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Celín Cebrián | @celincebrianvaliente

Con la que está cayendo, en medio de la actualidad en la que vivimos donde impera el consumismo, con el calentamiento global…, y a lo que sumar un sinfín de desastres naturales, guerras infinitas y pandemias que envenenan al ser humano…, en este contexto sólo existe un elemento con la posibilidad de salvar a la sociedad de la barbarie: y ése no es otro que el arte. Y en este sentido, posiblemente Alejandro Jodorowsky represente a uno de los artistas más complejos de nuestro tiempo. Director de cine y teatro, poeta, actor, escritor, dibujante, dramaturgo y guionista, compositor, editor, ensayista, pintor, titiritero y actor de mimo, escultor, productor, conferencista, psicoterapeuta y maestro del tarot, facetas que le sirvieron para explorar la libertad hasta límites insospechados. Su cine es lírico e iconoclasta, dueño de un universo muy particular que se diferencia con soltura del trabajo de otros directores. irador del cine de Fritz Lang, Luis Buñuel y Marcel Carné, en sus películas hay ecos al cine de Tod Browning, James Whale y de Akira Kurosawa. Jodorowsky ha revelado en diversas entrevistas el amor que siente por filmes como Freaks (1932), Frankenstein (1931) o Rashômon (1950).
El cine de Jodorowsky es lírico e iconoclasta, dueño de un universo muy particular que se diferencia con soltura del trabajo de otros directores
El autor que nos ocupa hoy, Alejandro Jodorowsky Prullansky, nació en Tocopilla el 17 de febrero de 1929, Chile. Era hijo de un matrimonio de emigrantes judíos ucranianos. Y una de las figuras más peculiares de la cultura chilena. De ahí que no resulte fácil describir las diversas facetas del trabajo de este personaje imaginativo, provocador y carismático, que fundó el Grupo Pánico junto con Fernando Arrabal y Roland Topor. Su primer cómic, Aníbal 5, lo creó en 1966 cuando vivía en México, con ilustraciones de Manuel Moro. Es más, en el Heraldo de México tuvo su propia tira semanal: Fábulas pánicas. Tuvo un gran éxito a nivel internacional, con más de un millón de ejemplares vendidos y traducciones a más de veinte idiomas.

Las peripecias de Jodorowsky comenzaron en la agitada vida cultural chilena de fines de los años cuarenta, cuando era un estudiante de Filosofía. Se pasaba la mayor parte de su tiempo actuando y organizando teatros de mimos y marionetas. A los veintitrés años decidió romper con su pasado y viajar a París, donde se unió al famoso Marcel Marceau, para quien actuó y escribió pantomimas. A mediados de los sesenta, concentró sus esfuerzos en la escritura de guiones para comics y en la dirección cinematográfica, desarrollando un trabajo con influencias del surrealismo, la ciencia ficción y el misticismo oriental. Su producción fílmica le dio un gran prestigio entre ciertos círculos de la contracultura. Hasta que llegó el momento en el que abandonó la práctica artística convencional, convencido de que el arte debía tener alguna funcionalidad práctica y una incidencia en la vida de las personas. Fue entonces cuando decidió adoptar una visión más terapéutica de su quehacer, llegando a ejercer como “taorista” y crear lo que él llamó la “psicogenia”. A comienzos del año 1991, y en medio de un gran revuelo mediático, Jodorowsky regresó a Chile, con lo que puso fin a una larga ausencia de casi cuatro décadas.
Las peripecias de Jodorowsky comenzaron en la agitada vida cultural chilena de fines de los años cuarenta, cuando era un estudiante de Filosofía

