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sábado. 24.05.2025
TRIBUNA GEOPOLÍTICA

Europa: el minotauro en su laberinto

Actualmente, el viejo continente se encuentra atrapado en un laberinto que muestra, de nuevo, su faz bélica, y quienes se oponen a sus designios corren el riesgo de enfermar gravemente o morir.

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La Europa que colonizó otros continentes, ricos en materias que necesitaba la revolución industrial, hoy está moribunda. Después de la Segunda Guerra Mundial, quedó postrada ante el caballo ganador y esperando ayudas económicas. Los británicos y los ses, que compartían la misma eversión que los estadounidense sobre los soviéticos, presentaron en la Cumbre de Paris una lista de condiciones que sabían la URSS no aceptaría. Dichas condiciones consistían en que cualquier país que se sumase al plan debía someter su situación económica interna al control de organismos externo al país receptor, situación con la que los soviéticos no estarían de acuerdo. Molotov, el representante ruso, se retiró de la Cumbre de París, ya que las condiciones de significaban la dependencia total de EE.UU.

La OTAN desplegó sus alas y Europa cayó en sus redes: fundada en agosto de 1949 por 11 países europeos y 2 americanos (Canadá y EE.UU.) en la actualidad cuenta con 30. 

Como el Minotauro, Europa está en su Laberinto, bajo las fauces de la oligarquía belicista que solo piensa en recoger los beneficios de la contienda, ignorando los muertos y el sufrimiento de la sociedad

 Desmembrar Rusia, hacerse con su potencial de materas primas, siempre estuvo en la mente de EE.UU. El inmenso país euroasiático siempre ha sido objeto de deseo, pasión que se reforzó cuando la URSS desapareció. Y para ello debían poner una muralla de hierro a la actual Federación Rusa, a pesar de que la istración estadounidense prometió al gobierno de Gorbachov que la OTAN no se extendería hacia el Este. La revista alemana Der Spiegel sacó a la luz un documento que confirma que la OTAN incumplió las promesas, en contra de lo dijo el anterior secretario de la Organización, Jens Stoltenberg, el cual aseguró que esa promesa "nunca se hizo". Ucrania es el último eslabón que la OTAN quiso engarzar, pero Rusia advirtió que no lo consentiría. 

No debemos olvidar que la Primera y Segunda Guerra Mundial partió de Europa. Actualmente, el viejo continente se encuentra atrapado en un laberinto que muestra, de nuevo, su faz bélica, y quienes se oponen a sus designios corren el riesgo de enfermar gravemente o morir. Robert Fico, primer ministro de Eslovaquia fue blanco de las iras otánicas por mostrarse contrario al discurso oficial, por no querer seguir alimentando la ayuda a la guerra en Ucrania; el ministro recibió cinco tiros cuando salía de una reunión de gobierno, en la ciudad de Handlova. Ganó las elecciones del año pasado con promesas que incluían detener la ayuda militar a Ucrania. ¿Quién fue el ejecutor?: un loco, un lobo solitario, o un eslabón engarzado en la cadena de mandos para acallar a quienes discrepen de las oligarquías reinantes. El primer ministro sobrevivió al atentado, pero el mensaje fue claro. 

Todos contra Rusia, y comenzaron las sanciones hacia el país vecino, aunque éstas no le han hecho mella; más bien han fortalecido su economía dirigiendo su comercio hacia otros países asiáticos. Por otro lado, la destrucción de los gaseoductos Nord Stream 1 y 2, que abastecían a Alemania de combustible barato ha dejado al país en recesión y con la industria maltrecha.

El siglo XX nos dejó dos guerras devastadoras y un Derecho Internacional que está siendo violado

Se atisba la distensión bélica y con ella una paz anunciada por el nuevo ejecutivo que preside Donald Trump, actitud bien recibida por el gobierno ruso que preside Vladímir Putin. Pero los viejos halcones de las corporaciones guerreras no quieren la paz y están moviendo todos los resortes que tienen a su alcance para seguir manteniendo el belicismo contra Rusia en tierras ucranianas. Y ahí está el presidente francés Emmanuel Macron, uno de los principales baluartes de tan titánica batalla; puede que en él perdure la memoria de Napoleón queriendo conquistar Europa por la fuerza, pero a la vez se olvide de las derrotas que cosechó y su deportación a la isla Santa Elena, donde terminó sus días. Llega la estulticia trepidante de los servidores de turno; todos a una como en Fuenteovejuna, pero en esta ocasión no es por vengar a la mujer ofendida, sino por defender a las poderosas oligarquías financieras. La Francia de las luces se ha apagado, solo quedan las sobras que reverberan en las paredes tras el fuego mortecino de las velas derretidas. 

