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sábado. 24.05.2025
OBITUARIO | LEYENDAS DE LA MÚSICA

Joe Strummer: la leyenda que transformó el Punk, estaba obsesionado con la Cumbia

Tras su muerte, llegó a las tiendas Streecore, un disco formado por muchas primeras tomas, por la maravillosa versión de Bob Marley, más el tema que ofreció sin respuesta a Johnny Cash.
Joe Strummer

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Celín Cebrián | @celincebrianvaliente

El que fuera líder de la mítica banda británica The Clash, este mes cumpliría 73 años. Murió a los 50 años, de un ataque al corazón. El 22 de diciembre del 2002, Joe Strummer salió a pasear con su perro Bloomfield y cuando regresó a su casa tuvo un fallo cardiaco, fruto de una enfermedad congénita no diagnosticada. Tras su muerte, llegó a las tiendas Streecore, un disco formado por muchas primeras tomas, por la maravillosa versión de Bob Marley, más el tema que ofreció sin respuesta a Johnny Cash, incluso por un tema instrumental que sus compañeros completaron usando trozos de voz de Joe…. No es un álbum imprescindible de Joe Strummer, pero es un buen disco. Es… su testamento. 

Como asegura Ángel Mora Ródenas en su libreta de notas, dos temas de su primer disco en solitario (Tropic of Pico y Filibustero) éste último que lo había hecho para la banda sonora de Walker (1987), pues esos dos discos, además de no tener desperdicio alguno, sobre todo Tropic, nos dan a entender que Strummer fue otro de los héroes de la música, con un legado tan fecundo que su semilla sigue dando sus frutos en las bandas venideras. Un músico imprescindible para todo lo que vino después, ya que éste abrió el camino, desde Mano Negra hasta todo aquello que acabó llamándose “Música étnica o de raíz. Y por incidir en el tema, vayamos, por ejemplo, a un par de canciones de su disco (Ride your donkey y Sleepwalk), así como a alguna que otra de su último disco, “Mondo Bongo” o, por qué no, a esa joya que grabó con Johnny Cash, Redemption Song, del que Bob Marley hizo una versión, que terminaría siendo su testamento y que cada vez que lo escuchamos, como diría nuestro referente y amigo, Ángel Mora, “se nos ponen los pelos como una mata de aliaga”.

Streecore no es un álbum imprescindible de Joe Strummer, pero es un buen disco. Es su testamento

Fue miembro fundador de The Clahs en el que hacían canciones con letras muy nihilistas, cegados por los efectos de las drogas, pero con una crítica social dura y contundente, que en más de una ocasión fueron acalladas por el establishment. Sin embargo, la fama se la llevaban los Sex Pistols o Los Ramones. Pero, aun así, ellos no dejaron de buscar, de nadar, de bucear en todos los ritmos mestizos posibles. Y aunque solo fueron reconocidos por temas tan populares como London Calling, hay que decir que su música abrió el camino a otros grupos para que triunfaran. Valga la pena citar a The Cure o a Red Hot Chili Peppers. 