Pasó de ser el famoso cineasta que utilizaba litros y litros de pintura roja en sus películas, siendo expulsado de México (de hecho fue perseguido por el Gobierno de este país) por sus contenidos trasgresores, hasta llegar a ser el maestro Jodorowsky, en toda la extensión de la palabra. En este caso en concreto, fue el maestro o el artista al que le perseguía el escándalo: destrozó un piano con un mazo en el programa televisivo de Juan López Moctezuma. También tuvo la idea de entrevistar a una vaca para que “hablara” de arquitectura, algo que escandalizó a Emilio Azcárraga Milmo, quien manifestó que en Televisa no entraba una vaca, a lo que Jodorowsky respondió: ꟷ“Hay muchas vacas haciendo telenovelas”. Además de la creación del grupo Pánico (ya citado aquí), creó Efímeros pánicos, una serie de actos espontáneos de liberación corporal a los que el teatro mexicano no estaba acostumbrado. Y llevó a cabo el montaje de “la ópera del orden”, con la que directa o indirectamente agredía a la iglesia católica de México…, sin contar, entre todas estas provocaciones, con el accidentado rodaje de la película La montaña sagrada.
Su carrera comenzó el día que decidió abandonar Chile para recorrer el mundo con su arte
Tras esta larga introducción, podríamos afirmar que su carrera comenzó el día que decidió abandonar Chile para recorrer el mundo con su arte. Digamos, que se fue del pueblo que lo vio nacer y huyó del yugo de su padre, que nunca fue una figura amorosa o comprensiva. Y esa dureza, la de su padre, y los traumas que vivió a su lado, fueron caldo de cultivo perfectos para crear a ese loco maravilloso que ha sido Alejandro Jodorowsky durante toda su vida. Un creador al que o se le comprende o se le odia; se le adopta o se le rechaza; se le idolatra o se le ignora. No hay término medio. Su familia fue una trampa para el desarrollo de su alma, la misma que le obligó a rebelarse, y luego viajar, y después a buscar su camino, y más tarde a superar todos los límites. Por eso él cree que debemos de reconocer el sufrimiento que nos provoca no ser nosotros mismos. Quizás, al ir a saltar, llegue alguien y nos regale unas alas. Hay quienes mantienen que el chileno-francés es un poeta moderno.

Ha publicado 41 libros, es autor de más de 200 cómics, ha dirigido 10 películas y es conocido por su aporte al cine de vanguardia, especialmente por El topo (1970) y La montaña sagrada (1973), con las que se ganó un lugar dentro del David Lynch (Eraserhead), Darren Aronofsky, Kiril Serébrennikov y a Jan Kounen, quien le cita en los agradecimientos de su película Coco Chanel& Igor Stravinsky (2009). El ejemplo de Fellini lo vemos en Fando y Lis, su ópera prima, que, con el título “Il paese incantato”, lo incorporó a su película Satyricon (1969). También a Nicolas Winding Refn, que en los títulos de crédito de Drive subraya que el filme era un tributo a Jodorowsky. Tanto es así que, en mayo de 2013, el cineasta coincidió con Jodorowsky en el Festival de Cannes y en la entrega de premios le dedicó su filme Only God Forgives. Jodorowsky dijo al respecto: ꟷ” No me acordaba de él. La verdad…, es honesto y sincero. Me gustó mucho más su prólogo… Me encuentro por fin con una mente capaz de comprender mis imágenes mejor que yo mismo…”.
Ha publicado 41 libros, más de 200 cómics, ha dirigido 10 películas y es conocido por su aporte al cine de vanguardia
Hablamos de Influencias en el cine, pero también las hubo en la música, ya que el cine de Jodorowsky ha tenido sus influencias en la música moderna, en artistas tan dispares como John Lennon, Genesis y su líder Peter Gabriel (la historia del álbum The Lamb Lies Down on Broadway se basa en el argumento de El topo, que Jodorowsky y Gabriel trabajaron juntos en el disco durante tres semanas en Londres) o en Marilyn Manson, que además de componer la música también aparece como intérprete en La montaña sagrada y en El topo. Unas influencias que se han hecho extensibles a la escenografía de varias giras musicales de Kanye West y más concretamente de su álbum Yeezus, o en los videoclips de Spike Jonze o de Lady Gaga.

