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viernes. 23.05.2025
OBITUARIO | CINE

Mariano Ozores, el director que parodió la actualidad española y que creó el 'landismo'

Hijo, hermano, esposo, cuñado, padre y tío de actores, en 1948 encauzó sus pasos hacia la escritura, realizando varios guiones humorísticos.

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Celín Cebrián | @celincebrianvaliente

Nació en Madrid el 5 de octubre de 1926 y murió el 21 de mayo de 2025. Su infancia transcurrió en un mundo relacionado con la interpretación, dado que sus padres, Mariano Ozores Francés y Luisa Puchol Butier, eran actores y tenían su propia compañía de teatro, en la que Mariano comenzó a trabajar en 1940. Desde muy joven estuvo rodeado de escenarios y libretos. Como actor, no es convincente. Entonces, decide buscar otros puestos en la compañía. Sus primeros escritos humorísticos los hace para sus padres y para la revista satírica La Codorniz. Tras formarse en la Escuela Oficial de Cine, comenzó su carrera como guionista en la década de 1950. En 1957, contrajo matrimonio con la actriz Teresa Arcos (1923-2019), con quien tuvo una hija, Teresa, que, durante algunos años, se dedicó a traducir guiones de cine. En 2015 Mariano Ozores y sus dos hermanos, ya fallecidos, José Luis Ozores (1922-1968) y Antonio Ozores (1928-2010), fueron galardonados con el Goya de Honor de la Academia de Cine de España.

Fue un hombre inseparable de la historia de la comedia española del siglo XX, en la que destacar su estilo popular y esa capacidad para conectar con el espectador

En 1952 da sus primeros pasos en el cine contratado por Benito Perojo en la película Ché, qué loco. Hasta finales de los años 1950 trabaja con Perojo y Alfonso Paso y, a partir del inicio de las emisiones de TVE, en 1956 dirige y presenta varios programas, como Aeropuerto Telefunken (1958-1959).

A partir de ahí, no tardó en asumir la dirección de sus propias películas. Fue en 1959 cuando dirige la película Las dos y media y... veneno, escrita por Alfonso Paso y protagonizada por el elenco que participaría en sus primeras obras: sus hermanos Antonio y José Luis, y su cuñada la actriz Elisa Montés, entre otros. 

Sus películas eran la vida misma, la de la calle, la de los bares, la que se vivía en las casas…

Hijo, hermano, esposo, cuñado, padre y tío de actores, en 1948 encauzó sus pasos hacia la escritura, realizando varios guiones humorísticos, para pasar después a trabajar hasta los años sesenta con el director Alfonso Paso en varias producciones. Con el inicio de las emisiones de TVE, en la que llegó a ser nombrado Director de Programación, dirigió series, documentales y programas.

A lo largo de su vida rodó 96 películas, que figuran entre las más taquilleras de la época, dando grandes títulos de comedia al cine español. Fue autor también de películas malas, sí, pero graciosas, haciendo un cine con un humor muy particular, obras que fueron vistas por más de 90 millones de personas, llegando a ser el segundo director de cine más prolífico del cine español. En el año 2016, en la 30 edición de la Gala de los Goya, recibió el Goya de Honor. Y dijo: ―”Creo que me lo merezco. El Goya es un premio a la constancia”. Era académico desde la fundación de la Academia y tenía el carnet con el número 18.

Su vida fue un reflejo de su época y su obra un retrato de los gustos y las contradicciones de un país en proceso de transformación

Fue un hombre inseparable de la historia de la comedia española del siglo XX, en la que destacar su estilo popular y esa capacidad para conectar con el espectador con las que consiguió una trayectoria llena de películas que lo convirtieron en una figura muy querida, aunque en algunos casos polémica. Su vida fue un reflejo de su época y su obra un retrato de los gustos y las contradicciones de un país en proceso de transformación. Supo leer como pocos el gusto del gran público durante el franquismo tardío y la transición. Su filmografía está llena de enredos, picardías, equívocos…, hasta que encontró ”su hogar”, como él decía, en las “comedias de destape”, genero en el que reinó con absoluta autoridad. Utilizó sus filmes como crítica y parodia de la sociedad del momento y situó a sus personajes dentro de los grandes cambios que se estaban produciendo. Pero, a pesar del éxito de su cine, Mariano Ozores tuvo que vivir rodeado de numerosas críticas que venían a considerar sus películas como productos de un subgénero sin valor cinematográfico, entre los que citar títulos como Alcalde por elección (1976), El apolítico (1977)…, este último con la participación de Carmen Sevilla. Algunos filmes de esa etapa fueron auténticos éxitos de taquilla y su éxito comercial fue indiscutible: Los bingueros, Yo hice Rocky III, La Lola nos lleva al huerto… 

Ozores trabajó con los actores más famosos de cada época. Nombres que forman parte del imaginario español: desde Andrés Pajares a Fernando Esteso, pasando por sus hermanos, José Luis y Antonio, Concha Velasco, Alfredo Landa, José Luis López Vázquez, Paco Martínez Soria, Florinda Chico, Juanito Navarro, Manolo Escobar, José Sacristán, Lina Morgan… La fórmula era clara: humor directo, situaciones absurdas y una mirada satírica sobre su tiempo y aquella sociedad. Es más, él es uno de los exponentes del landismo. Alfredo Landa fue uno de sus actores preferidos. Además sabía sacarles todo el provecho posible a los actores secundarios y con muy pocos medios, algo que tenía un gran valor y era de irar. Los actores eran unos privilegiados y con un gesto cambiaban el estado de ánimo del personaje. Rodaba tres o cuatro películas al año, la mayoría escritas por él, con las que reivindicó su papel de cronista de toda una época, pero, eso sí, siempre a través de la risa: ―”Entre yo y el público siempre elijo al público, y el resto no importa·”, decía. ¡Qué vienen los socialistas!, Operación secretaria… Sus películas eran la vida misma, la de la calle, la de los bares, la que se vivía en las casas… “Tuve la gran suerte de trabajar con gente maravillosa, con unos cómicos que nunca pusieron una pega. Todos éramos amigos y compañeros y hablábamos de lo que nos gustaba, del cine. No mirábamos si uno era de izquierda o de derechas”, así se expresaba ante las preguntas de los periodistas en sus entrevistas.