Pero no nos adelantamos y volvamos al hilo conductor, volvamos a la historia y a la música de Strummer. John Graham Mellor, nació en Ankara (Turquía). Hijo de una escocesa y un hindú de ascendencia británica, que a su vez eran hijos de armenios y judíos alemanes. Durante esos años, Strummer vio poco a sus padres. A los 9 años, junto a su hermano David, comenzó a asistir a la escuela City de London Freemen´s School de Surrey. A pesar de no haber tenido una relación muy estrecha con su hermano, el suicidio de éste cambió de una manera brutal su forma de ver la vida. Por el trabajo que tenía su padre, fue ingresado en un internado. Y sería en aquel internado elitista donde descubriría la música de Little Richard o The Beach Boys, un grupo, este último, que, a la postre, fue el verdadero amor de Strummer. Tras graduarse, se matriculó en la Escuela de Arte y Diseño de Londres con la idea de hacerse dibujante, al mismo tiempo que también se hacía vegano y comenzaba a interesarse por la música y la política. A principio de los 70 empezó a tocar con The Vulture, donde cumplió con el rol de cantante y segundo guitarrista. A la vez, por circunstancias, tuvo que trabajar de sepulturero para solventar gastos. En 1974 el grupo se separó y Strummer regresó a Londres donde se encontró con Tymon Dogg. Fue entonces cuando ambos comenzaron a actuar como músicos callejeros. Después, formaron The 101ers, una banda de rockabilly cuyo nombre tenía que ver con la calle en la que había vivido de okupa (Waterton Road 101, en Maida Hill), con la que que tocaban covers de canciones populares de blues norteamericanos en distintos pubs de Londres. Fue cuando decidió cambiarse el Mellor por Strummer, más artístico, si cabe, sobre todo porque este apodo tenía mucho más que ver con su forma de tocar, que era rasgueando, con mucho estilo rítmico, además de ser el momento en el que comenzó a escribir temas originales, siendo el primero de ellos uno inspirado en su novia de entonces, la baterista española del grupo The Slits Palmolive. Al resto de los les gustó la canción, que se titulaba Keys to You Heart, y la eligieron primer sencillo. Corría 1975 y el grupo iba cogiendo cierto peso en el circuito de la capital inglesa, compartiendo escenario con los Sex Pistols, con los que actuaron un 3 de abril de 1976. Tras aquel concierto, aparece en escena un personaje fundamental en la vida del músico y en el panorama de la cultura punk, y ése no es otro que Bernard Rhodes, que consiguió una audición de John Lydon para los Pistols, además de cruzar los caminos un año más tarde de Joe Strummer, Mick Jones y Paul Simenon, que junto a Keith Levene y Terry Chimes, fundaron The Cash, ayudando a definir la sonoridad del punk e impulsando el género a nivel internacional. Textualmente, estos se acercaron a Strummer y le dijeron: ―”Eres bueno, pero tu grupo es una mierda”. 

El nuevo grupo supo entender la evolución del punk, que despertó a toda una generación, y supo señalar los pecados de aquella sociedad, rompiendo las costuras de la moral reinante. Pronto empezaron a añadir otros ecos como el reggae, ska, rhythm and blues, jazz, funk y dub, que dieron como fruto discos muy notables. El 25 de enero de 1977 la banda firmó un contrato con CBS Records. The Clash pasó a ser la banda, musicalmente hablando, más diversa de la primera ola del rock, también la más politizada, con discos como The Cash (1977), Give ´Em Enough Rope (1978), London Calling (1979), Sandinista (1980) o Combat Rock (1982), una aventura que terminaría en 1986. Luego llegarían The Mescaleros y The Latino Rockbilly War. Pero fue su tercer álbum de estudio junto a The Cash, London Callling, el que vino a definir su carrera y orientar sus pasos hacia la evolución del género. Antes se burlaban de ellos, pero en aquel 1979, a su regreso de la primera gira por los EE.UU, les compraron más de cien mil copias .Fue allí donde la banda descubrió sus raíces y el futuro de su sonido, creando un disco de apertura de estilos como el blues, el rockabilly…, sin renunciar a su raíz y a su rabia. The Cash fue todo un símbolo de la época con su poca fe en la sociedad, aquel sonido de garaje, sus rabiosas letras y su imagen oscura. Una banda activa desde 1976 a 1986 que destacó por su versatilidad musical, las letras de sus canciones, coescritas por Mick Jones y Strummer, muy críticos con la decadencia social, el desempleo, el racismo, y la represión política. Un Joe Strummer que participó en campañas antinazis, cuyo impacto en la música y su cultura es innegable, además de su voz, que sigue siendo una de las más poderosas y más recordadas de la historia del punk. Sentía gran empatía por las personas. Estaba muy preocupado por la raza humana. Su grupo fue uno de los creadores de la personal banda sonora que inundó la Inglaterra de Thatcher.

