) y depósito de valor (que permita conservar o aumentar la riqueza, hoy en día fundamentalmente vía inversiones financieras).

El dinero mercancía es el tipo de moneda más simple y, probablemente, el más antiguo. Su valor se define por el valor intrínseco de la mercancía en sí. Es decir, la mercancía se convierte en dinero. Algunos ejemplos son el oro y otros metales preciosos, las monedas, las cuentas, las conchas, las especias, etc.

El dinero fiduciario (del latín fiducia, confianza) no tiene valor por sí mismo. Consiste en billetes que tienen valor porque están respaldados por el oro, plata o divisas que tiene en su poder el banco que los ha emitido. El poseedor de un billete de banco de dinero fiduciario tiene confianza en que podrá acudir al banco emisor y retirar de él los metales preciosos o las divisas que respaldan ese dinero

El dinero fiat (del latín fiat, 'hágase') es una forma de dinero cuya legitimidad proviene de su declaración por parte del Estado como obligatorio y de curso legal para el pago de impuestos, bienes y servicios por parte de todas las personas y empresas. No está respaldado por ninguna mercancía física y es emitido por los bancos centrales de cada país o región geográfica en la que se comparte una única divisa (ejemplo: la eurozona de la Unión Europea).

El sistema monetario internacional pasó a ser íntegramente fiat cuando en 1971 EEUU decidió desvincularse de los Acuerdos de Bretton Woods, poniendo fin a lo que se conocía como el sistema basado en el patrón oro al acabar con la convertibilidad del dólar a dicho metal. Como consecuencia de ello, el único respaldo con el que contaron las monedas y billetes emitidos por los bancos centrales fue, a partir de ese momento, la confianza en el ente emisor. Actualmente todo el dinero es fiat.

El dinero electrónico se puede definir como cualquier medio de intercambio monetario que se haga por un medio electrónico. Por ejemplo, cuando se hace una transferencia desde una cuenta de un banco a otra cuenta de otro banco, cuando se paga con tarjeta en un comercio o cuando se hace uso de un monedero electrónico (e-wallet) para realizar pagos online, se está utilizando dinero electrónico. La mayoría del  dinero actual es electrónico. Se calcula que en el mundo, los billetes y monedas físicas, es decir, el dinero en efectivo, representan sólo el 8% del total. Este tipo de dinero no se debe confundir con el dinero digital, entendido, según la RAE, como un “sistema que crea, presenta, transporta o almacena información mediante la combinación de bits”.

Las monedas comunitarias son instrumentos económicos, sociales y políticos privados que complementan al dinero convencional. Se presentan como herramientas para la actividad diaria de los Gobiernos Locales y para ser utilizadas con distintos fines: la democratización de servicios sociales, el apoyo a las PYMES; la reducción de la exclusión social y las desigualdades; la reducción del impacto medioambiental. En Europa hay numerosos ejemplos del uso de este tipo de monedas, como el Makkie en Holanda, el SoNantes en Francia o la Bristol Pound en el Reino Unido.

También existen las monedas sociales, también de carácter privado, cuyo uso se limita a un grupo social o comunidad. Se basan en la confianza mutua y se utilizan como medio de pago para facilitar el intercambio de bienes y/o servicios entre de dicho grupo. Asimismo, pueden tomar la forma de sistema de crédito mutuo, sin necesidad de materializarse físicamente, bancos de tiempo o redes de trueque. Ejemplos: el “wir” suizo; el “demos”, de uso en La Isleta, un barrio de Las Palmas de Gran Canaria; la “hora”, utilizada en la red EcoXarxa en las comarcas de El Bages y El Moianès en la provincia de Barcelona.

Las criptomonedas son un tipo de activos digitales que permiten a una parte transferir valor a otra a través de Internet sin necesidad de recurrir a una entidad centralizada, como un banco (protocolo peer-to-peer). Para eso utilizan la encriptación (de ahí el nombre) y la tecnología blockchain, una cadena de bloques distribuida que permite a cualquiera verificar que el token (moneda cripto) es realmente propiedad de la persona que lo envía. Es considerado dinero privado que no cumple los requisitos universales del mismo: ser un medio de pago de bienes y servicios (por su bajo grado de aceptabilidad), una unidad de cuenta (por la dificultad de fijar precios) y una reserva de valor (por su alta volatilidad).  Las criptomonedas más conocidas son el Bitcoin y el Ethereum.

