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viernes. 23.05.2025
CINE

'Septiembre dice': dos hermanas

Debut inquietante de Ariane Labed que explora una tóxica relación fraternal con tono oscuro y ambiguo.
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Francisco Nieto |

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Nos hallamos ante el debut como directora de Ariane Labed, quien ha trabajado con Yorgos Lanthimos como actriz (en Langosta y Alps), y además es actualmente su pareja sentimental. ¿Labed se inspiró en los mundos extraños que suelen ser marca de la casa de Lanthinos? En cualquier caso, la base de la historia se encuentra en la novela Hermanas de Daisy Johnson, publicada en España por la editorial Periférica, con traducción de Carmen Torres García.

Julio y Septiembre son dos hermanas adolescentes que viven en su propio mundo. Septiembre es dominante y temeraria, en ocasiones, cruel, mientras que Julio es mansa y temerosa, introvertida, ingenua y complaciente. Son uña y carne: el estrecho vínculo que las une, su devoción, las extrañas pruebas a las que se someten para demostrar su lealtad y la forma en que se completan mutuamente impiden saber dónde empieza una y termina la otra. 

Septiembre es una chica un poco mala y bastante sádica, Julio es muy tímida al lado de su hermana, y es precisamente ese contraste lo que hace que su relación sea aún más interesante. La madre, que ha permanecido en gran medida ausente (más adelante se conocerá el motivo), decide de repente, tras ser una espectadora silenciosa, que es hora de que las hermanas salgan de las sombras en las que se hayan inmersas. Inicialmente tenemos la impresión de que Septiembre está mostrando afecto a Julio al asegurarle que siempre la protegerá, pero al tomar el control, las acciones de Septiembre sugieren un deseo de dominar a su hermana.

El título de la película hace eco del juego de Simón dice en el que las órdenes tienen que ser obedecidas

El título de la película hace eco del juego de Simón dice en el que las órdenes tienen que ser obedecidas y las cosas que Septiembre le exige a Julio que haga se vuelven cada vez más desconcertantes. Cuando aparece un cuchillo, la primera vez implica a Julio grabando un nombre en el cristal de una ventana (una escena que resulta irritante al presentar el sonido del cuchillo), pero la siguiente vez es una orden de que Julio se corte. Labed mira a las dos chicas excéntricas con empatía y benevolencia, celebrando con ellas los pequeños secretos de la juventud.

La historia permanece vaga durante mucho tiempo, e incluso en los flashbacks que aparecen repetidamente, apenas se insinúa un pasado traumático. Con las imágenes atmosféricas de Balthazar Lab, director de fotografía de La Jauría, y cámara en La chica desconocida de los hermanos Dardenne, y el inquietante diseño de sonido de Johnnie Burns, firmante a su vez del envolvente sonido de la escalofriante La Zona de interés de Jonathan Glazer, la película posee atractivo suficiente en algunos versos sueltos, pero no logra unirse para formar un todo convincente, aunque sin duda genera curiosidad sobre el futuro camino de la directora como cineasta.

Uno de los momentos cumbres a destacar es aquella escena en la que la madre tiene un encuentro furtivo con un desconocido. Se conocen en un bar y se enrollan, pero todo explicado de una manera tan poderosa y convincente que es digna de aplauso. La sinceridad que destila la secuencia viene condicionada por una excelente planificación y un gusto por el detalle que se balancea entre lo hermoso y lo brutal. Pocas veces un encuentro amoroso, aunque sea casual, está expresado en pantalla con tanta fuerza y sentido. La pena es que este tipo de momentos no se prodiguen en demasía a lo largo del metraje.

La gracia de la función estriba en que juega a engañarte varias veces. Crees que sabes lo que está pasando, y que controlas todo el desarrollo argumental, pero la gran revelación final que altera todo lo visto hasta el momento nosllega de manera demasiado casual, y no nos dan ninguna pista en esa dirección que pudiera ponernos en alerta. La visualización entrecortada mediante fotografías en ese aspecto no deja de ser una elección curiosa. Se podría volver a ver la película con la esperanza de descubrir mensajes ocultos que se nos hayan pasado por alto en el primer visionado, pero seguro que lo único que acabaríamos por descubrir sería lo endeble del argumento.

Así asistimos a una mezcla de estudio de personajes de humor negro e historia de terror claustrofóbica en la que se difuminan los límites de esta relación íntima entre el amor incondicional y la dependencia.

'Septiembre dice': dos hermanas