En los premios Grammy de febrero del 2003, Long Callin fue interpretada por Elvis Costello, Bruce Springsteen, Steeven vanm Zhant, Dave Grohl, Pete Thomas y Tony Kanal

Entre medias de toda esta etapa, hay una anécdota curiosa a destacar. En el año 1983, John era un desaparecido de la banda, nadie sabía su paradero, excepto su amigo el fotógrafo Steve Rapport, que lo inmortalizó corriendo en la Maratón de Londres. Por aquel entonces, el fotógrafo vivía en Clapham, al suroeste de Londres y de repente recibió una llamada de la revista Rolling Stone en la que le decían: ”Joe Strummer está en Londres y el domingo va a correr la maratón. ¿Podrías conseguir una buena foto”. Pero esto que bien pudiera parecer una broma, solo es el principio. Lloviznaba. El fotógrafo cogió su coche fue desde Clapham a Brackheath. Había congregadas más de 20.000 personas. Fue salir del coche y… ¡Ohh.! Allí estaba Strummer. Todo el mundo iba con chubasquero menos él, que iba en pantalón corto y con una camiseta de manga corta también. Pero toda esta historia, se remonta a cuando Joe desapareció del mapa un tiempo por orden del mánager. Así lo cuenta Rick Pearson. Corría 1982 y el fotógrafo y periodista se desplazó hasta Los Ángele, donde había quedado con el crítico musical Johnny Waller, enviado por la revista Sounds,para hacer un reportaje sobre el grupo Bow Wow Wow, la banda británica de new wave que estaba terminando su gira. Se alojaban en el hotel Sunset Marquee de Hollywood, donde se respiraba aire roncabolero, ya que sus habitaciones habían sido escogidas por The Cash, por lo que, uno de esos días, pudo conocer a Joe Strummer. Incluso una noche salió con él a tomar unas copas. Fueron a un local llamado Barney´s Beanery y se desafiaron a un concurso que trataba de ver quién sabía cuál era el primer álbum que habíamos comprado. Y ambos coincidieron en que había sido Evety Picture Tells a Story, de Rod Stewart. Cuando estaba apunto de largarse del local, vio a Joe avanzando con las piernas combadas. Y sacó unas fotos. Algo le daba en la nariz de que meses después correría la maratón. Así lo cuenta. Y así sucedió.

Como decíamos, líneas atrás, a pesar de su gran acogida, tras el fatídico último álbum, en 1986 llegaba el principio del fin de THe Cash. Fue tal el impacto que el fundador se pasó diez años sin componer nada, tras la disolución de la banda. Y es que el grupo había dejado de ser un grupo hacía mucho tiempo. Por un lado estaban Strummer y Simonon y en otro Mick Jones, que se quejaba por todo: por las giras, por los horarios, por lo que duraba un disco. Joe decía que “Mick era intolerante para poder trabajar con él en ese momento. Nunca aparecía. Cuando lo hacía, era como Elizabeth Taylor de mal humor. Tuvimos que cambiar el equipo porque había una atmósfera terrible. Teníamos mucho trabajo y no podíamos pasarnos el día rogándole a Mick que hiciera el maldito favor de tocar la guitarra”. La disolución fue un duro golpe para Strummer, que, de pronto, se encontró perdido. Así se pasó una década, hasta que encontró la inspiración escuchando a Tonny Bennet en casetes: ”Tenía 47 años y empecé a darme cuenta de que quería tener un cierto ambiente en mi equipo de alta fidelidad y que necesitaba ese ambiente tranquilo que creaba Tonny para seguir tocando, por él se situaba dentro del ritmo. Y así lo planeé”.

