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Mónica Grau Seto | @monmislilith
Estamos ante un reencuentro con Daniel Millán López y La Michi Autista (Marisa Martínez), ambos divulgadores y colaboradores en dos libros anteriores titulados: Guía Autista. Consejos para sobrevivir en el loco mundo de los neurotípicos (2021) enfocado a adolescentes autistas y en Es autista ¿y ahora qué? Guía para familias tras el diagnóstico (2024) dirigido a las padres y abuelos para aceptar el diagnóstico y entender cómo ayudar su hijo/a. En esta ocasión se dirigen directamente al público infantil, para que ellos mismos comprendan su condición y poder identificar situaciones y emociones, ya que los pequeños merecen saber que es el autismo, ellos mismos se plantean preguntas y se merecen crecer entendiendo su condición.
Los conocimientos profesionales como psicólogo especializado en autismo de Daniel Millán junto a las ilustraciones, y evidentemente la experiencia propia como adulta autista de La Michi Autista, nos acercan al mundo del autismo de una forma amena, siempre con humor, pero también con realismo.
Es evidente que actualmente hay varios libros, comics y cuentos sobre el autismo, pero estos se enfocan demasiado en arquetipos y además, terminan centrándose mucho en los síntomas y dificultades, retratando también el punto de vista de la familia, pero en demasiadas ocasiones no se da la voz a los propios autistas, y aun menos si son niños.
Esta realidad fue la motivación para elaborar este cuento, ir más allá de la visión arquetípica y de divulgación, bajo una visión puramente médica o el otro extremo de pintarlo de color rosa en el autismo como infantilizando esta realidad y vendiéndolo como si fueran superpoderes, ya que no hay que omitir las dificultades diarias y situaciones de ansiedad y estrés vinculadas al día a día.
Aquí nos encontramos ante un cuento hacia la neurodiversidad que muestra la vida cotidiana, que va más allá de ver al personaje en una terapia ocupacional o con psicólogo, o balanceándose en un columpio sensorial, sino con intereses idénticos a los de cualquier otro chaval de su edad, como puede ser hacer deporte o ir a clase de música. El mensaje es claro, no hay dos personas autistas iguales y se llama espectro porque hay mucha variedad de diferencias en el funcionamiento de la mente, y al final el autismo no debe ser ni el adjetivo ni la definición de una persona.
Hay una doble lectura, ya que el lector infantil descubrirá detalles con los que se identificará rápidamente como el uso de los pictogramas, pero los adultos podrán reconocer detalles de otro modo. Por ello en las ilustraciones se ha trabajado en dos niveles, por un lado, para los niños las ilustraciones son muy llamativas y el texto está escrito en letra mayúscula, pero para sus padres hay unas pequeñas anotaciones en la esquina superior de las páginas, donde aparece una caricatura de Daniel o de Michi, explicando características y ofreciendo consejos a las familias, profesores o profesionales, además de un práctico glosario con conceptos al final del cuento.
TENGO UNA CHISPA EN LA CABEZA nos presenta una familia formada por un padre, una madre y dos hermanos, la mayor es Elena y el pequeño se llama Hugo. En la historia hay un narrador muy curioso, es el gato de la familia, que va explicando como viven estos dos hermanos y es como un alter ego de la ilustradora. Michi suele dibujarse a si misma como una gatita de color azul, ya que la artista lleva el pelo teñido de azul.
El cuento es perfecto para que cualquier niño/a autista pueda comprender mejor su condición, y de este modo sentirse identificado con los dos protagonistas y entender que no es el único, además de poder comentar con su familia situaciones similares. Pero también de gran utilidad para pequeños lectores sin condición autista, ya que seguro que conocen algún compañero de clase, amigo o familiar autista.
La historia, con las ilustraciones digitales siempre con un estilo un tanto manga/kawaii son un sello característico de la Michi, y donde los gatos no faltan nunca, y de hecho el narrador es un felino que nos va mostrando las diferencias entre estos dos hermanos.
Hugo: Duerme muchas horas en su cama Montessori, su hiperinteres son los gatos y toda la decoración de la habitación lo refleja, tiene hipersensibilidad en la piel y debe usar ropa cómoda.
Elena: Le encanta la música, es muy movida y duerme pocas horas, también adora los muñecos de peluche blanditos.
Además, en el cuento muestra una realidad de todos los hogares con autismo, con apoyos y elementos que forman parte de la vida diaria de las personas autistas:
Los tableros de rutina con pictogramas o dibujos indicando actividades diarias como levantarse, lavarse los dientes, vestirse… por lo que los lectores entenderán la utilidad que tiene este sistema para anticipar de forma visual y que seguramente muchos los hayan visto en la propia escuela. La anticipación es muy importante.
Los temporizadores para que sepan el tiempo que tienen para una actividad o salir de casa.
La adaptación para probar comida y el reto de las texturas nuevas.
El uso de cascos de cancelación de ruido, por la hipersensibilidad que tiene la mayoría de los autistas.
Llevar siempre en una bolsa juguetes sensoriales y alguna agenda pequeña con pictogramas como apoyo.