Creación de dinero

En un sistema monetario de tipo fiat, que es el que rige actualmente de forma generalizada, el dinero es creado de la nada por el banco central. En el caso de la eurozona, por el Banco Central Europeo (BCE) y los bancos centrales de los países que forman parte de la misma. Esto se realiza ampliando la base monetaria mediante la impresión de billetes y monedas o la creación de reservas bancarias (los depósitos de los bancos comerciales en el BCE), proporcionando financiación a los bancos a través de las llamadas “operaciones de mercado abierto” (subastas donde el BCE fija el tipo de interés y el vencimiento) o la “facilidad marginal de crédito” (que permite a las entidades financieras obtener liquidez de los bancos centrales nacionales a un día).

El BCE puede también, por necesidades concretas de política monetaria, realizar compras de deuda pública y privada en el mercado secundario, como fue el caso del programa QE o Quantitative Easing (expansión cuantitativa) de estímulo de la economía tras la crisis financiera de 2008 y la posterior recesión. Dicho programa, que duró 4 años (de enero de 2015 a diciembre de 2018) supuso que los activos en el balance del BCE aumentaran desde los 2,15 billones de euros en que se valoraban en enero de 2015, hasta los 4,66 billones en diciembre de 2018, cerca de un 42% del PIB de toda la eurozona en 2017.

En un sistema monetario de tipo fiat, que es el que rige actualmente de forma generalizada, el dinero es creado de la nada por el banco central

Entre mediados de 2014 y julio de 2022 el BCE adquirió activos bajo su programa de compra de activos, conocido como APP por sus siglas en inglés (Asset Purchase Programme), entre los que se encontraban títulos de deuda pública, bonos corporativos, bonos de titulización de activos y bonos garantizados. A estos programas de compras, se sumó el de compras de emergencia frente a la pandemia de COVID-19, iniciado en marzo de 2020. Durante el año 2022 el BCE empezó a eliminar gradualmente estos programas, al interrumpir progresivamente las compras netas de activos y las reinversiones de sus vencimientos.

Realmente el BCE no imprime nuevos billetes para adquirir estos activos o financiar a los bancos comerciales, sino que crea dinero electrónicamente en forma de reservas bancarias, abonando el importe otorgado a los bancos participantes directamente en sus cuentas corrientes en el banco central.

Los bancos comerciales son también creadores de dinero. Una concepción errónea común es que los bancos actúan simplemente como intermediarios, prestando los depósitos que los ahorradores colocan en ellos. Según esto, los depósitos son creados por la decisión de ahorrar de los hogares y luego los bancos prestan los depósitos existentes a los prestatarios (hogares o empresas). La cantidad de reservas determinada por el banco central (coeficiente de caja que, en el caso del BCE, está actualmente fijado en el 1%) debe ser una restricción obligatoria a la concesión de préstamos.

El procedimiento que utilizan los bancos para crear dinero se produce al contrario de lo que comúnmente se piensa: primero se crea el crédito y luego el depósito

En realidad, el procedimiento que utilizan los bancos para crear dinero se produce al contrario de lo que comúnmente se piensa: primero se crea el crédito y luego el depósito. Los bancos deciden cuánto prestan dependiendo de las oportunidades de colocación rentable de crédito a su disposición, las cuales dependen de la tasa de interés que fija el Banco Central Europeo u otros bancos centrales. Los créditos concedidos por los bancos son realmente anotaciones en su balance: en el haber se registra el compromiso que tiene el cliente de reembolso de la deuda, y en el debe se anota el depósito del dinero concedido y del que hará uso el cliente. Ese dinero será utilizado para comprar bienes o realizar inversiones y finalmente acabará depositado en otras cuentas bancarias. A medida que los clientes van reembolsando la deuda al banco ese dinero creado se va destruyendo.

Este proceso de creación de dinero está controlado por los bancos centrales a través del seguimiento de distintos agregados monetarios que ofrecen información acerca de la cantidad de dinero que hay en circulación en el sistema.

El Banco Central Europeo, controla los siguientes agregados monetarios: el M0, también llamado base monetaria, equivalente a los billetes y monedas en circulación más las reservas bancarias; el M1, compuesto por los billetes y monedas en circulación y los depósitos a la vista; el M2, que incluye el M1 más los depósitos a plazo de hasta dos años y los depósitos disponibles con preaviso de hasta tres meses; el M3, que comprende los pasivos incluidos en M2 más las cesiones temporales, las participaciones en fondos del mercado monetario e instrumentos del mercado monetario y los valores de renta fija de hasta dos años, emitidos por las instituciones financieras monetarias.

