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viernes. 23.05.2025
ANÁLISIS GEOPOLÍTICO

La asimetría Ucrania-Palestina

Trump, que se complace en humillar a Europa tanto o más que en confortar a Rusia, dejó claro que habría avances hasta que Putin y él así lo decidieran.

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La guerra de propaganda e información/desinformación que se libra en torno a Ucrania y Palestina condiciona notablemente la percepción de la opinión pública occidental sobre ambos conflictos. Pero resulta imposible, por no decir perverso, compararlos. 

  1. TARDÍA REACCIÓN EUROPEA
  2. DONALD DE ARABIA
  3. UCRANIA: EL JUEGO DEL RATÓN Y EL GATO

El ensañamiento israelí en Gaza despierta un rechazo cada vez mayor en los ciudadanos, pero los gobiernos, salvo en el caso de España y alguno más, se han mostrado hasta ahora reacios a adoptar medidas que pusieran en serios aprietos al gobierno de Netanyahu. Los intentos de resolución diplomática de la crisis tampoco tienen comparación. 

Trump, que se complace en humillar a Europa tanto o más que en confortar a Rusia, dejó claro que habría avances hasta que Putin y él así lo decidieran

Es evidente que Europa se vuelca con Ucrania y Estados Unidos juega ahora a desempeñar un equívoco papel de mediación. En Palestina, Israel actúa a placer, con Estados Unidos en grado de tolerancia máxima. No obstante, la reciente campaña de brutales bombardeos y el intento de sofocar a la población por hambre, ha motivado una discreta intervención de Washington. Israel se ha visto obligada a aceptar la entrada de ayuda humanitaria en la franja de Gaza. Tarde y poco, dice la ONU. 

TARDÍA REACCIÓN EUROPEA

Europa ha estado bloqueada por divisiones internas y por su histórica incapacidad para alinear capacidad de presión política con herramientas de influencia económica. Ahora, los dirigentes europeos parecen decididos a revisar el Acuerdo de Cooperación con Israel, aduciendo conculcaciones de los derechos humanos. Lo que España propuso hace más de un año. No está claro en qué se sustanciará este anuncio. La posición alemana, italiana y de otros países europeos pueden obstaculizar la iniciativa (1). Gran Bretaña se ha sumado a la presión al condenar el bloqueo de la ayuda humanitaria y anunciar la suspensión de las conversaciones comerciales bilaterales.

Esta subida de tono en las relaciones euro-israelíes está precedida de un intercambio de acusaciones motivada por la insoportable situación de la población palestina en Gaza. En una iniciativa conjunta, París, Londres y Ottawa condenaron las “acciones escandalosas de Israel” y advirtieron que adoptarían “medidas concretas”, entre ellas su “determinación a reconocer un Estado Palestino, como contribución a la realización de la solución de los dos Estados”. Un lenguaje alambicado, fruto del habitual esfuerzo diplomático de contención. 

El jefe del gobierno de Israel, que no deja pasar ocasión alguna de jugar al victimismo, calificó de inmediato esta declaración de los tres gobiernos como una “inmensa recompensa al ataque genocida del 7 de octubre”. Una grosera manipulación, pero sobre todo una prueba de su esfuerzo permanente por convertir la conculcación sistemática de los derechos palestinos en un asunto de terrorismo.

De cuando en cuando, Francia asoma la cabeza para condenar los “excesos” de Israel. Pero siempre con el mayor cuidado, para no soliviantar a la minoría judía sa, muy atenta a cualquier desliz que pueda ser utilizado con el propósito de denunciar el antisemitismo latente en la sociedad gala.

Durante meses, esta presión israelí sobre la mala conciencia europea arrastrada desde el Holocausto ha resultado rentable. La hipócrita polémica de Eurovisión es una muestra de ello. Una serie de países siguen bloqueando cualquier medida de sanción siquiera moral o de imagen que perjudique a Israel. España asume el rol de denunciante disidente, con muy pocos apoyos efectivos (Bélgica o Irlanda, si acaso), lo que contribuye a convertir a la UE en cómplice indirecto de la masacre.

DONALD DE ARABIA

En Estados Unidos, no ha lugar a este tipo de polémicas diplomáticas. Pero las escenas de una población martirizada, aterrorizada y asediada por el hambre y las enfermedades alientan otra posible campaña de protestas en universidades y sectores sociales no adormecidos por trumpista. La diplomacia norteamericana ha realizado gestos de incomodidad ante este ensañamiento del aliado gobierno israelí. Algunos portavoces de organizaciones judías en Estados Unidos se han alineado con sectores disidentes del Ejército israelí en contra la deriva extremista y criminal (2).