Pero el proyecto más ambicioso de Alejandro Jodorowsky tal vez haya sido Dune, en el que trabajó durante más de 5 años y al que invitó a participar en él a Orson Welles y Salvador Dalí, el cual cobraría 100.000 dólares por minuto (ya que calculaba que su personaje saldría en el filme un máximo de 4 minutos y Dalí quería ser el actor mejor pagado del momento) y que aceptó entusiasmado en su hotel de Barcelona. También fueron invitados Chris Foss, Pink Floyd, H. R. Giger y Mick Jagger, y todo ello bajo la dirección artística del dibujante francés Moebius. Pero, en octubre de 1975, prescindió del pintor español por posicionarse a favor del régimen franquista con ocasión de la campaña que hubo tras los fusilamientos del 27 de septiembre. El proyecto fue retrasado infinidad de veces, hasta que fracasó: la productora se retiró, dejando más de 3.000 dibujos realizados por Moebius. Tiempo después, esos mismos dibujos se convertirían en el alma del cómic El Incal.
Dune era una obra que exigía mucho para poder llevarla a cabo y no siempre se recibía una recompensa a la atención prestada

Hasta aquí, la primera parte. Hasta el escándalo. Estamos a principio de los años ochenta y a David Lynch no se le ocurre otra cosa que hacer su propia versión cinematográfica de Dune, basada en la novela homónima del escritor Frank Herbert, un clásico de la ciencia ficción. Llegados a este punto, tenemos que decir que el proceso de adaptación de Dune estuvo rodeado de una cierta maldición y que se fue esculpiendo como se esculpe un coloso al que nadie puede hacerle frente. La novela de Herbert destaca por su meticulosa construcción de mundos, con una atención minuciosa a los paisajes, ecosistemas y culturas de distintos planetas. La narrativa está repleta de descripciones cuidadosas y enmarañadas que dan vida a este universo futurista, permitiendo al lector sumergirse en los matices de la política, la religión y la ecología. Pero Dune era una obra que exigía muchísimo para poder llevarla a cabo y no siempre se recibía una recompensa a la atención prestada.
Hagamos flashback y retrocedamos en el tiempo: mucho antes de que nacieran Zendaya y Timothée Chalamet, cuando Denis Villeneuve daba los primeros pasos en este mundo, por aquel entonces, Alejandro Jodorowsky ya había soñado con esa vasta extensión y la belleza desértica de Arrakis, donde los imponentes gusanos gigantes resguardan la esquiva y sagrada especia, la sustancia que era venerada por todos y deseada por muchos y que, a partir de ahí, se convirtió en el epicentro de la intriga de Dune.
(Dune) Yo estaba confiado en poder hacer una película que le diera una mutación a las mentes jóvenes. Era casi algo sagrado y había que sacrificarse. Estaba preparado a morir por ello
Esta es la historia de una película que jamás se estrenó, pero que se convirtió en una leyenda. Eran los años 70, Jodorowsky se hizo adicto a la especia cuando decidió enfrentarse a un desafío aparentemente imposible: llevar Dune a la pantalla grande. Su misión, por supuesto, era simple, aparentemente: adaptar una novela de ciencia ficción increíblemente compleja y llena de detalles, con una tesis política densa, profecías místicas y un elenco de personajes extravagantes. Todo ello, mientras convertía un desierto alienígena en el telón de fondo perfecto para una peripecia psicodélica con los efectos del LSD, sin la necesidad de consumir ninguna droga. El director, todavía eufórico por el éxito inaudito de La Montaña Sagrada (1973), decidió que era hora de llevar su ambición a nuevas galaxias. Después de todo, ¿qué podía salir mal…? Incluso pensó en encarnar él mismo al alquimista que convierte excremento en oro. Este genio surrealista no tenía límites. Jodorowsky iba a por todas y recorrió varios kilómetros completando el ejército: Nueva York, Los Ángeles, Londres, París, Barcelona… “Yo estaba confiado en poder hacer una película que le diera una mutación a las mentes jóvenes. Era casi algo sagrado y había que sacrificarse. Estaba preparado a morir por ello”, dijo con entusiasmo.
El impacto de Jodorowsky y su visión para Dune se extendió mucho más allá de la película que nunca fue. Aunque las realidades de la industria impidieron que dirigiera su revolución, su legado vivió años y todavía vive a día de hoy de las muchas influencias que tuvo en el cine de ciencia ficción. La parte más fascinante de la historia radica en el storyboard de Dune, que determinó o prefiguró decenas de películas del género: Desde Star Wars (1977) hasta Alien (1979), pasando por Indiana Jones: En busca del arca perdida (1981), (1997), Flash Gordon (1980)… Tanto fue así que Jodorowsky dijo: ꟷ “No puedes crear una obra de arte sin locura”.
A sus 96 años, todavía culpa a los productores de no haber sabido hacer viable su versión de Dune
Decepcionado y con los sueños rotos, Jodorowsky ha vivido desde entonces con esta espina clavada. A sus 96 años, todavía culpa a los productores de no haber sabido hacer viable su versión. Pero el verdadero dolor llegó cuando David Lynch, a quien él tanto iraba, tomó las riendas de Dune. La película fue un desastre y Jodorowsky sonrió. Se sintió aliviado. Tenía razón, la película de David Lynch era horrenda. No hay resentimiento en su alegría, sino que demuestra que todo genio a veces se equivoca, revelando que también es humano. ¿Qué pasó? Que a David Lynch se le fue de las manos, lo desbordó completamente. Dune de David Lynch es pura confusión y desorden.

