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viernes. 23.05.2025
OBITUARIO | LEYENDAS DE LA MÚSICA

Jeff Beck, el mago del sonido: un guitarrista único; una leyenda

Dice Bruce William que Jeff Beck siempre fue un guitarrista inquieto, de tal modo que nunca se conformó con las fórmulas prefabricadas ni con el virtuosismo gratuito.

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Celín Cebrián | @celincebrianvaliente

Geofrey Arnold Beck, Jeff Beck, nació en Surrey en 1944 y murió el 10 de enero del 2023. Cuando era pequeño, su madre le obligaba a tocar el piano durante unas dos horas al día: ―“Eso era bueno porque me hizo darme cuenta de lo que merecía la pena, musicalmente hablando, y además estaba tocando un material que no era mío”, dijo allá por 1968 en una entrevista que hizo con Guitar Player. También sería su madre la que le ilustraría cuando escuchó por primera vez en la radio la guitarra eléctrica, algo que fue casi una revelación, pues nunca se podía haber imaginado que aquellos sonidos salieran de seis cuerdas, lo que le llevó a meterse de lleno en el rock and roll y el blues americano, con nombres como el de Cliff Gallup, B.B. King y Les Paul. Tan sólo tenía 14 años. Y en aquel momento, en plena adolescencia, un día su hermana Annetta le estuvo diciendo que en su escuela había un chico “raro” que tenía una guitarra “rara” como la suya. Y ése no era otro que Jimmy Page, con el que haría buenas migas y que sería fundamental en su carrera. Lo cierto es que estuvo rodeado de música desde muy joven.

Dice Bruce William que Jeff Beck siempre fue un guitarrista inquieto, de tal modo que nunca se conformó con las fórmulas prefabricadas ni con el virtuosismo gratuito. En una entrevista que le hizo Paul Guy en 1999, comentó cómo una reseña que estaba escrita para otro músico le afectó de una manera directa y transformadora. Eran los 70…, solos de guitarra de 20 minutos, sin pausas, nota tras nota, sin respirar… ¡Una locura…! Y añade Bruce: ―”El último concierto que vi fue el colmo… Estuvo repitiendo el mismo riff durante horas. El blanco de las críticas era Eric Clapton, con quien Beck tenía una relación de iración mutua, pero también muchas diferencias artísticas”. Pero en lugar de seguir el camino del exceso, Jeff prefirió a los músicos que conocían el valor del silencio. Así lo afirmaba con total rotundidad: ―”Me influyeron mucho Scotty Moore, Albert Lee y Steve Cropper. Sabían cuando tocar y cuándo callarse. El riff de Cropper en Green Onions es genial. Los tres son reyes”. Y a continuación hizo sonar de nuevo aquella guitarra eléctrica Jeff Beck Stratocaster de color verde, fabricada en EE.UU que, desde su revolucionaria invención británica, definió el sonido de Jeff Beck.

Músico imprevisible, de pequeño, influido por Chet Atkins, ya tocaba la guitarra que se había hecho él mismo. Pronto se aficionó al Rhythm and blues. Sin embargo, hemos de reconocer que el legendario guitarrista tuvo una de las carreras musicales menos llamativas de la historia del rock , si bien tocó, todo hay que decirlo, con todos los artistas más grandes del momentos tanto del rock, como del blues y del jazz, con aquellos colegas que durante cuarenta años estuvieron haciendo lo que se llama música “de garaje”, la que dio dioses como Eric Clapton y Jimmy Page, pero, por poner un pero, lo que quizás faltó fue un verdadero reconocimiento de alguien que fue un artista innovador, inimitable, cuyo perfeccionismo cool, entre otras cosas, le hizo ganar ocho premios Grammy, dejando una gran huella en el rock duro, en la fusión del jazz, en el techno y en el rockabily.

En los sesenta, tocó en varios grupos y alcanzó cierta popularidad en los pubs de Londres. Pero, en aquella época, el grupo que se llevaba todos los elogios en el ámbito del blues rock no era otro que The Yardbirs, que contaba con un joven Eric Clapton que se paseaba por los garitos londinenses tocando largas jamsinstrumentales. Y en un momento dado, cuando ese grupo pensó en dar un giro hacia el pop, Clapton, apodado el Slowhard” (Mano Lenta), decidió seguir su camino. Fue cuando le ofrecieron el puesto a Jimmy Page, que rechazó. Pero allí estaba Jeff Beck, que aceptó. Y, como señala Stephen Davis en el libro El Martillo de los Dioses, que, dicho sea de paso, recorre la biografía de Led Zeppelin, “Beck se convirtió en uno de los guitarristas más de moda de Londres”. Es más, como afirma Davis, “Beck siempre andaba sin dinero, lo que le impedía incluso cambiar las cuerdas de la guitarra”. Es así como llegamos al nombre de Giorgio Gomlesky, manager de los Yardbirds, el mismo que tomó a Beck bajo su protección y lo llevó a una peluquería para que le hicieran un corte de pelo, el que le compró una llamativa indumentaria para las futuras presentaciones del conjunto inglés y el que lo acompañó a lo largo de los años. Y Beck lo agradeció dando al grupo su sello propio, incorporando acoples, distorsión y efectos psicodélicos. Fue un momento especial, idóneo para realizar la gira por Estados Unidos. Así lo cuenta Davis en su libro: ―”Jeff había dejado boquiabiertos a los adolescentes americanos con sus poses sexuales y ese estilo con un nervio tan visceral”. Pero, por otro lado, la actitud y el comportamiento de Beck era cada vez más frustrante para la banda, ya que tenía respuestas muy temperamentales, se había vuelto vanidoso y era propenso a tener continuos dolores de cabeza. Así que, debido a las tensiones, fue despedido del grupo. En uno de los momentos finales de la gira, rompió su guitarra, tiró los amplificadores y se bajó del escenario. Así intentaba justificarse Jeff: ―”Cuando estábamos solos, solíamos estar bien, pero con toda la troupe en el escenario, quince actuaciones, seiscientas millas conduciendo…, no podía soportarlo. Alguien me dijo que debería de sentirme orgulloso, pero en realidad no lo estaba. Fue traumático dejar a los Yardbirds, porque suponía abandonar a lo único que me dio vida, que me dio reconocimiento. Fue bastante duro”, dijo Beck en el 2009 a Guitar World.

