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Jaime Polo | @lovacaine

Bong Joon Ho regresa con Mickey 17, su primera película desde el fenómeno global de Parásitos (2019), y lo hace de la mano de Robert Pattinson en una historia que mezcla ciencia ficción, comedia negra y existencialismo. La premisa, basada en la novela Mickey7 de Edward Ashton, se adentra en un futuro donde los clones "prescindibles" son una solución para la exploración espacial. Mickey Barnes es uno de ellos, un trabajador desechable cuya conciencia se transfiere a un nuevo cuerpo cada vez que muere. Pero, ¿qué sucede cuando uno de estos clones decide que no quiere desaparecer?
La idea de los clones desechables es una de las más atractivas del cine reciente. Nos habla del valor de la vida en un contexto donde la tecnología y la deshumanización van de la mano. Bong Joon Ho podría haber llevado esta premisa por un camino más filosófico, pero elige dotarla de un tono de comedia satírica que recuerda a No mires arriba (Adam McKay, 2021). Esto puede jugar en su contra: el humor, aunque efectivo por momentos, a veces se siente demasiado forzado y predecible. No ayuda el hecho de que el espectador ya haya sido expuesto a este tipo de comedia en exceso, sobre todo por culpa del estilo químico de Marvel, que ha saturado el mercado.
La película tiene destellos de su estilo, con una puesta en escena calculada y una gran dirección de actores, pero también se percibe cierta homogeneización con el cine de gran estudio
Uno de los mayores atractivos de la película es la actuación de Robert Pattinson, quien interpreta dos versiones de Mickey en conflicto entre sí. Es un doble reto actoral que el británico resuelve con solvencia, diferenciando a sus dos versiones con matices bien trabajados. Su expresión corporal y sus cambios sutiles en el tono de voz hacen que cada Mickey se sienta como una entidad distinta.
La llegada de Bong Joon Ho a Hollywood era inevitable tras el éxito de Parásitos. Su talento visual y narrativo sigue presente en Mickey 17, pero hay una ligera pérdida de identidad. La película tiene destellos de su estilo, con una puesta en escena calculada y una gran dirección de actores, pero también se percibe cierta homogeneización con el cine de gran estudio. Es un Bong Joon Ho algo domesticado, probablemente condicionado por las exigencias de expandirse.
Mickey 17 es una propuesta interesante que invita a la reflexión sobre la identidad y el valor de la vida, aunque lo haga con una sonrisa cínica en el rostro.
Nota: 3.5/5 | Mickey 17 ya está en todos los cines.