Crisis financieras

Los bancos comerciales crean productos financieros para atraer el ahorro de instituciones, empresas o particulares

Los bancos comerciales crean productos financieros para atraer el ahorro de instituciones, empresas o particulares. La diversidad de productos financieros que comercializan los bancos se ha multiplicado exponencialmente con la globalización y el desarrollo tecnológico (acciones, bonos, fondos, derivados, etc.). Los movimientos especulativos y la falta de regulación de los mercados crean inestabilidad en el sistema que se  ha manifestado históricamente en diversas crisis. En concreto, la de 2008, provocada por la quiebra del banco de inversión estadounidense Lehman Brothers, tuvo repercusión mundial. En España a esta crisis se añadió el estallido de la burbuja inmobiliaria que puso en riesgo todo el sistema. Se modificó de urgencia el artículo 135 de la Constitución (para satisfacer a los acreedores) y hubo que rescatar a los bancos considerados sistémicos y a las grandes Cajas de Ahorro. El Banco de España, como supervisor del sistema, no supo prever la gravedad y el impacto que dicha crisis iba a tener en la economía española. Se paralizó el crédito, se incrementó la morosidad y numerosas empresas, por un efecto dominó, se vieron obligadas a presentar concurso de acreedores, con el consiguiente incremento del desempleo y contracción del consumo. Esto es un ejemplo de la importancia que tienen sobre la economía real, la organización social y la calidad de vida de  la ciudadanía, las políticas monetarias que las autoridades adoptan, así como el control y la supervisión del sistema.

Por otro lado, hay que mencionar también la existencia del llamado sistema bancario en la sombra, formado por el conjunto de entidades financieras que realizan operaciones fuera del alcance de los organismos de regulación (fondos de cobertura, fondos del mercado de capitales y vehículos de inversión estructurados), el cual supone un riesgo sistémico y que, a pesar de las crisis recurrentes, se mantiene en el tiempo.

Bancos centrales

Los bancos centrales son las instituciones encargadas de la definición y ejecución de las políticas monetarias, así como de supervisar la oferta monetaria y el sistema financiero. Para los países de la Unión Europea que forman parte del Eurogrupo, esta institución es el Banco Central Europeo (BCE), el cual tiene como función principal el control de la inflación. En EEUU, el banco central es la Reserva Federal, que incorpora dentro de sus objetivos principales el control del desempleo, el crecimiento y la estabilidad.

Como vemos, los distintos bancos centrales pueden fijarse como objetivos prioritarios diferentes variables macroeconómicas que condicionarán las medidas de política monetaria a adoptar.

Banco Central Europeo

bce

El Banco Central Europeo se creó el 1 de junio de 1998, es la pieza clave de la autoridad monetaria común, sus funciones y objetivos están detallados en el Tratado de funcionamiento de la Unión Europea y en los Estatutos del Sistema Europeo de Bancos Centrales (SEBC). El BCE basa sus decisiones en una estrategia principal de estabilidad de precios. Para esto, el Consejo de Gobierno ha establecido como deseable una tasa de inflación simétrica anual del 2 % a medio plazo, lo que quiere decir que las desviaciones tanto por encima como por debajo de ese objetivo son igual de poco deseables. Los tratados de la UE también estipulan un mandato secundario para el BCE. Se trata de que apoye las políticas económicas generales de la UE con el fin de contribuir a sus objetivos, que incluyen, entre otros, el pleno empleo, la mejora de la calidad del medio ambiente, la cohesión económica y social, la justicia y la protección social. Los Tratados establecen claramente que este mandato secundario debe entenderse "sin perjuicio" del mandato principal. En otras palabras, el BCE debe priorizar estrictamente su mandato de estabilidad de precios por encima de cualquier otro objetivo.

Las funciones básicas que se llevan a cabo a través del SEBC son:

* Definir y ejecutar la política monetaria de la Unión.

* Realizar operaciones de divisas coherentes con las disposiciones del artículo 219.

* Poseer y gestionar las reservas oficiales de divisas de los Estados .

* Promover el buen funcionamiento de los sistemas de pago.