Cuarenta grados a la sombra captura perfectamente el espíritu de su cine a la perfección

En los años 90, llevó a televisión dos series: en 1991 Taller mecánico, con Antonio Ozores, María Silva y Leticia Sabater y en 1993 El sexólogo, que fue retirada en medio de una gran polémica. Una de las voces contrarias a la de su retirada fue la de Luis García Berlanga. Al parecer, el argumento fue aprobado por el productor, José Antonio Cascales, pero alguien filtró el guion a un diputado de Izquierda Unida, que lo calificó de machista, y entonces tuvo que intervenir el director de RTVE, Jordi García Candau. Otra obra que supuso un batacazo en taquilla (tanto que provocó la quiebra de la productora), fue La hora incógnita, con la que regresó al cine dramático, cuya sinopsis nos dice que en un pequeño pueblo español se espera que va a explotar una bomba nuclear. Es cuando todos los vecinos se van, excepto trece personas que se reúnen en la iglesia y, con la ayuda del cura, descubren que aún existe la posibilidad de salvarse. Estamos ante una obra difícil, con un guion flojo, una película de toque costumbrista, con nombres como el de Emma Penella o Fernando Rey, con diálogos poco naturales…, en suma La hora incógnita es una estimulante película de ciencia ficción para demostrarse quizás a sí mismo que Mariano Ozores como director era capaz de hacer muchas cosas diferentes y no sólo comedias. En el filme había buenas intenciones, todo hay que decirlo. 

De su filmografía podemos destacar solo algunos títulos, dado la extensión de la misma. Empezaríamos por Los bingueros (1979) un claro ejemplo de la comedia popular española de finales de los años 70, con un humor desenfadado y personajes exagerados, como Amador y Fidel, que se ven envueltos en una serie de desventuras por su adicción al bingo. Su obsesión con el juego los lleva a meterse en líos absurdos y situaciones cómicas, con el dúo formado por Pajares y Esteso. Al este del oeste (1984)una parodia de los clásicos westerns americanos, adaptada al estilo cómico y costumbrista típico del cine español de la época Protagonizada por Fernando Esteso, que interpreta a Bill Pistolas, además de Antonio Ozores y Juanito Navarro. La loca historia de los tres mosqueteros (1983), un disparate basado en la famosa novela de Alejandro Dumas, adaptándola al humor característico del cine español de la época. En lugar de los heroicos espadachines, encontramos a unos mosqueteros torpes y cómicos, interpretados por Millán Salcedo, Fernando Conde y Josema Yuste, integrantes del trío humorístico Martes y Trece. Es peligroso casarse a los 60 (1981)protagonizada por Paco Martínez Soria, que interpreta a don Mariano Rubiales, un hombre de 60 años que, tras años de soltería, decide casarse con Gloria (Julia Martínez) con la esperanza de tener un heredero para su negocio de autocares. El hijo no llega, pero quien sí se queda embarazada es Juanita (Adriana Ozores), la hija secreta de 18 años, fruto de un amor de juventud. El erótico enmascarado (1980), una película que gira en torno a Manolo, interpretado por Fernando Esteso, un ex actor de cine para adultos reconvertido en profesor de ciencias políticas que, tras un accidente, queda impotente. Cuando está a punto de casarse, decide acudir a un psiquiatra, pero lejos de ayudarlo, este profesional trama un plan para aprovecharse de su situación. Ellas los prefieren locas (1977), una trama que sigue a Alberto Garcés, un ejecutivo interpretado por José Sacristán, el cual depende económicamente de su esposa Freda (Teresa Velázquez), pero mantiene una relación extramatrimonial con Mili (Esperanza Roy), una pintora que lo idealiza. Cuando un chofer descubre su amorío, Alberto y Mili idean un plan para que él se haga pasar por homosexual, lo que da pie a una serie de enredos. Fin de semana al desnudo (1974), una película que Ozores ubicó en un hotel de la Costa del Sol. La trama sigue a Angustias, una camarera interpretada por Lina Morgan, quien se ve envuelta en una serie de enredos cuando el millonario Rodolfo Cisneros (Alfredo Landa) llega al hotel acompañado de su secretaria Octavia. Manolo, La Nuit (1973), aventuras y desventuras de Manolo (José Luis López Vázquez), un hombre de mediana edad que, durante una noche de fiesta en Madrid, intenta conquistar a varias mujeres y salir de su rutina diaria. Por último, en este repaso por el cine de Antonio Ozores, tenemos el filme Cuarenta grados a la sombra (1967), que es una crítica a las costumbres y comportamientos sociales. Cuarenta grados a la sombra captura perfectamente el espíritu de su cine a la perfección.


La luz de lo cotidiano

Mariano Ozores, el director que parodió la actualidad española y que creó el 'landismo'