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sábado. 24.05.2025
TRIBUNA POLÍTICA

Muertos

La presidenta de la Comunidad de Madrid dice que no hubo más de 7.000 muertos en las residencias que dependían de ella durante la pandemia. Que solamente fueron 4.000. 

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Vivimos tiempos en los que las fronteras del asombro se hacen cada vez más grandes. Y, sin embargo, nada iguala en asombro al hecho de que el progreso, que suele parecer incuestionable, que sufre retrocesos, pero suele avanzar, se detenga siempre, sin avance alguno, a las puertas de la derecha política española. 

La presidenta de la Comunidad de Madrid dice que no hubo más de 7.000 muertos en las residencias que dependían de ella durante la pandemia. Que solamente fueron 4.000. 

Habrá muchas cosas que discutir, pero cuando se trata de ciudadanos muertos, discutir su número es prueba suficiente de que no se merece gobernar

Podríamos tener la tentación de abordar el asunto de fondo, los protocolos que llevaron a la muerte a esas personas, las diferencias entre personas con seguro privado y con sanidad pública, la forma de morir de los que, según se dijo en sede parlamentaria, se iban a morir de todos modos. 

Pero todo eso ha sido ya ampliamente tratado. Lo que a algunos nos pasma, lo que a algunos nos deja sin respiración, es el empeño de nuestra derecha en que lo que importa, lo que de verdad importa, no son los muertos, los conciudadanos muertos, sino el número de muertos. 

Se trata de una constante histórica. Invariable. A la derecha española no le importa que se ametrallara en la plaza de toros de Badajoz, por orden de uno de sus generales condecorados, a miles de personas, sino que quede claro que solo fueron 4.000 y no más. No le importa que durante esa época que tratan de reivindicar que fue la sanguinaria dictadura de Franco se asesinara a decenas de miles de ciudadanos, sino que solo fueron 150.000 y no más. Su línea de defensa ante la barbarie, en definitiva, siempre es insistir en que vale, que sí, pero que no fue para tanto.

A la señora Ayuso le parece que 4.000 muertos no son para tanto, y a mí me pasma que haya gente dispuesta a discutirlo, a entrar en ese espacio de lógica demente en el que, de llevarlo a sus últimas consecuencias, la muerte negligente, o intencionada, o accidental, de una persona no tendría que ser investigada porque solo era una

¿Cuál es el modelo de protección de los ciudadanos que le parece bien a la derecha española? ¿Atila? ¿Cuánta gente tiene que morir para que a la calle Génova, tan preocupada por otras cosas que le parecen más importantes que las personas, le parezca que hay que investigar, que hay que exigir responsabilidades? 

Habrá muchas cosas que discutir, pero cuando se trata de ciudadanos muertos, discutir su número es prueba suficiente de que no se merece gobernar. Para la civilización no hay pérdidas aceptables. Las personas no están hechas de dinero, para que sean tratadas igual que los apuntes de una cuenta corriente, haciendo trampas en la contabilidad, a ver si así pagamos menos a esa versión política de Hacienda que se llaman las urnas. Claro que a quien le vamos a decir eso. 

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