Como supervisor bancario, las funciones del BCE comprenden, entre otras, la concesión y la revocación de la autorización de las entidades de crédito, el control del cumplimiento de los requisitos prudenciales, la ejecución de revisiones supervisoras y la participación en la supervisión adicional de los conglomerados financieros. También tiene la misión de ocuparse del riesgo sistémico y macroprudencial. El BCE también está facultado para imponer sanciones istrativas. También puede exigir a las entidades de crédito que mantengan colchones de capital más elevados.

Teoría monetaria clásica

El valor del dinero depende de la oferta y la demanda del mismo. La inflación es un fenómeno puramente monetario

La teoría monetaria clásica es una teoría económica que se focaliza en el papel del dinero en la economía. Está basada en la idea de que el dinero es neutral, no afecta a las variables reales de la economía, y que los cambios en la cantidad de dinero tienen un impacto solo a corto plazo. La cantidad de dinero en la economía determina el nivel general de precios, por lo que la oferta monetaria debe ser controlada para evitar la inflación. El valor del dinero depende de la oferta y la demanda del mismo. La inflación es un fenómeno puramente monetario.

Teoría monetaria moderna (TMM)

La Teoría Monetaria Moderna (MMT, por sus siglas en inglés) es una corriente de pensamiento que afirma que los Estados que emiten su propia moneda no se enfrentan a una restricción presupuestaria, en el sentido en que tradicionalmente se trata en el análisis macroeconómico contemporáneo. Es decir, el potencial de gasto público no estaría determinado por la capacidad de ingresar impuestos o de financiarse mediante endeudamiento, ya que el Estado, a través de su Banco Central, tiene el poder de crear dinero para pagar sus cuentas. Además, se realizan las siguientes aseveraciones:

* Un déficit del sector público es necesariamente la contrapartida de un superávit del sector privado.

* Durante una recesión económica, la política fiscal es más poderosa que la política monetaria para restablecer el dinamismo.

* El gasto del gobierno y la creación de dinero solo tendrían que limitarse si se sobrepasara la tasa “natural” de desempleo y se provocara inflación.

* En caso de que se presenten presiones inflacionarias, estas pueden controlarse incrementando los impuestos y emitiendo bonos para retirar la liquidez en exceso del sistema financiero.

El euro digital

En octubre de 2020 el BCE publicó un informe analizando los factores que podrían justificar la posible emisión de un euro digital y las características que el mismo debería tener. Tras llevar a cabo una consulta pública sobre los beneficios y el posible diseño de esta moneda, se inició la fase de investigación del proyecto que duró hasta junio de 2023, momento en el que la Comisión Europea presentó una propuesta de marco legislativo con el objetivo de permitir su introducción. En noviembre de 2023, se inició la fase de preparación del euro digital, que tendrá una duración inicial de dos años. Este hito no supone que se haya tomado ya una decisión sobre la emisión de un euro digital, ya que el Eurosistema no se pronunciará formalmente a este respecto hasta que el proceso legislativo de la Unión Europea haya concluido.

El euro digital es dinero del banco central destinado a los pagos minoristas realizados por la ciudadanía y las empresas en toda la zona euro

El euro digital es una forma digital de dinero en efectivo, al cual complementaría sin sustituirlo. A medida que avanzamos hacia una economía digitalizada, un euro digital sería la evolución natural de nuestra moneda.

El euro digital es dinero del banco central destinado a los pagos minoristas realizados por la ciudadanía y las empresas en toda la zona euro. Tiene 5 características únicas: gratuito e inclusivo por diseño; disponible para cualquier pago digital; cubre las transacciones online entre particulares, en tiendas o con la istración pública; altos niveles de privacidad; también disponible sin conexión.

Aparte de las cuentas corrientes que cada persona quiera tener en los bancos comerciales, el BCE permitirá también la apertura de una cuenta en el mismo, con una limitación en principio de 3.000 euros digitales sin ningún gasto de mantenimiento.

La postura de ATTAC

Ningún país podría haber sufrido burbujas inmobiliarias si no hubiera existido una política monetaria que favoreciese el a una financiación fácil. Los hechos han demostrado que la desregulación del sistema financiero ha provocado crisis, que se han superado adoptando medidas de ajuste en la economía real que han tenido un gran coste para las mayorías sociales.

