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sábado. 24.05.2025
TRIBUNA POLÍTICA

Feijóo, un líder acosado

Al líder del PP le come la tostada la ultraderecha sin que sepa cómo poder evitarlo.
feijoo

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Bromeaba el otro día el señor Feijóo, en un corrillo de periodistas, con que ya está aprendiendo catalán, y lo que podría parecer un chascarrillo reviste caracteres de psicoanálisis si nos dedicamos durante unos instantes a seguir la errática trayectoria del dirigente popular durante el primer año de legislatura.

Porque un espectador con voluntad de análisis podría deducir de la bromita -y, por supuesto, del pacto con Junts para tumbar el impuesto a las energéticas- una voluntad de acercamiento a los nacionalistas catalanes para preparar una hipotética moción de censura. Pero eso es imposible. Es imposible porque el señor Feijóo, como los fantasmas de las películas, lleva atada al tobillo la bola de hierro de su necesidad de Vox, que le impide dar un solo paso sin pedir permiso al verdadero amo de sus destinos: la ultraderecha. Y la ultraderecha solo puede jugar a pactar con Junts con el fin común de agredir al Gobierno, pero nunca podrá dar pasos decisivos, como una moción de censura, porque quienes quedarían completamente en manos de los nacionalistas serían ellos, y sería muy difícil hacer tragar eso a su electorado.

El señor Feijóo es un líder acosado, que todos los días bracea para mantener la cabeza por encima del nivel del agua

Así que, si el líder de la oposición se dedica cada cierto tiempo a amagar y no dar, es precisamente porque puede amagar, pero no dar. Los datos son tercos: Puigdemont jamás ofrecerá su apoyo a nadie que no le garantice volver de la huida sin el peligro de pasar por los calabozos, y Feijóo no puede garantizárselo. No puede garantizárselo porque el electorado de centro al que corteja no tendría motivos para dejar al PSOE si el PP renuncia a todos sus caballos de batalla, y el electorado de ultraderecha tendría muchos motivos para irse más a la ultraderecha.

Asistimos pues, en cada uno de los momentos en los que Feijóo parece tantear a los nacionalistas, a un mero espectáculo de impotencia. A la necesidad de sacar conejos de la chistera, de hacer algo más que mandar al señor Tellado a decir la última barbaridad.

Aunque trate de no parecerlo, el señor Feijóo es un líder acosado. Le come la tostada la ultraderecha sin que sepa cómo puede evitarlo, le come la tostada la ultraderecha que tiene dentro de casa, en el antiguo edificio de la Dirección General de Seguridad, Puerta del Sol 1, Madrid, y le comen la tostada los compañeros que tratan de ofrecer un discurso coherente de moderantismo como alternativa a la exaltación, aunque sigan, ojo, aplicando fanáticas políticas de desmontaje de los servicios públicos, como ocurre en la Junta de Andalucía.

El señor Feijóo es un líder acosado, que todos los días bracea para mantener la cabeza por encima del nivel del agua, y ve todos los días que se ahoga. Un líder que sabe que no es que no sea presidente del Gobierno porque no quiere, sino que es presidente del partido popular porque, de momento, le dejan.

Feijóo, un líder acosado