También muestran los lugares más hostiles para un niño autista, como puede ser el propio patio de la escuela con mucho ruido, donde pueden hacerse más evidentes las estereotipias que son útiles para calmarse y regularse (puede ser aleteo de manos, andar mucho, canturrear...) y las crisis conductuales, y aquí es donde llega la citada CHISPA del título, la parte visual del comportamiento que puede llamar la atención desde fuera, cuando parece que un niño/a tiene una mala conducta porque se enfada o grita.
El día 2 de ABRIL, no sólo se celebra el Día del libro infantil y juvenil, sino también es el día de la visibilidad y concienciación del Autismo, actualmente se utiliza el término TEA (Trastorno espectro Autista), aunque cada vez más voces autistas reivindican el CEA, por condición).
El autismo no es ninguna enfermedad, sino un cerebro que funciona con unas conexiones diferentes y forma parte de las llamadas neurodivergencias (TEA, TDAH, dislexia, dispraxia…), con un procesamiento cognitivo, sensorial y emocional que funciona de forma diferente.
La neurodivergencia fue introducida en los años 90 por la socióloga Judy Singer, y se basa en la idea de la existencia de variaciones en el desarrollo neurológico y que forman parte de la diversidad humana. Por lo tanto, existen personas NEUROTÍPICAS que sería el desarrollo considerado más estandarizado, y por otro lado, las personas NEURODIVERGENTES con un desarrollo que difiere del promedio.
Además, dentro del ESPECTRO AUTISMO hay muchas variaciones, pero las principales dificultades son:
Sociabilizar y la comunicación: Hay autistas verbales y otros no verbales, les cuesta entender las normas sociales, las segundas intenciones de otras personas o expresarse con claridad.
Dificultad en atención y concentración: No viven en “su mundo” pero pueden fijarse en pequeños detalles, o necesitar movimiento para regularse y tener dificultades en estar sentados o quietos en el aula, trabajo…
Problemas de aprendizaje: A falta de escuela inclusiva real, necesitan apoyos como son los recursos visuales y pictogramas, el cerebro TEA es muy visual.
Aspecto sensorial: Pueden desregularse por sensibilidad auditiva, a la luz, al tacto de prendas de ropa, también en el aspecto alimentario hay complicaciones que van vinculadas a las texturas de alimentos o temperaturas.
Sobrecarga de estímulos: Vinculado al aspecto sensorial y al estrés se dan tres situaciones: MELTDOWN es una crisis de ansiedad explosiva, con ira, en el que se puede dar una perdida de control emocional. El SHUTDOWN es como una introspección, la persona se queda apartada y en silencio como si estuviera ausente y finalmente el BURNOUT que genera un gran agotamiento físico y mental, debido al continuo “masking” que es imitar el comportamiento neurotípico y seguir un ritmo de vida lleno de estrés, actos como sociabilizar o cambios de rutinas pueden generar este agotamiento extremo.
En la mayoría de los casos hay un componente genético, y por ello ahora hay muchos adultos de 30-40, que han sido padres de pequeños TEA, que ahora reciben también su propio diagnóstico. Hay mucho desconocimiento y demasiados estereotipos sobre ello.
Del mismo modo que no hay dos personas iguales, tampoco hay dos autistas iguales, algunos si pueden tener discapacidad intelectual pero la mayoría tienen el nivel estándar de inteligencia, y también hay autistas con altas capacidades, también hay los llamados hiperintereses o focos de atención en algunos temas, y estos son puntos fuertes pueden determinar hasta estudios y carreras profesionales. Y en este aspecto destaca este cuento infantil, donde nos muestran a dos hermanos con el mismo diagnóstico de ESPECTRO AUTISTA pero que son totalmente diferentes y opuestos.
El formato de cuento consigue una aproximación amable al autismo y es una magnífica herramienta para poder explicar a los pequeños, a una edad de 7 o 8 años, según su madurez mental, para que puedan comprender su propio comportamiento.
Aun falta mucho trabajo para concienciar a la sociedad y entender esta condición tan invisible, hasta que se presenta una crisis sensorial, en la que hay demasiados estereotipos y desconocimiento. Un buen modo de crear verdadera inclusión y aceptación es que los pequeños lectores puedan leer este cuento, en casa, en la biblioteca del cole y así desde la infancia no juzgar y comprender.

Tengo una chispa en la cabeza
Ficha:
Autor: Daniel Millán López
Ilustraciones: Marisa Martínez Cervantes (La Michi Autista)
Color: Martina Méndez (Mandaraina)
Editorial: Nube de Tinta
Primera edición: marzo 2025.
Edad: A partir de 4 años.
Género: Libro infantil, ilustrado, cuento, inclusión, autismo.
Sinopsis:
Adéntrate conmigo en esta preciosa historia para acompañar en el diagnóstico del autismo.
Un cuento contado desde la comprensión, la empatía y el respeto, que te ayudará a entender cómo funciona esa chispa y como hacer del mundo un lugar más inclusivo.
¡Hola! Os quiero presentar a unas personas muy especiales:
Ellos son Hugo y Elena, y son los mejores hermanos del mundo. Tienen una chispa en la cabeza que les hace ver las cosas de una forma distinta a los demás. Por eso se relacionan de manera diferente a la tuya, y a veces eso es difícil de entender.