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Jaime Polo | @lovacaine
Cuando parecía que el "cat content" había agotado sus nueve vidas, Flow, del talentoso Gints Zilbalodis, irrumpe en el panorama cinematográfico con una frescura hipnótica y profundamente emotiva. La película, recientemente galardonada con el Globo de Oro a Mejor Película Animada y arrasadora en festivales como Annecy, Cannes y Sevilla, nos demuestra que la animación sigue siendo un terreno fértil para la poesía visual y la introspección.
La vi por primera vez en el Festival de Cine de Sevilla. Fue uno de esos momentos mágicos en los que, al terminar, nadie quería levantarse. Confieso que fui al cine con cierto escepticismo. Pero lo que Zilbalodis logra aquí es algo completamente distinto a “la cultura del gato”. Este no es un felino para acumular likes en redes sociales; es un personaje con alma. Su mirada, sus movimientos, incluso su frustración y curiosidad, son tan humanos como nosotros.
Visualmente, Flow es una obra maestra. Zilbalodis utiliza un estilo de animación que podría describirse como minimalista, pero eso sería simplificarlo demasiado. Cada plano está compuesto con un cuidado casi obsesivo. La cámara parece flotar, deslizarse, envolverte en un movimiento constante que refleja el agua que lo domina todo. Por momentos, me sentí como si estuviera dentro de la película, no como un espectador, sino como un pasajero más en esa embarcación. Fue una experiencia casi física, amplificada por una banda sonora que, más que acompañar, dialoga con las imágenes.

El reconocimiento que ha recibido Flow es más que merecido. El Gran Premio del Jurado en Sevilla, el Premio a Mejor Montaje y el Premio Puerta América fueron solo el principio. Su reciente victoria en los Golden Globe, superando a gigantes como Inside Out 2 y Moana 2, es una declaración. En palabras del propio Guillermo del Toro, “si pudiera pedir un deseo para el futuro de la animación, estas imágenes serían un magnífico y asombroso comienzo”.
Flow no es solo una película; es un regalo. Un recordatorio de que incluso en medio del ruido y la velocidad de la vida moderna, todavía podemos encontrar belleza en el silencio. Y que a veces, para sobrevivir, lo único que necesitamos es aprender a fluir.
Si tienes la oportunidad, ve a verla en la gran pantalla. El próximo 24 de enero, Flow llega a los cines españoles y es un estreno que, sin duda, dará que hablar estre 2025 (ya lo está dando). No lo dejes pasar.