El cuadro del pintor francés, Géricault, La balsa de la medusa, muestra unos naúfragos a la debida; muertos o moribundos unos, alzados otros ante la luz del horizonte que se vislumbra. Valga el cuadro como metáfora de esta Europa que ya no puede ni con su cuerpo ni con su alma. Estamos asistiendo a la decadencia de Europa; esa Europa que pudo ser y no fue. Carlos Taibo en su libro, “No es lo que nos cuentan”describe con detalles la realidad de la Unión Europea; esa Europa que se dejó seducir por el color del dinero. 

Todos contra Rusia, y para ello apuestan por una alianza para enviar tropas a Ucrania que vigile la situación que pueda darse en el futuro inmediato. La guerra en suelo ucraniano demuestra que estamos ante una Unión Europea dependiente de la voraz oligarquía financiera internacional, que solo prospera a través de las guerras. Oligarquía que pretende exterminar a cuantos políticos vayan contra sus intereses. En el año 2014, el golpe de Estado en Ucrania depuso al presidente electo, Yanukovich, para recomponer un gobierno que se mantuviera alejado de cualquier veleidad amistosa y comercial con Rusia. Finalmente, se alzó al frente del gobierno un mediocre actor dispuesto a representar el papel encomendado por la oligarquía; un gobierno que mantiene a 11 partidos ilegalizados, permitiendo que los seguidores del Stefan Banderas rindan honores en su memoria, incluyendo en el ejército a gran parte del batallón Azov (batallón que combatió junto a Hitler en la Segunda Guerra Mundial). Tampoco debemos olvidar el trágico atentado que costó la vida a cerca de 50 personas, cuando la sede del Sindicato en Odesa fue quemada por grupos nacionalistas nazis. Todo un alarde de democracia y libertad. 

Y ahí está Zelenski, que lejos de pedir la paz para el exhausto país, sigue pidiendo ayuda económica y pertrechos para seguir luchando. Tras el encuentro en Washington, con el presidente Donal Trump, fue a encontrase con el premier inglés, Kair Starmer, el cual le brindo una efusiva acogida y le prometió ayuda económica para seguir luchando por la libertad de Ucrania. “Cortesía por cortesía”, ya que Zelenski antes prometió a Inglaterra las “tierras raras” de Ucrania. Gran paradoja. Inglaterra, que no pertenece a la Unión Europea, se erige como abanderada, junto a Francia, para proseguir la guerra contra Rusia, sabiendo que la vieja Europa puede morir de un infarto. Parece que es el sueño de Gran Bretaña, o la “Pérfida Albión”, término acuñado por el poeta francés, Augustin Luois Marie de Ximénes (1726-1817) 

El siglo XX nos dejó dos guerras devastadoras y un Derecho Internacional que está siendo violado. Fue un “tiempo de canallas”, como describió el escritor Andrés Sorel en su libro del mismo título. Y ahora, tras la canallesca del siglo pasado se vislumbra la miseria de una Europa desabastecida de cordura y de cualquier signo que nos haga confiar en sus dirigentes. Inglaterra, otrora colonizadora y causante de la creación de Israel en tierras palestinas, muestra su perverso rostro, una vez más. 

Todo está por ver. Las negociaciones de paz entre EE.UU. y Rusia son contrarias a los deseos de quienes apuestan por continuar la guerra; una guerra que nunca debió iniciarse si las bases de la OTAN no hubiesen avanzando hasta desafiar a Rusia. Los acuerdos de Minsk también fueron incumplidos; fue otra mentira para entretener a la Federación hasta que el gobierno ucraniano fuese bien abastecido de material bélico y de dinero. Angela Merkel también lo dijo cuando dejó de ser Canciller de Alemania. “Todo por Ucrania”, gritan al unísono, pero la población ucraniana poco importa; con sus fuerzas militares extenuadas, tras un millón de bajas (más mutilados y enfermos), está echando a la juventud a un frente de batalla desarticulado. Los ucranianos con posibilidades económicas hace tiempo que se escaparon del desastre anunciado. 

Como el Minotauro, Europa está en su Laberinto, bajo las fauces de la oligarquía belicista que solo piensa en recoger los beneficios de la contienda, ignorando los muertos y el sufrimiento de la sociedad. 

Europa: el minotauro en su laberinto