<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=621166132074194&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">
sábado. 24.05.2025
TRIBUNA DE OPINIÓN

La simbólica decapitación del Ninot de Mazón en las Fallas valencianas

El Ninot con la efigie de Mazón parecía protegido por un sortilegio, imbuido quizá por el espíritu de aquel a quien representaba.
ninot_mazon
Un bombero recoge la cabez del Ninot de Mazón. (Captura vídeo)

Necesitamos tu ayuda para seguir informando
Colabora con Nuevatribuna

 

El Ninot con la efigie de Mazón parecía protegido por un sortilegio, imbuido quizá por el espíritu de aquel a quien representaba. Los demás cumplían con su misión, pero este se resistía con saña, como si quisiera ser indultado de la hoguera por méritos propios. La secuencia del bombero que intenta moverlo de su sitio y tiene que acabar decapitándolo antes de arrojarlo al fuego se ha convertido en toda una metáfora. Los ciudadanos llevan meses exigiendo una dimisión que no llega y que seguramente deba verse forzada por un auto judicial, cuando se le prive de la inmunidad para ser imputado. Las fuerzas del orden deberán mostrarle lo que habría de haber hecho por iniciativa propia. 

El Ninot con la efigie de Mazón parecía protegido por un sortilegio, imbuido quizá por el espíritu de aquel a quien representaba

Se refugia en las labores de reconstrucción y sigue rehuyendo dar una explicación plausible de su ausencia en unos momentos que resultaron decisivos para paliar la catástrofe. Aquel fatídico 29 de octubre hizo cosas muy desacertadas. Crítico a la Universidad por suspender las clases, tildándolo de alarmismo sin fundamento. Sobre la una difundió un video que luego borró, anunciando que a media tarde amainaría la tormenta y se tomó el resto de la jornada libre. Muy probablemente, su extraña e inexplicada desaparición retrasó un providencial envío de alertas que hubieran podido salvar vidas. Él mismo parece suscribir esta hipótesis al cesar a la consejera que sí estuvo al pie de cañón y que hizo un receso en el conclave donde se valoraba la situación, seguramente porque aguardaba instrucciones del máximo responsable de la Generalitat.

Maquiavelo cuenta en El Príncipe que César Borgia no titubeó en sacrificar a su lugarteniente para salir airoso de un mal trance y, sin saberlo, Mazón parece imitar al hijo de Alejandro VI. Veremos que declara su antigua consejera en el juzgado y si decide afrontar penas de cárcel por una negligencia dolosa para proteger a quien la designó. Transferir la responsabilidad a otras instancias parece descartado por el auto procesal, que ha dejado muy claras las competencias y a qué institución le corresponde rendir cuentas por lo sucedido. Será difícil que su partido le ofrezca una bicoca lo suficientemente suculenta para cargarse con este sambenito y afrontar unas consecuencias judiciales que no le corresponden al no habérsele dado una delegación clara. Cinco meses después de la tragedia, Mazón quiere pedir perdón a las víctimas, aduciendo que no lo ha hecho antes porque no tenía sus teléfonos (sic). ¿Por qué les pide perdón, si mantiene que su gestión siempre fue impecable? 

El mejor modo de disculparse sería asumir en primera persona la responsabilidad por no haber estado allí donde le correspondía estar

¿Acaso les explicará finalmente a quienes perdieron familiares, vecinos o amigos por qué no estaba localizable durante unas horas tan críticas en día de la Dana? El mejor modo de disculparse sería, desde luego, asumir en primera persona la responsabilidad por no haber estado allí donde le correspondía estar. Si estaba comiendo con una periodista, tras piropearla públicamente pocas horas antes al ensalzar su profesionalidad, porque se proponía proponerle que dirigiera la televisión valenciana, cuesta creer que a ella tampoco le llegarán lo que retransmitían los noticiarios del medio en cuestión. Lo suyo es que quienes atendían su almuerzo, les hubiesen advertido de lo que ocurría, si sus móviles quedaron inactivos por cualquier causa.

La foto de su tardía entrada triunfal a una hora que ahora le conviene, aunque desdiga todo cuanto mantuvo anteriormente, genera un sinfín de sospechas en relación con su autenticidad. Su gesto no es precisamente de honda preocupación y se diría que fuese más bien a continuar su festiva jornada de asueto. Veremos qué pasa cuando desfilen como testigos quienes pueden dar cuenta de sus movimientos aquel día. Su chofer, los escoltas, el personal del restaurante y cuantos puedan corroborar o desmentir sus múltiples versiones de una insólita e inexplicada desaparición. Las facturas también arrojarán luz sobre su geolocalización en horas tan críticas. 

Estamos ante la crónica de una dimisión anunciada que se va pretiriendo porque le amparan espurios intereses partidistas

Frivolizar con algo tan desolador le descalifica para desempeñar sus funciones y deja en pésimo lugar a quienes respaldan esa fatídica farsa. Estamos ante la crónica de una dimisión anunciada que se va pretiriendo porque le amparan espurios intereses partidistas. Ese nefando tacticismo político puede beneficiar netamente a Vox, que ha cogido las riendas del gobierno valenciano desde fuera, pero le podría costar caro a un Partido Popular cuyo rumbo no puede ser más errático e inestable con los continuos vaivenes de un Feijóo empeñado en ocupar el espacio de la ultraderecha y con un complejo de inferioridad respecto a la presidenta madrileña. El descabezamiento del Ninot puede anunciar muchos otros en un efecto dominó.                

La simbólica decapitación del Ninot de Mazón en las Fallas valencianas