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jueves. 29.05.2025
ANÁLISIS GEOPOLÍTICO

Breve análisis de la tregua líbano-israelí

 

En la madrugada del pasado 27 de noviembre entró en vigor, con la mediación de Estados Unidos y Francia, el acuerdo de tregua suscrito por los Gobiernos israelí y libanés, una vez convenido y aceptado por las dos partes realmente litigantes, el Gobierno israelí y la milicia libanesa Hezbolá.

En síntesis, el acuerdo de tregua establece las siguientes obligaciones:

  • Repliegue de las milicias armadas de Hezbolá al norte del río Litani (se calculan unos 3.000 combatientes).
  • Retirada progresiva de la Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) desplegadas entre el río Litani y la Línea Azul (hasta estos momentos frontera provisional entre Líbano e Israel) durante los siguientes 60 días (h. 25 de enero de 2025).
  • Despliegue al sur del río Litani, durante esos 60 días de la Fuerzas Armadas del Líbano (FAL) (unos 5.000 efectivos).
  • Tras finalizar este periodo de 60 días (25 de enero de 2025), la seguridad entre el río Litani y la Línea Azul corresponderá a las Fuerzas Armadas del Líbano (FAL), a la Fuerza Interina de las Naciones Unidas en Líbano (FINUL) y a las fuerzas de seguridad libanesas. 
  • A continuación, se iniciarían negociaciones entre Israel y Líbano para delimitar la frontera entre ambos países (actual Línea Azul provisional).
  • Mientras, el Gobierno libanés se compromete a supervisar la compra o fabricación de armas para evitar que acaben en manos de Hezbolá.

No sólo la tregua alcanzada es muy favorable a los intereses israelíes, entre los que se encuentra no permitir que se convierta en “permanente”, sino solamente, como mucho, en de larga duración

Dos cosas llaman inicialmente la atención de este acuerdo de tregua. La primera, la coincidencia de fechas entre su aceptación por Israel y el que sus Fuerzas de Defensa (FDI) hayan alcanzado el objetivo táctico del río Litani. De lo que puede deducirse, que ha sido Israel quien ha marcado los tiempos. 

La segunda es que, así como a las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) se les concede sesenta días para su repliegue y salida del Líbano, no se marca periodo temporal para que las milicias armadas de Hezbolá lo hagan al norte del río. Una especie de vía libre para que a partir de ahora Israel pueda justificar cualquier acción armada al sur del Litani, ya que “según el acuerdo” no debería haber ningún miliciano armado de Hezbolá al sur de dicho río. Ya lo está haciendo.

No parece que la “mediación franco-estadounidense” haya sido muy equitativa

La propia interpretación del acuerdo del primer ministro israelí Netanyahu lo confirma. Según ha declarado, Israel estaría autorizado (o, por lo menos, se considera autorizado) a atacar (es la palabra utilizada) si:

  • los milicianos armados de Hezbolá regresan al sur del río Litani (¿y si es que no han tenido tiempo de abandonar la zona, como parece que en algún caso está ocurriendo? ¡Pero como la tregua ya está en vigor!).
  • Hezbolá se rearma (¿también al norte del Litani o fuera del Líbano?)
  • la FINUL no es capaz de evitar que Hezbolá se rearme (pero ¿no se supone que las milicias armadas de Hezbolá deberían estar al norte del Litani, fuera del área de operaciones de la FINUL?)
  • se detecta la preparación de un ataque contra territorio israelí o este se produce
  • se detecta en territorio sirio el envío de armas de Irán a Hezbolá           

Toda una serie concesiones a Israel que quedan amparadas por la Carta de Garantías, añadida al Acuerdo de Tregua entre los Gobiernos israelí y libanés, de Estados Unidos a Israel en caso de que éste decidiera actuar en función de cualquiera de estos supuestos.

Para Israel, por tanto, no ha acabado la guerra contra Hezbolá. Ha justificado la firma de la tregua, según sus propias palabras, para: “poder centrarse en la amenaza iraní”, “aislar a Hamás y favorecer la devolución de los rehenes” y “permitir una reorganización y redespliegue de las FDI”, sin que deba obviarse la orden de arresto de la Corte Penal Internacional del propio Netanyahu y de su exministro de Defensa Yoav Gallant y la considerable y progresiva pérdida de apoyos a nivel internacional. Aunque las declaraciones de los mediadores estadounidenses y ses hablen de una tregua “ideada para convertirse en permanente”, nada parece indicar que esa es la intención israelí; hay que pensar que, como mucho, y en función de los muchos imponderables de la convulsa situación actual en la región, a lo más que puede llegarse es a una tregua de larga duración (tan larga como el tiempo que necesite Israel para encauzar sus frentes palestino e iraní).

Por su lado, la aceptación de Hezbolá de una tregua tan favorable para Israel sólo puede entenderse en función del enorme desgaste que estos trece meses de combates han supuesto para la milicia libanesa en, probablemente, tres aspectos: el descabezamiento de su cúpula dirigente, la pérdida de popularidad entre la sufriente población libanesa y la forzada contención iraní, que no puede permitirse un enfrentamiento directo con las más poderosas Fuerzas de Defensa israelíes, especialmente en el tipo de duelo a distancia que implicaría este enfrentamiento en el que la superioridad tecnológica jugaría a favor de Israel, apoyado, suministrado e informado por Estados Unidos.  

Para colmo, la supervisión del proceso correrá a cargo de un, aún no constituido, organismo internacional, encabezado por Estados Unidos, con participación de Francia, Reino Unido, Alemania y un país árabe aún por determinar, ante el que el Gobierno libanés responderá de su cometido de destruir todas las instalaciones y armamento susceptibles de ser utilizadas por personal ajenos ellas mismas.

En definitiva, no sólo la tregua alcanzada es muy favorable a los intereses israelíes, entre los que se encuentra no permitir que se convierta en “permanente”, sino solamente, como mucho, en de larga duración, mientras tiene las manos libres para decidir, con el inestimable apoyo del organismo internacional de supervisión encabezado por Estados Unidos, cuando los demás actores, desde el Gobierno libanés o la Fuerza Interina de las Naciones Unidas en Líbano (FINUL) hasta el propio Hezbolá, están actuando correctamente o no; sino que además, por la misma vía, podrá suplantar, cuando así le resulte conveniente, al débil pero legítimo (por complicada que sea su constitución por razones históricas y confesionales) Gobierno libanés con la permanente Espada de Damocles de la interpretación israelí de “la tregua” analizada más arriba.

Breve análisis de la tregua líbano-israelí