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Vicente I. Sánchez | @Snchez1Godotx

Tras analizar Mónica de Daniel Clowes, ambos cómics publicados por la editorial Fulgencio Pimentel, era inevitable llegar a Paciencia (2016), otro de los grandes trabajos de este maestro del cómic underground estadounidense.
Paciencia es el curioso nombre de la protagonista de este cómic, quien es asesinada en las primeras páginas. Desde el inicio, se sabe que está embarazada, lo que hace su muerte aún más trágica. Así comienza una historia en la que Jack, su novio, se obsesiona con descubrir quién fue el asesino, un tormento que lo consumirá a lo largo de los años. Su gran objetivo será evitar la muerte de Paciencia y, para ello, de manera inexplicable, se hará con una máquina del tiempo que le permitirá viajar al pasado en busca de respuestas. Con este punto de partida, el autor de obras tan capitales como Ghost World y Como un guante de seda forjado en hierro nos sumerge en otro viaje alucinógeno y absurdo, donde iremos descubriendo poco a poco el traumático pasado de Paciencia y cómo su muerte convierte a Jack en un hombre al borde de la locura.
Paciencia no es solo el nombre de la protagonista, sino también el estado de ánimo que define a Jack, quien ve pasar los años y atraviesa incontables viajes en el tiempo
Daniel Clowes se mantiene fiel a su peculiar estilo en un cómic que, aunque se enmarca dentro de la ciencia ficción, en realidad es un ejemplo claro de su narrativa fronteriza, situada en los márgenes de los géneros, donde personajes con profundos traumas se mueven en un entorno extraño y absurdo que desafía la lógica convencional. En estas páginas encontramos oníricos sueños, recuerdos que se entremezclan con la realidad y un extravagante mundo futurista ambientado en 2029, poblado incluso por personajes de piel azul. Todo parece posible en este universo, aunque, paradójicamente, Paciencia es quizás uno de los trabajos más claros y lineales de Clowes. Menos arriesgado, podría decirse, aunque sigue manteniendo su característico estilo visual y narrativo: personajes que miran fijamente al lector, figuras que resultan tan repulsivas como encantadoras y una potente paleta cromática que, en ocasiones, remite al espíritu psicodélico de los años sesenta, evocando un viaje de ácido visualmente impactante.
Paciencia no es solo el nombre de la protagonista, sino también el estado de ánimo que define a Jack, quien ve pasar los años y atraviesa incontables viajes en el tiempo sin poder resolver el misterio del asesinato de su mujer embarazada. A diferencia de otras obras de Clowes, aquí encontramos una perspectiva más optimista: los personajes tienen la posibilidad de redimirse, de encontrar un atisbo de paz. El amor y la estabilidad del hogar se presentan como elementos fundamentales para alcanzar el equilibrio, y en este sentido, Paciencia no retrata un mundo condenado desde el principio, como sucede en Mónica, sino un universo donde el amor puede redimirlo todo. Aunque con un tono más esperanzador, la obra sigue explorando las obsesiones recurrentes del autor y su particular visión del mundo. En cierto modo, Clowes siempre nos cuenta la misma historia, y aunque aquí hay más luz que de costumbre, sigue siendo el mismo genio de siempre.

La edición presentada por Fulgencio Pimentel, en tapa dura y con una gran calidad de impresión, es una pieza imprescindible para los seguidores del autor. Esta publicación nos recuerda la importancia de Clowes en el cómic moderno, un creador cuya obra, en mi opinión, no recibe todo el reconocimiento que merece. Su visión ácida de la sociedad y la profundidad de sus personajes exigen una lectura atenta y reflexiva, permitiendo descubrir los matices ocultos de sus relatos. En definitiva, Paciencia es otra pequeña joya de uno de los autores más relevantes del cómic contemporáneo.