Trump ha desertado de hacerse otra foto con Netanyahu en pleno martirio de Gaza. La semana pasada se ha paseado por los salones de mármoles y alfombras de las petromonarquías con las que asegura negocios fabulosos para sus empresas y familias, entreverados en contratos de difícil comprobación con empresas norteamericanas. 

Adicto a la concepción de la política como espectáculo, Trump se regocijo en la imagen de un Donald de Arabia a la inversa. Contrariamente a T. E. Lawrence, idealizado personaje de la inteligencia militar británica convertido en ardoroso simpatizante de la causa árabe por motivos ideológicos y morales, Trump se comporta como el mejor aliado de las petromonarquías del Golfo. 

El presidente norteamericano envolvió sus interesadas motivaciones en una crítica a las políticas intervencionistas de Estados Unidos en lo que va de siglo, tanto la de los neocon (supuesta promoción de la “democracia” en la región y construcción de naciones) como la de los liberales demócratas. No es tanto que aspire a construir una ‘doctrina’ al efecto. Su intención se limita a sacar partido de las oportunidades económicas. Para su país y para sí mismo

La famosa “apertura” de esos países con regímenes absolutistas se limitan al dominio económico. Pocos avances o sólo cosméticos se han producido en el terreno de los derechos humanos, sociales o políticos. Esta semana, un abogado saudí ha hecho público que en su país continúa la aplicación de la pena de muerte. En 2024, en 345 casos: prácticamente una ejecución diaria (4).

UCRANIA: EL JUEGO DEL RATÓN Y EL GATO

En Ucrania, Europa asume el rol que no quiere o no puede jugar en Gaza, es decir, el de vanguardia contra el agresor señalado. Ese directorio europeo formado por Gran Bretaña, Francia y Alemania (una suerte de mini-OTAN o de OTAN sin patrón) se convierte en la punta de lanza de la presión contra Rusia. Con resultados muy pobres.

Trump, que se complace en humillar a Europa tanto o más que en confortar a Rusia, dejó claro que habría avances hasta que Putin y él así lo decidieran. La entrevista bilateral que no pudo celebrarse en Estambul, durante la gira del presidente norteamericano por el Golfo, se convirtió en una conversación telefónica, que Trump vendió como un éxito anunciado de sus autoproclamadas capacidades de convicción. Moscú rebajó esas pretensiones a un o franco y productivo, lo que el lenguaje diplomático equivale a decir que las diferencias prevalecieron sobre las coincidencias. Lo sustancial, lo que Ucrania persigue y Europa exige, es decir, un alto el fuego incondicional, total e inmediato se envía otra vez al limbo.

Algunos comentaristas consideran que el presidente ruso manipula a su colega a su antojo. Hay otra explicación para lo ocurrido estos días: Trump, aunque haya retocado la retórica de sus relaciones con Ucrania después del bochornoso episodio del Despacho Oval, no ha modificado sustancialmente su política. 

Rusia sigue con una ofensiva más propagandística que militar, destinada a minar la confianza de la población en la capacidad de su gobierno para forzar una salida negociada que a alterar la situación sobre el terreno. Europa endurece el paquete de sanciones, cuya efectividad sigue siendo limitada (5). Analistas occidentales muy optimistas hacen de la necesidad virtud y proclaman que “Rusia ya ha empezado a perder la guerra” (6). No hay constancia clara de ello. 


NOTAS

(1) “Le jour où les Européens ont décidé de reconsidérer leur accord d’association avec Israël”. PHILIPPE JACQUÉ. LE MONDE, 21 de mayo.
(2) “Israel Wavers as Far Right and Military Disagree on Gaza Strategy”. PATRICK KINGSLEY. THE NEW YORK TIMES. 19 de mayo. 
(3) “Affaires et paix: la doctrine Trump à l’épreuve des réalités au Moyen-Orient”. HÉLÈNE SALLON y PIOTR SMOLAR. LE MONDE, 16 de mayo.
(4) “Saudi Arabia is executing more people than ever”. TAHA AL. HAJJI. FOREIGN POLICY, 16 de mayo
(5) “UK and Europe target Russia with major sanctions after Putin-Trump call”. PETER BEAUMONT y PJOTR SAUER. THE GUARDIAN, 20 de mayo.
(6) “Russia Has Started Losing the War in Ukraine”. MICHAEL KIMMAGE. FOREIGN POLICY, 19 de mayo.

La asimetría Ucrania-Palestina