Corría 1966 cuando Beck, además de pertenecer al grupo Yardbirds, grabó uno de sus más conocidos éxitos: Bexk´s bolero, un tema instrumental que contó con Jimmy Page, con una guitarra de 12 cuerdas, Keith Moon en la batería y John Paul Jones en los teclados. Tras su salida del grupo, como ya hemos anotado, el guitarrista comenzó a diseñar lo que sería su futuro, fue cuando formó Jeff Beck Group, en un principio con Rod Stewart como voz, con el que sacó dos discos, para luego sacar dos más con Bobby Tench. El primer álbum del grupo o el álbum del debut fue Beck-Ola. A continuación, la banda se disolvió. Fue el año en el que Beck tuvo un accidente de tráfico. Estamos en 1969. Ya en 1971, recuperado del accidente, creó una nueva versión de aquel grupo Jeck Beck Group, incorporando a Max Middleton, el batería Cozy Powell, el bajista Clive Cha`man y el vocalista Bobby Tench , y que dio lugar a dos álbumes: Rough and ready (1971) y otro homónimo de 1972. Vuelven a separarse, pero lo hacen por otro proyecto nuevo en el que participan Beck, Boggert y Appice. Se trata de la versión de Superstition de Stevie Wonder. Fue el mismo año en el que Pink Floyd quiso contar con él como guitarrista para la banda, tras la salida de Syd Barret, pero se negaron a pedírselo. En 1975 Beck anunció que estaba cansado de trabajar con vocalistas. De hecho fue ese mismo año cuando lanzó el que sería su álbum instrumental más destacado, Blow by Blow, que contó con George Martin, productor de The Beatles, Jeff dijo: ―”A mucha gente le gustó Blow by Blow porque simplificaba a McLaughlin y complicaba el rock and roll. En cuanto a George es casi un padre para mí: relajado, muy concentrado en el sonido. Fue probablemente el mejor productor que he tenido, capaz de estructurar todo lo que yo hacía sin interferir”. De hecho fue Martin el que lo llevó a reconfigurar el sonido y ofrecer un sonido más limpio. Siempre le decía a Jeff: ―”Es el ruido más terrible que he escuchado”. A lo que Beck contestaba: ―”Eso es precisamente lo que quiero”. También fue el año que le dio por coleccionar coches. Antes de unirse a los Yardbirds trabajaba en un taller de chapa y pintura. En 1953, los padres de Beck lo llevaron a Londres y su padre, desesperado por mantener feliz a un inquieto niño de nueve años, le compró a su hijo un ejemplar de la revista Rod & Custom . El niño quedó inmediatamente enganchado. "No podía entender por qué había todos estos motores cromados. Siempre pensé que los motores estaban sucios...". Unas décadas después, Beck había construido más de 30 coches con sus propias manos. Según el último recuento, hay 14 hot rods o bólidos y tres Corvettes en el garaje, incluido un cupé de tres ventanas de 1932 que vio en un anuncio de una línea en un periódico de reciclaje.

Volviendo a la música, en los ochenta fue galardonado con su primer Grammy por Mejor Interpretación Instrumental de Rock por la canción Escape, del álbum Flash (1985). Seguía tocando algunas veces con su amigo Eric Clapton, o con Ron Stewart, incluso junto a Mick Jagger. En 1992 tocó el sólo principal de Blaze Of Glory, de Bon Jovi y grabó unos solos de guitarra en Amused to death, de Roger Waters. Después, llegaría a ganar otras siete estatuillas. En 1986 presentó Truth, un álbum que venía precedido de dos sencillos de 1967: Hi Ho Silver Lining y Tallyman. Años más tarde, en 1999, se aventuraría con una de las incursiones más extrañas que se recuerden en la música electrónica, muy cercana al techno, cuyo título era Who Elsel!