Jodorowsky vive en París dando clases de tarot y conferencias sobre sus técnicas de “psicomagia” y “psicogenealogía” en el café Le Téméraire. Está casado con la pintora y diseñadora sa Pascale Montandon y ha tenido cinco hijos: Brontis (México, 1962, actor) Eugenia (Chile, 1963), Axel (llamado Cristóbal, actor, y enterrado en México en 1922), Teo (que murió en 1995), y Adan (un músico nacido en Francia en 1979 conocido por su nombre artístico Adanowsky). Hace años que el tarot está de moda. Una práctica absurda para unos, mientras que para otros es una herramienta de desarrollo personal, tanto psicológica como espiritual. Para Jodorowsky, el tarot es un elemento sagrado y una búsqueda psicológica profunda que funciona mediante la interpretación de códigos. Su pasión por lo desconocido y sobre todo por entender el tarot lo llevó a acumular más de 1500 tarots diferentes, pero fue finalmente el Tarot de Marsella, el más antiguo conocido, que data del año 1400, y cuyas figuras son de la época medieval, el que lo sedujo. Después de analizar una por una las 78 cartas del Tarot de Marsella (22 arcanos mayores y 56 arcanos menores), dedujo que es una gran enciclopedia de símbolos en la que todo significa algo; un lenguaje que habla del presente y no del futuro y que cuando se utiliza para hablar del futuro es una estafa. En cuanto a la psicomagia, para él es una técnica creada que puede servir de “sanación espiritual”.
Tanto la vida de Alejandro Jodorowsky como su obra están llenas de polémica

Verdades, ideales, técnicas poco científicas, sueños imposibles, voces ilusionantes, poetas, creadores, artistas… Ése es el sello inconfundible de su obra, una obra a la que siempre le acompañaron las controversias, declaraciones discrepantes, iradores… Tanto la vida de Alejandro Jodorowsky como su obra están llenas de polémica, a veces por afirmaciones incomprensibles o fuera de contexto, como cuando afirmó que “un abuso sexual puede ser feroz o puede ser seductor si es un incesto. El abuso incestuoso puede no ser violento y despertar un Edipo”. Un mensaje que provocó recciones muy negativas. Pero es un autor que sigue vivo, creativamente hablando y eso se debe a que sigue haciendo arte sin pretender ganar dinero, sin esperanza económica, lo cual es un suicidio. Ése es Jorodovsky.