En ATTAC defendemos la necesidad de una regulación más estricta del sector bancario y de las operaciones que se realizan en el sistema financiero

El proceso de concentración que se ha producido en el sector bancario, ha supuesto una reducción del número de actores y ha elevado el volumen de operaciones de los mismos, apareciendo entidades lo suficientemente grandes y sistémicas como para impedir  a los Estados dejarlas caer  por las nefastas consecuencias que esto acarrearía en los países afectados. Esta concentración de capital ha venido acompañada de una concentración de poder que otorga a los bancos privados una posición privilegiada ante los poderes públicos.

En ATTAC defendemos la necesidad de una regulación más estricta del sector bancario y de las operaciones que se realizan en el sistema financiero. Proponemos la imposición de un impuesto a las transacciones financieras que, además del impacto recaudatorio, serviría para tener más control sobre las mismas, favoreciendo la creación de un registro de activos financieros y la progresiva eliminación de los refugios fiscales. Ninguna entidad debería tener un poder de influencia superior a los poderes públicos.

Abogamos por una banca pública que facilite la financiación en sectores estratégicos alineados con los objetivos de política económica que beneficien a la mayoría de la población,  y que respeten los derechos de la ciudadanía al a sus cuentas y la gestión de las mismas con independencia del lugar en el que habiten, incluyendo la obtención de efectivo.

Consideramos imprescindible la democratización de las instituciones europeas y, más concretamente, del Banco Central Europeo

Consideramos imprescindible la democratización de las instituciones europeas y, más concretamente, del Banco Central Europeo, el cual tiene actualmente prohibido por mandato financiar directamente a los Estados vía la compra de sus bonos soberanos, lo que implica que, para financiar su deuda, los Estados deben recurrir a los mercados internacionales de capitales y sufrir los movimientos especulativos que se producen en los mismos, como hemos visto en el pasado con la deuda griega o española. Entendemos que la política monetaria tiene que estar al servicio del bien común y de las políticas económicas que tienen como objetivo prioritario la vida y la corrección de los excesos que están poniendo en riesgo los equilibrios planetarios.

Ante las frecuentes burbujas y crisis financieras que se saldan con la intervención pública en auxilio de la banca privada para evitar su quiebra, en ATTAC apostamos por un sistema bancario con dinero totalmente seguro gracias a la posibilidad de disponer de cuentas individuales en euros digitales abiertas en el SEBC, donde depositar el dinero sin límite de cantidad. Progresivamente, esta iniciativa podría ser un mecanismo de mayor control y participación pública en el sector bancario.

La creación de dinero y la concesión de créditos han de estar alineados con las prioridades de la sociedad civil. Hay que redirigir los flujos monetarios hacia las actividades que queremos fomentar y desincentivar aquellas que son contrarias o dificultan los objetivos democráticamente fijados.

Es necesario movilizar el sistema financiero para la transición ecológica

Es necesario movilizar el sistema financiero para la transición ecológica. El papel del Banco Central Europeo debe reorientarse hacia una ecologización y resiliencia de la política monetaria, que debería adoptar tres formas complementarias: financiar directamente, emitiendo su propio dinero, las inversiones verdes de los gobiernos, como la construcción de infraestructuras (ferrocarriles, hospitales, escuelas, etc.); aplicar  tipos de interés preferenciales a los préstamos concedidos a bancos que financien proyectos ecológicos; dar prioridad a la compra de bonos que se hayan emitido para financiar proyectos acordes con las prioridades de la transición verde, realizando el seguimiento de los mismos para evitar posibles fraudes de “lavado verde”.

Actualmente estamos observando una crisis sin precedentes del modelo capitalista neoliberal. La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y las medidas que está adoptando su gobierno han provocado una sacudida mundial de consecuencias impredecibles, de las que no han sido ajenos los mercados financieros. En este escenario tan agitado, desde ATTAC proponemos un modelo monetario alternativo basado en cuatro puntos:

Que su control esté bajo un poder democrático y no dominado por las élites financieras globales.

Que sea justo y equitativo, privilegiando las actividades que sostienen la vida, los derechos humanos y el equilibrio de los ecosistemas.

Que sea estable, para evitar las crisis financieras y la especulación que tanto perjudican a la economía real y a las personas.

Que no se base en deuda ni en un sistema financiero que facilite la creación de burbujas especulativas y un crecimiento continuo, incompatible con unos recursos planetarios limitados y que no tiene en cuenta, además, su distribución para conseguir una mayor equidad.


María Teresa Vida Zamora y Alberto Martínez Sánchez | del Observatorio de Justicia Fiscal de ATTAC España

La política monetaria: el arte de manejar el dinero para el bien común