Las colaboraciones siguieron su curso a lo largo de los años, ocupando sus espacios tanto en el rock, en el blues, el metal y en el pop. A medida que se aproxima el año 2000, la electrónica gana espacio en la música de Jeff Beck y aparece en show televisivos y participa en galas compartiendo escenario con Ronnie Wood, Joe Perry, Flea o la banda Metallica. En ese contexto, ensayando un show de apertura en Francia con Guns N´Roses, sufrió una lesión de oído que se produjo al dar Matt Sorum un fuerte baquetazo sobre el platillo que estaba al lado de Beck. Una de sus últimas colaboraciones la hizo con Johnny Deep, con quien sacó un disco titulado 18. El 10 de enero del 2023 se dio a conocer su muerte, producto de una repentina meningitis bacteriana. Tenía 78 años. 

Su sonido era particular. Siempre le metía delay (retardo) al sonido para atacarlo con el volumen, de tal forma que pareciera que las notas iban apareciendo poco a poco. Y además tocaba sin púa. Nadie tocaba como él. Tenía una técnica única. Como dice Ángel Parra, “después de escuchar a Los Jaivas, en el 84 escuché el disco Jeff Beck with the Jan Hammer Group Live y me encontré con un sonido que no había escuchado nunca en mi vida. Solamente en Hendrix. El uso del whammy bar (la palanca de la guitarra) era un misterio, tenía la mano derecha puesta en la palanca del trémolo todo el tiempo y hacia virguerías”. Fue un músico subvalorado. Era muy valiente. Hay quienes creen que hay cuatro guitarristas que deben estar en el podio como los ases de las seis cuerdas: Jimi Hendrix, Jimmy Page, Eric Clapton y Jeff Beck. 

Hablamos de un genio, del legendario guitarrista británico que ganó ocho premios Garmmy por su virtuosidad y su sentido de la innovación, uno de los guitarristas más versátiles de la historia del rock que ha tocado una gran gama de géneros musicales, con capacidad para improvisar, para experimentar con sonidos… Fue y es una influencia constante. Ha sido un guitarrista de verdad, con coraje y experiencia, con enfoques únicos, con un control extensivo del vibrato, del tapping (presionar las cuerdas con ambas manos para conseguir sonidos), de la palanca de trémolo, del pitch bending (cambiar el tono de una nota, tanto ascendente como descendente), del dive bomb (un choque a la desesperada), del control del (retroalimentarse con el eco del altavoz), de los cambios de timbre, del pote (potenciómetro) del volumen, del control dinámico y.., de tantas y tantas innovaciones… Incorporó técnicas de slide (deslizar la mano), de hybrid picking (tocar con la púa y con los dedos al mismo tiempo), el uso de efectos, la experimentación sonora…., la fusión de géneros… Era un zurdo que tocaba la guitarra con la mano derecha y que tiene un solo de guitarra de 12 minutos en Beck´s Bolero que está considerado uno de los más emblemáticos de la historia del rock.

Antes de terminar, me gustaría añadir un pequeño resumen del trabajo de Emilio de Gorgot sobre Jeff Beck, que titula Jeff Beck, el hombre que nunca estuvo allí: “En algunos momentos ha llegado a parecer que nunca hubiese estado allí. No se ha convertido en una figura universalmente conocida…, como su compañero de generación Eric Clapton. Tampoco llevó a ninguna banda a los altares rockeros como Jimmy Page. Ni ha sido divinizado por la comunidad musical como Jimi Hendrix. Ni siquiera alcanzó el estatus de instrumentista de culto entre los públicos teóricamente más especializados (la comunidad heavy), por ejemplo, como Ritchie Blackmore. El propio Jimi Hendrix llegó a comentar que “era el mejor guitarrista del mundo”. Y Stevie Wonder escribió una de sus mejores y más legendarias canciones sólo para que él la interpretase. A principios de los años cincuenta no resultaba nada frecuente escuchar una guitarra eléctrica en la radio. Sólo ese loco de Les Paul sabía de lo que iba la cosa: hablamos del hombre que inventó la guitarra eléctrica de cuerpo sólido. Y la madre de Jeff, no sin cierto aire despectivo, le decía al niño, sí, “eso es una guitarra eléctrica…, que sobre todo sirve para hacer trucos…”. Justo lo que quería oír el niño, al que no le importó nada que aquello fuera un truco. Y empezó a despistar a propios y extraños con sus cambios de estilo inesperados, que en ocasiones le reportaron un éxito todavía mayor que el que había conocido hasta entonces, los mismos que más tarde provocaran que el grueso del público se olvidara de él. Pero fue con esos cambios con los que, si bien desapareció progresivamente de las portadas, se convirtió en el guitarrista eléctrico de su generación, y probablemente de todas las generaciones, el que más profundamente evolucionó, hasta el punto de convertirse en un revolucionario. Un buen día Jeff Beck decidió que le importaba más mejorar con su guitarra y explorar posibilidades de su instrumento que tratar de captar la atención de una audiencia que cada vez lo entendía menos. Las contradicciones en ocasiones exasperantes de Jeff iban a causar la aparición de un nuevo monstruo de la guitarra”. 


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