Hay un tema que no hemos tocado aún, Y creo que ahora ha llegado el momento de hacerlo. En el año 2013 nos despertábamos con la noticia de que, por fin, Joe Strummer tendría una calle en Granada. De la noticia se hizo eco el diario británico The Thelegraph. Y es que la vida del cantante de The Clash estuvo íntimamente ligada a ella, desde 1979 en el que se publicaron uno de los pilares de la historia del Rock, o sea, London Callling, en el que se puede escuchar la canción Spanish Bombs, en la que el grupo canta a Andalucía, a Granada y a Federico García Lorca. Hasta tal punto que quería tener una ferretería en Andalucía y siempre llevaba en su coche un casete de Manolo Escobar. Joe Strummer era así. Su relación con Granada viene de lejos, ya que se fue a vivir a esa ciudad a mediados de los ochenta, haciendo amigos entre la mítica banda 091, a los que les llegó a producir el disco Más de cien lobos. Atendiendo al libro escrito por Rosario Luna, tal vez la pasión que el guitarrista tenía por esta tierra se debiera a que sus compañeras de piso entre 1976 y 1978 eran dos malagueñas, una de ellas granadina de adopción, que atendía al nombre de Paloma Romero, nombre que fue cambiado por los componentes de la banda por el de Palm Olive. Hay multitud de historias que se cuentan sobre el paso por las tierras granaínas de Joe. Unas serán verdad y otras se quedarán en leyendas. Quién sabe… Cuenta José Ignacio Lapido que, cuando se conocieron el grupo 091 y el británicorecuerda ver a un tipo medio borracho y mal encarado acercándose a ellos con una libreta en la mano con un castellano anárquico para enseñarles unas canciones que tenía escritas. El batería y Lapido no hicieron caso y el guiri, borracho, les siguió, insistiendo una y otra vez que él era Joe Strummer. Pero no creyeron a aquel tipo jipioso. En eso que el camarero puso una canción de los Clash y ambos se pusieron a cantarla. A partir de ahí nació una amistad que unió a 091 y a Joe. Días después quedaron, pero el británico no apareció. Unos meses después, en pleno proceso de grabación de Más de Cien Lobos, Strummer apareció por el estudio y se puso a trabajar con ellos. Así se las gastaba. Otra anécdota es la del vagabundo que estaba tocando el acordeón en una calle de Granada. El guitarrista se quedó alucinado al ver cómo manejaba aquel trotamundos su instrumento, que venía a ser un acordeón. Y se acercó para felicitarlo. El músico callejero le contestó que tocar a Chaikovski no era lo difícil, lo difícil era tocar canciones de Los Ramones o los Clash. Entonces, Joe le dijo que él era el cantante. Aquella misma tarde, ambos terminaron tocando Jimmy Jazz junto al bar de la esquinaStrummer se fue a Granada, tras aquel fracaso rotundo, como un verdadero Washington Irving punk. Le gustaba pasear por el Sacromonte y llenarse de fantasía. Prometió que volvería a ese lugar y dijo: ―Traeremos guitarras acústicas. Compondremos una canción llamada Lorca que hablará de esta tarde, de este silencio, de esta puesta de sol, del grito de los muertos, de este olivo. De ahora mismo. Tú escribe la música y yo la letra. No quiero que esta tarde se me olvide”.

En los premios Grammy de febrero del 2003, Long Callin fue interpretada por Elvis Costello, Bruce Springsteen, Steeven vanm Zhant, Dave Grohl, Pete Thomas y Tony Kanal. El Sello BMG lanzó “Joe Strummer 002, The Mescalero Years”, una impresionante caja de siete vinilos en donde se recogen, con un sonido impecable, sus tres álbumes de estudio y un buen puñado de rarezas. 

Hoy Lucinda Tait es su viuda y representa para el punk algo similar a lo que Priscila Presley significó para el rock and roll. Strummer fue sin duda el punk rocker más intelectual, político y vanguardista de todos los que asomaron con furia por aquel 1976. De esta experiencia va el documental Dodgel, dirigido por Nick Hall.


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